Josefa Agüera Sánchez

Pepa AgüeraJosefa Agüera Sánchez (Mazarrón – Murcia.- 1962)

Hace mucho tiempo que leo con franca admiración a Josefa Agüera Sánchez, Pepa Agüera, y es el mismo tiempo que sigo con gusto sus trabajos que publica, de forma regular, en los foros de poesía Alaire.

Esta poetisa singular nace y vive en Mazarrón (Murcia) y confiesa que debe a su padre la pasión y el amor por las artes, la literatura y la poesía. Desde muy pequeña aprendía los poemas que su padre recitaba en voz alta e hizo sus primeros intentos en la escritura cuando tuvo la edad suficiente para sujetar un lápiz. Después de sus estudios primarios tuvo que abandonar la escuela y su vida transcurrirá desarrollando diversos trabajos, aunque considera que los fogones son su verdadera profesión. Actualmente vive en la provincia de Vizcaya-Bizkaia, en el País Vasco.

Puedo decir que tengo la suerte de compartir ocasionalmente con ella las veladas organizadas en Bilbao por Noches Poéticas, de cuya asociación  soy uno de los miembros fundadores, y  en las que Pepa toma parte recitando sus poemas, lo que hace – en ocasiones – de memoria. Así que, en una de estas veladas, me atreví a pedirle permiso para traer a este espacio de Lucernarios una muestra de su obra, a lo que accedió muy amablemente. Algunos de sus poemas han sido musicados por mi amigo de infancia y ahora amigo común, Víctor F. Mallada.

Es difícil quedarse solamente con uno o varios poemas de Pepa Agüera; toda la obra es de una calidad singular y cada poema alcanza un nivel tan alto que, confieso, me costó trabajo hacer una pequeña selección para publicar en esta página. Cuando has leído a Pepa Agüera ya no puedes dejar de leerla, repasar sus poemas o esperar otros nuevos traídos de su mano. Son poemas que siempre te dejan un poso, de los que recuerdas siempre algo y que te empujan, siempre, a volver a ellos. Nos trae en sus versos, fundamentalmente, el tema del amor o que nos remiten al amor y a la raíz de la tierra en la lengua propia de la infancia y el pueblo. Versos transidos de nostalgia, unos, otros llenos de fervor y apasionamiento, tocando con tierna ironía las realidades que nos rodean, nos impregnan de sentimientos y nos abocan a la vida, de la que su poesía es un clamor de afirmación.

El gusto por la forma y el dominio de la métrica se desarrollan en un estilo muy cuidado con una voz propia de personalísima inspiración que palpita con un trabajo impecable en el planteamiento, el desarrollo y el cierre de cada poema. Podemos decir que en los trabajos de Pepa Agüera ningún verso está de más, que la belleza de las composiciones se construye y vibra en la palabra necesaria, precisa, sin falsos ornatos ni figuras, imágenes y metáforas gratuitas, huyendo de lo aleatorio, azaroso y excusable. Una obra redonda, coherente, de la que espero disfrutéis en los siguientes poemas que a continuación forman una pequeña muestra de su gran obra.

Julio G. Alonso

*

Recordatorio
 
Como olvido las cosas a menudo
suelo peinar con raya el calendario
y señalar algún aniversario
haciendo en el tapiz del tiempo un nudo.
 
Para contar mis lagrimas me ayudo
con un reloj de arena o un rosario
y tengo una alcancía de a diario 
donde guardo los besos que desnudo.
 
Me enfada mi memoria cuando olvido
el color de tus ojos, cuando caigo 
en esta desmemoria traicionera
 
de no saberte. Y, sólo por descuido,
cuando salgo a la vida, nunca traigo
un alma de repuesto en la guantera.
 
 
¿Y si al fin…?
 
¿Y qué harás? Cuando al fin se acaben las canciones. 
Cuando se muera el perro que te guarda los besos. 
Cuando todas tus lunas se fundan como quesos 
y se caigan los trenes de las cuatro estaciones. 
 
Cuando se ahorque el tiempo en tus habitaciones 
y se pongan en huelga los goznes de tus huesos. 
Cuando tu piel no sea página de sucesos, 
ni tus labios el horno de cocer las pasiones. 
 
¿Qué harás? Cuando el mañana se te vuelva pasado. 
Cuando no tengas gana. Cuando estés tan cansado 
que al final de las manos se te aburran los dedos. 
 
