El libro de los muertos

El libro de los muertos

Con  espanto y guerra, los ojos desorbitados,
galopa el caballo picassiano,
golpea la tierra
con las patas de Rocinante;
se  cuela la picaresca en Siglo de Oro
por los arlequines
de los días más azules del siglo
veinte
y Cervantes
remueve los pinceles y mezcla los colores
en la paleta de grises tenebrosos.
Una vez más, ay, Goya y la España trágica
devorándose a sí misma
mientras escribimos el libro de los muertos
y emerge la luz en sortilegios.

¡Qué largo viaje, patria, nos amenaza
en el filo de la espada de la historia
hasta el juicio de Osiris!

¡Fría es la jornada que te acompaña
al levantarse el campo
y la batalla aplaza su final y hará la cuenta terrible
de los vivos
antes de que decline el día!

Echa tierra a mis ojos,
que no alcancen mis hijos a ver tanta desgracia;
desnuda mi cuerpo, entrega a los dioses mis riquezas,
que nada estorbe la ligereza del viaje;
así, patria, se cuentan las jornadas
y las estaciones y los años a la grupa del destino
arrumbado a la cintura de tus costas,
alto en tus verticales montes,
agreste en el aire
que sobrevuelan las águilas,
extenso en las llanuras
de la esperanza.

                                   González Alonso

22 comentarios en “El libro de los muertos

    • Siempre agradecido, Juan José, por tu tiempo y comentario. Creo que la historia de España, con Goya, Picasso, Cervantes, Machado, García Lorca y la pléyade de escritores, artistas, científicos y pensadores que nos precedieron, es impactante, como lo han sido los gobiernos, reinados y políticos que se ocuparon de la cosa pública, aunque no brillaran por sus aciertos, precisamente. Vivimos un país que tiene que reinventarse cada día, dominado por un pesimismo secular y cierto complejo de culpa decimonónico que no acabamos de sacudirnos de encima. Pero bueno, esperemos que todo vaya teniendo arreglo y acertemos a saber mirar a un futuro siempre mejor. ¡Salud!

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      • ¡¡Hola, Julio!!
        Estoy de acuerdo en que los gobiernos no han brillado casi nunca, pero me parece bien reivindicar nuestra cultura. Tengo que reconocer que disfruto también con El Bosco, con Michio Kaku, con Kubrick y con cosas novedosas que vengan de otras culturas. Creo que siempre beneficia compartir ideas con otros puntos de vista y con opiniones diferentes, pero sin duda, todos los que citas merecen de verás la pena.
        Siempre es bueno deshacerse de cualquier complejo. Es un placer charlar contigo. Siempre interesante. ¡¡Saludos!!

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      • Por fortuna, nuestra cultura está por encima de los gobiernos de cualquier época. Y -como dices bien- las culturas no se hacen solas a sí mismas y son, afortunadamente, mestizas. Por lo que respecta a los complejos, totalmente de acuerdo. Un placer.
        Salud.

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  1. Querido Julio:
    Tu poema es una bellísima denuncia del desorden mundial que va agudizándose más cada día; pero al que miras desde un prisma de esperanza.
    Precisamente ayer asistí a la ópera “Idomeneo” y, a la puesta en escena, le encontré similitud con lo que expresan tus versos. Me gustó muchísimo. Prescindiendo de la intención que Mozart quisiese darle a su obra -que ya había visto en otra ocasión-; la de ayer me pareció una especie de documental sobre las migraciones, como consecuencia de las guerras manipuladas por los poderosos, que tenía por banda sonora la música del compositor.
    Todavía sigo lidiando con mi conjuntivitis y supongo que así continuaré mientras no caiga un buen aguacero. Lo malo es que me la trataron como vírica, siendo alérgica, y perdí mucho tiempo; porque resultó peor el remedio que la enfermedad.
    Salud.

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    • En primer lugar, Carmen, te deseo una mejoría pronta y la sanación de esa molesta conjuntivitis. En segundo lugar, expresarte mi sorpresa por que este poema lo hayas colocado al lado de una ópera de Mozart y su grandiosidad, o al menos que hayas apreciado cierta concomitancia en el tema. No sé si la obra del genial compositor abriga alguna esperanza de futuro; a mí me gusta pensar que la hay y que lo podemos conquistar. Siempre mi abrazo agradecido.
      Salud.

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    • La poesía se escribe cuando ella quiere, tienes razón; será por eso que escribo muy poco, pero me alegra que cuando se deja escribir haya personas tan amables como tú que se paran a leerla y valorarla de manera tan generosa. Mil gracias, Magdalena. Mi abrazo.
      Salud.

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