Carta de agosto

 

Carta de agosto

Tal vez recuerdes
el nombre del amor de los veranos
perfumados de tomillos
en las tardes; o en las mañanas
las frescas aguas del río,
los cuerpos abrazados en la hierba
de las horas del monte y de los besos
húmedos
y los sueños
por entre las miradas
y en las manos las caricias, mariposas
en el tacto desnudo de la piel.

Ahora estoy aquí, en el mismo lugar,
el sol rozando el horizonte,
los tomillos colmando la tarde con su aroma,
tendida sobre la hierba,
la luz de un cielo limpio en mis pupilas.

Tal vez, alguna vez lo sepas,
como cuando fuimos felices
como cuando inventamos el amor
como cuando fuimos el mundo
y agosto resultó ser, al fin,
toda la vida.

González Alonso

 

20 comentarios en “Carta de agosto

    • ¿No será, Conchi, que nos referimos a los mismos paisajes de infancia? Este poema, escrito en femenino, tiene todos los aires de los veranos de La Pola de Gordón y se refiere a aquellas experiencias tempranas. No podía ser de otro modo.
      Muchas gracias por asomarte por estos versos a los recuerdos. Un abrazo.
      Salud.

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  1. La ilusión es eterna, Julio. O por lo menos renace a menudo en el alma humana. La ilusión siempre es joven, carece de estrías y pliegues, es tersa, porque al ser eterna, nunca envejece.
    Besiños palmeiráns.

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    • No sé si -en la memoria de la mujer en la que deposito los versos- viajo en el tiempo o es el tiempo el que viaja trayendo lo mejor de lo vivido. De todos modos, resulta reconfortante volver a sentir al recordar.
      Los encabalgamientos espero que le den el ritmo que asocio a hecho de recordar, a retazos, pinceladas, imágenes fugaces que se van mezclando de manera aleatoria. Muchas gracias por la observación, Isabel, y muchas gracias por recibir y contestar a esta carta de agosto. Abrazo.
      Salud.

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      • ¿También para ti? ¡Qué tendrá el verano cuando, además, se es muy joven! Yo puse estas palabras imaginadas en boca de quien generó aquellas ilusiones, sensaciones, emociones… y todo lo que conducía al amor. Ni se acordará de mí, aunque sí de aquellos días. O eso quiero creer. Gracias por recibir esta carta, Carmen, y que el verano siga trayéndonos alegrías. Abrazos.
        Salud.

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