Cuando por tu ventana ya no entre el pecado, 
llámame. Cada cana será un verso soñado. 
Te querré como ahora. Más no… porque no puedo.
 
 
Premonición
 
Ya he presentido que pudiera quererte 
y arranco el corazón amenazado. 
Lo limpio de tus ojos. Del pecado 
de tus ojos, heraldos de la muerte. 
 
Limpio mis labios de la mala suerte 
del nombre tuyo, medio pronunciado 
y de mis dedos raspo el desagrado 
de este querer tocar y no tenerte. 
 
No quiero. No. No quiero enamorarme. 
Le estoy poniendo al alma cerradura. 
Estoy buscando un fuego en que lavarme, 
 
una imposible fuente de agua pura. 
Estoy buscando donde desnudarme 
de esta piel, pabellón de mi locura. 
 
 
El alba de Julieta
 
Aún es temprano. 
Me asomo a la ventana, 
tapiada por mis ojos que reniegan la luz 
y ahí afuera está oscuro. 
Los grillos aún afilan 
sus alas coruscantes con un sonido seco 
de puerta enrobinada. 
El cielo 
ni siquiera se ha puesto las estrellas 
esta noche 
y se olvidó la luna 
en el bolsillo de otro traje. 
Por eso está tan negro 
como un designio aleve. 
Aún el relente recala con su frío 
los huesos de los muertos 
que quedan por volver a su tumba, 
y vagan empapados de silencio y misterio. 
Así que quédate conmigo 
No dibujes el hueco de tu cuerpo en mi cama. 
No arrojes tu calor a los perros que aúllan en la noche. 
No te vayas aún. 
Eso que oyes, no es una alondra, sino un ruiseñor. 
 
 
Zafarrancho
 
Limpiar la casa siempre me deprime. 
¡Te encuentras cada cosa en los rincones! 
El polvo de las viejas decepciones. 
Manchas de amor, que ni el amor redime.
 
     El vaho del espejo siempre oprime 
mi alma con las mismas sensaciones. 
Y no hay trapo que limpie los borrones 
de luz, que el tiempo, en la memoria, imprime. 
 
     Me pesa, como un lastre, el corazón. 
Pero el trabajo feo y aburrido 
a veces lleva su compensación. 
 
     No sabes la alegría que he tenido 
al hallar, en el fondo de un cajón, 
el Norte que hace tiempo había perdido.
 
 
Silentium
 
Será que no me gusta 
este silencio de no escuchar tu voz. 
Por eso se me quejan los vecinos 
de que pongo muy altos los latidos y la radio. 
Que hace mucho ruido 
la carne, al desprenderse 
de las falanges de mis dedos. 
Y son como un granizo 
mis lágrimas, cayendo 
en el tambor vacío del regazo. 
 
 
Insomnio
 
Dice el médico que es muy raro este insomnio. 
Que, para dormir bien, no es necesario 
tener en la mesilla, al alcance de la boca, 
tres docenas de grageas de besos, 
un vaso hasta los bordes de voz líquida, 
un libro de suspiros… con sus ecos, 
un pañuelo bordado de caricias, 
una luz de tus ojos (encendida o intermitente) 
y un suero de tu esencia por vía intravenosa. 
El sabrá horrores de medicina, 
pero de amor muy poco. 
 
 
Ellos ya saben quienes son
 
Esos que están ahí cuando es preciso 
arrancarle las plumas a la pena. 
Que lo mismo te invitan a una cena, 
que lamen tus heridas sin permiso. 
 
Que suelen presentarse de improviso 
a colmar tu botella medio llena. 
Que no escuchan los cantos de sirena 
ni aun desde el umbral del paraíso. 
 
Los que te abren al mundo la ventana. 
Los que te ayudan a cruzar los puentes 
y sostienen tu alma en los aleros. 
 
Que están ahí porque les da la gana. 
Amigos, sin contratos ni patentes. 
Compañeros de farra. Compañeros.
 
Valle de Genicera (León) Fotografía de Alfredo García
 
Preprimavera
 
He notado 
que se acerca la primavera 
y que todo se ensambla y se condensa. 
Ayer mismo 
sorprendí copulando 
a dos piezas del exín castillos. 
Esta misma mañana, la clavija 
por poco se cuela sola en el enchufe. 
Me he encontrado anudadas unas con otras 
las mangas de las camisas en mi armario. 
Y los calcetines 
se me meten solos en los zapatos. 
A la que me descuido 
la escobilla del baño 
salta dentro de la taza y se sacude. 
Y el tubo de la pasta 
eyacula sin pudor 
sobre el cepillo de dientes. 
He pillado a Eugenia Grandet 
a punto de fugarse 
con Papa Goriot. 
Toda la casa está llena del polen 
que las lamparas se mandan unas a otras. 
Puestas así las cosas 
comprenderás que no pierda de vista al gato. 
 
