Luna
No quedes con la luna
impuntual,
inconstante y caprichosa; déjala
ir
rasgando el horizonte
con su belleza roja,
el rutilante blanco de su rostro
rielando las aguas
sobre espumas de olas;
que acompañe, ángel del sueño,
las horas de tus noches.
Vencida de hermosura
sólo es abrazo de encendidas estrellas;
mírala
con su rumor cautivo de leyendas,
con su blancor redondo,
la dulce evocación del amor,
el sutil tacto de las sombras,
la luz titilante del deseo,
la eterna atracción de sus secretos
e ilusiones derramadas. Luna
al fin. Déjala
ir. Que vuele las cúpulas
del cielo. Que vuele sin trabas el albor
de las miradas,
la pasión que alumbran
luminarias
de las torres
más altas.
González Alonso
Es inconstante, la luna… Le gusta asomarse, aparecer esplendorosa y desaparecer, jugar al escondite detrás de las nubes. Será por eso que a las personas de carácter cambiante se les dice lunáticas.
Pero dejarla ir, es imposible: ¿hay algo más oscuro que una noche sin luna?
Tus poemas desbordan poesía.
Salud.
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Feliz de encontrarte a la luz de esta luna, Carmen. Y mil gracias por tus siempre tan reconfortantes palabras.
Salud.
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¡Maravillosa y una fantástica foto!
Greetings from the beautiful Rhine- Highlands / Germany…
Rosiee
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Un placer, Rosie, tu visita y comentario en este poema.¡Muchas gracias!
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🙂
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Muy lírico tu poema de esa bella mujer con tacones altos que por aquí, en el Rasillo, en las aguas del embalse parece una lavandera refregando sus enaguas.
Un abrazo
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Tu comentario, en sí, es otro bello poema de aguas y luna. Muchas gracias, Rubén.
Salud.
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Qué grandes momento de antaño y ahora al abrigo de la luna, de una luna que nos acoge siempre sin reproches, con escucha y afecto. Que nos pide a gritos que le aullemos. Y yo lo hago, ¡vaya si lo hago! De pronto todo pierde sentido, el viaje nos da la perspectiva que necesitamos y mañana saldrá de nuevo.
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Un placer, Urko, escuchar tu aullido a la luna, unido a los del mundo en torno al cual gira. Muchas gracias.
Salud.
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Hermosas localizaciones. Y me hiciste pensar, corrijo… la luna sí se puede retener. La poesía de tu poema es buena prueba de ello.
Gracias por el lujo de traernos la luna.
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Tomo nota de la corrección, Jant, y te agradezco el gesto tan amable de encontrar poesía en el poema.
Salud.
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Hola Julio.
Lo leí con el interés de que la luna no falta en mis paisajes e imaginería como elemento indispensable pero evito que me influya demasiado, es decir la entiendo como ese «déjala ir» que comentas, sé que solo es un poema. Pero la luna tiene ese algo tan eterno que no se la puede retener.
Saludos.
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Hola, Jant:
Me alegra que «en busca de la poesía» hayas venido a parar a este cuaderno y este poema de lunas… Tienes razón, sólo se trata de un poema, pero el poema siempre sabe más que el que lo escribe y eso lo has percibido estupendamente. Como anécdota o dato, te diré que esta luna nace de los últimos días de octubre en tierras almerienses donde, con la puntualidad que la caracteriza, aparecía al caer la tarde por el este sobre el mar. Lo demás, ya sabes, surge de sa contemplación y la conversación interior. Un poema. Y espero que algo de poesía. Muchas gracias.
Salud.
Nota: La primera fotografía está tomada en Almería (Carboneras, Cabo de Gata). La segunda foto corresponde a un momento del anochecer de una isla griega.
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Luna inspiradora de magníficos versos. Gracias, Julio.
Un abrazo.
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Amiga Isabel, ¡qué placer encontrarte en esta luna y estos versos! Con un abrazo.
Salud.
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