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Amar, me dices
Amar, me dices, es tocar el cielo
y entregar el alma enamorada
para poner en sólo una mirada
tanta pasión como ferviente anhelo.
Me dices que el amor es tal que un vuelo
a la ilusión por la pasión alzada,
la fuerza que nace de la nada,
dar sin pedir, caricia, beso, celo.
Yo no sé si el amor será en mi vida
rojo volcán o playa de aguas claras,
desierto ardiente, gozo, sombra, herida.
Pero sé que vivir sin ti no puedo
y el corazón se nubla, con pensarlo,
en llanto, soledad, angustia y miedo.
González Alonso
dos erratas: toujours y gabon. Y mi despiste
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¿Dos erratas? ¿Dónde…? Ya ves que no se ven y, además, qué más da. Escribir tiene algunos riesgos. Hay que afrontarlos, bien sabes, je,je,je…
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¿Quién dijo que el soneto es arcaico y pesado?… Este tuyo te quedó lindísimo.
Toujours l’amour… Siempre el poema enamorado. Y sin embargo, cuánta falta de amor hay en el mundo…(perdón, me voy por las ramas).
Gabon, Julio, con abrazo.
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Gabon, Soco. Eskerrik asko zure etortzeagatik besarkada batekin.
No te vas por las ramas; es el amor el que no baja de ellas, que cuando nos da todo es revolera y emoción desbordada. Nunca dejamos de ser quinceañeros ante el amor. Aunque luego parece calmarse, rebulle siempre en nustras entrañas como un dragón mágico dormido.
Yo sí que me fuí por las ramas.
¿El soneto? Al igual que cualquier estrofa métrica es una herramienta magnífica. Hay detractores… pero suelen ser aquellos que no escriben bien ni su nombre -exagerando-. En fin, que me place mucho tu comentario. Otro abrazo.
Salud.
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Un precioso soneto, Julio, muy bien hilvanado. Un placer de lectura.
Te envío un abrazo.
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Agradecido, Raúl. Los sonetos son difíciles de escribir para que se lean con fluidez y no parezca que los versos entran con calzador. En este caso, creo que el tema ayuda. Con un abrazo.
Salud.
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… el eje, la rueda del mundo, la luz que todo ilumina y que todo lo puede, eso es, Julio, amigo, lo que en definitiva nos transmite tu muy lindo poema, muy lindo; y como bien dice alguna compañera anteriormente, nunca, nunca podremos concluir hablando del Amor, así, con mayúscula; enhorabuena, héroe; Orión
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No soy muy partidario de escribir poemas sobre temas tan trillados como éste del amor. Pero tampoco me resisto en algunas ocasiones en las que una idea, un recuerdo -casi siempre bello- o el impulso, me llevan a ello. Te agradezco el testimonio que me dejas en esta lectura, amigo Antonio.
Salud.
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He recabado aquí por casualidad y me alegra sentirte imbuido de amor. Precioso, siempre, tu decir. Besos, Pilar
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Pues doy gracias a la casualidad que te trajo hasta aquí, Pilar, y a ti por dejar testimonio de tu paso. Con un abrazo.
Salud.
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Julio, Julio Julio, cuánto sabes y qué bien te explicas, hijo.
Gracias.
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Amiga Pilar, tú sabes… que no sabemos, pero vivimos atentos. Gracias siempre.
Salud.
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«El corazón sigue siendo territorio de lo heroico»
Julio, no sé dónde leí esta frase, me gustó y pensé; debe ser porque para el Amor hay que tener valentía -por lo difícil de conseguir.
Buen fin de semana mi amigo.
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Amiga Pilar, la frase la leíste en el Diario de León del 13 de septiembre y aparece en un escrito de Eduardo Aguirre. Creo que el amor comparte lo trágico con lo heroico, lo sublime con lo mezquino, el éxtasis con la desesperación, la pasión con el desencanto. La travesía del amor no es para valientes porque estamos enfrentados a ella como parte de la vida misma, queramos o no. Hasta quienes pretendieron huir del amor terrenal, carnal y humano, se entregaron al místico, celestial y sobrehumano en una sublimación del amor carnal reprimido. Léase, sino, a Teresa de Ávila o el magistral Juan de la Cruz.
Otra cosa es -como mencionas- conseguir una travesía serena, sin contratiempos, naufragios o cualquier tipo de catástrofe; conseguirlo a la primera, la segunda, la tercera, cuarta, quinta vez… o nunca. Eso es harina de otro costal. Nadie nos asegura el resultado, pero todos pasamos por la prueba.
Gracias, Pilar. Que la semana y su final sean también felices para ti. Un abrazo hasta mi tierrina.
Salud.
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Querido Julio:
Inherente a la condición humana, el amor debiera ser la esencia de nuestras vidas en todas sus manifestaciones.
Desde el amor a la naturaleza, al prójimo, a Dios, nos pasamos gran parte de nuestro tiempo evocándolo, sintiéndolo, practicándolo.
Sin embargo, aunque parezca mentira, pocas veces lo empleamos en tiempo presente y transitivo: ¡Te amo! Frase que es la semilla de nuestra fe como seres humanos, capaces de prodigarlo a manos llenas.
Un abrazo fraterno:
Arturo
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Amigo Arturo:
Comparto tu opinión sobre el carácter inherente del amor en el ser humano, al igual que otros sentimientos menos positivos, como el odio. Reconocer los sentimientos positivos nos hace mejores, así como vivirlos con plenitud nos acerca a la felicidad. Sin embargo, también sabemos de lo efímero y del miedo a perder cosas como el amor, que tanto nutre nuesta existencia y nos da tanta confianza. Tal vez por eso lo nombramos tan poco en presente y recurrimos a los hechos, los gestos que demuestran el valor de ese afecto hacia la persona amada.
Gracias por tu generosa presencia poniendo de tu parte cuanto -inevitablemente- carecen los versos de este soneto. Un abrazo hasta el inmenso México.
Salud.
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encantador y fresco poemasoneto , el amor ,
nunca sobran palabras ni ideas para recrearlo
buen fin de semana Juio
abrazo
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Gracias, Elisa. Es verdad, aunque es uno de los temas más recurrentes en poesía, nunca sobran palabras para nombrarlo y reinventarlo. Gracias por tus palabras y un abrazo hasta el mágico Chile.
Salud.
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