Volar

Volar

Tienen alas los ángeles.  Volar,
alzar su levedad
envuelta en vaporosa admiración,
delicada belleza,
llena el aire y el alma de armonía.

Tienen alas los ángeles
de intangible luz, de cálida bondad
la mirada;  y una sonrisa leve
como pétalo de rosa sobre el labio.

Los hombres envidiaron a los ángeles,
el ingrávido vuelo de sus alas,
el azul poderoso de la altura;
construyeron sus alas de metales
y miraron la tierra desde el cielo.

Pero no fueron ángeles.

Olvidaron los hombres la bondad
de la mirada,  penúltima razón
de la belleza,  última del odio.

Así
la ciega ambición; así los días
entregados a la muerte.

Sobrevuelan metálicas las alas
los campos y las tierras; dejan caer las bombas
como espadas de fuego
sobre los sueños. Porque olvidaron los hombres

la sonrisa

y el labio dado al beso.

¡Qué  pesado vuelo
alzado sobre el futuro!

Los ángeles se miran confundidos.

Más lejos,
las estrellas.

González Alonso

26 comentarios en “Volar

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  2. Acabo de salir a la terraza con la vana esperanza de alcanzar a vislumbrar algún ángel de delicada belleza deslizarse por el cielo palmeirán. No he visto ninguno. Sólo se siente el retumbar de las bombas al otro lado de la ría. Por suerte, no son bombas destructivas sino de fiesta. Las estrellas, en esta noche clara, parecen muy cercanas. Es muy triste que en otras latitudes no ocurra lo mismo.
    Tu poema describe, con ese lenguaje metafórico y lírico sólo por ti logrado, el horror que impera en tantos lugares del planeta al que ni siquiera los ángeles dan crédito…
    Un abrazo con salud.

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    • Salud, Carmen. Palmeira vestida de fiesta, agua y color veraniego; también -imagino- de calor. Los ángeles andan confundidos, es cierto; muchas veces, despistados o distraídos. Pero lo que resulta más preocupante es la condición humana gestionando la vida de un planeta tan hermoso como efímero con tanta ceguera. Ahí andamos, amiga mía. Mientras tanto, mi abrazo y agradecimiento.

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    • Y yo no me cansaré de agradecerte estas inyecciones de ánimo que me das, amiga Magda. Este poema, previsiblemente y si el editor lo considera así, formará parte de mi próximo libro que quiero se publique el año próximo. Estoy en ello. El estilo del poema marca un poco la línea general de lo que quiero sea la obra. Veremos en qué queda todo.
      Con mi abrazo grande hasta la húmeda Palmeira desde las costas almerienses por las que ando ahora y por unos días. Salud.

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  3. ¿Será que se metamorfosean los ángeles de hoy? Los que bajaron a la tierra tienen máscaras humanoïdes. Los reconozco por sus acciones malévolas. Has tocado un tema de actualidad que desemboca en la oscuridad de nuestro Universo. Más allá ..sólo soñar con nuestras alas de papel.
    Un abrazo grande, maestro de la pluma.

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    • Amiga Cecilia, ¡qué bien has resumido la idea y la intención del poema! ¡Qué bien sabes leer y hacer que un escrito cobre vida! Muchas gracias, muy veraniegas por estas latitudes y espero que felices por las tuyas. Salud.

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  4. El mundo poco a poco va perdiendo la bondad y la generosidad, cada vez miramos más a nuestro propio ombligo.
    Yo siempre creí en los ángeles, es más aún creo, es la esperanza que me queda, pensar que hay ángeles aunque estén en la tierra.
    Genial entrada Julio, un abrazo⚘

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    • Muy acertada en tu comentario, Ivon. Mirarnos el ombligo quiere decir ignorar a los demás y, lo que es peor, actuar en su contra para preservar y aumentar nuestra capacidad de dominio y de poder. Todo ello se traduce en violencia, contra nosotros mismos y contra el mismo planeta. Mi abrazo agradecido por tus palabras.
      Salud.

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