 
Estampa güertana  (para Juan Fionello)
 
Toa la güerta es un clamor de flores. 
Güele a alabega fina y a retama. 
Sentaos a la sombra de un granao 
platican un zagal y una zagala. 
 
«-Ties la piel como los abercoques»- 
Dice el, y ella toa colorá 
se ríe afuerte, y es su boca fresca 
lo mesmico que granos de graná. 
 
Cerca pasa la cieca cantarina. 
El le pregunta: «¿Quies que me vaya?»- 
Ella niega y rebulle en el mandil 
 
tímidamente, las manicas blancas. 
Se miran a los ojos, encendios 
y antoces sobran toas las palabras. 
 
 
Tus celos
 
Entiendo que los tengas de tu amigo, 
ese tan guapo con el que trabajo. 
O también del tendero de aquí abajo 
que siempre es tan simpático conmigo. 
 
Del guardarropa que con desparpajo 
me pregunta: -“ ¿ Le guardo a usté el abrigo?” 
Del profesor de letras. Del mendigo 
de la esquina. Del estudiante majo. 
 
Que los tengas del poli, del portero 
del cantante, el actor, el camarero, 
del soldado, del cura arrepentido. 
 
del medico, el pintor o el butanero, 
lo que no puedo entender, por más que quiero, 
es que puedas celar de mi marido.
 
 
Por un día 
 
Un día, sin que siente precedente, 
seré para tus juegos la muñeca. 
El vellón que desnudes con tu rueca. 
La puta de tu sueño adolescente. 
 
Seré la alfombra de tu pie candente. 
Pondrás tus dedos en mi carne hueca. 
Y pecaré contigo, como peca 
el condenado que no se arrepiente. 
 
Navegarás los mares más serenos 
perdido en la marea de mis senos. 
Hundirás en mi océano tu quilla. 
 
No me duelen tu ancla y tus cadenas. 
Naufragarás al fin en mis arenas, 
y volveré a reinar sobre tu orilla.
 
 
Desértico 
 
A mi llega tu olor, 
                              
húmedo viento, 
 
que barre las colinas 
de mis senos. 
 
Mi piel 
 
-trampa de rocío- 
 
se        d  e  s  p  l  i  e  g  a. 
 
Y capturo, 
                  golosa, 
los aromas.  
 
 
Para regar este árido 
 
Atacama. 
 
 
Tócame ahora
 
Tócame ahora que te has puesto 
las manos que me gustan. 
Las de mullir los plenilunios 
en los que se reposa mi licantropía. 
Las de azotar los sueños 
para empujarlos hasta mi sembrado. 
Las de izar las mañanas 
de mi madrugada treme. 
Las de enrollar madejas de caricias. 
Las de hornear pirámides de besos. 
Esas de moldearme 
como un barro de luz y atardeceres. 
Irrepetible.
 
Tócame ahora
 
 
 

32 comentarios en “Josefa Agüera Sánchez

  1. Soy una especie de «Alien», recién aparecida por arte de la magia del aliento de nuestro común amigo Julio. He tomado tu nombre al azar y me he encontrado con unas pinceladas de lo que entiendo pertenecen a una gran obra poética, y no me quiero marchar de aquí…

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    • Me alegro de que Julio haya invocado su magia y te haya traído hasta esta página tan llena de buenas cosas.
      Por lo que a mi respecta, un simple «gracias», por muy sincero que sea, se queda corto ante un comentario como este tuyo. Me han emocionado íntimamente tus palabras. Tanto que no se qué decir.
      Un abrazo.
      Pepa

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  2. Yo no soy amiga de ningún escritor de este blog ( conozco a Charo Guarino y, a través de ella he llegado aquí. Sin amistad, sin conocer y sin estar condicionada por nada digo, que me encantan los poemas de Pepa. Además me voy a permitir dar una opinión personal: al que trabaja el hierro se le llama herrero, al que hace casas albañil, el que hace helados es el heladero y al que hace poemas es el poeta y eso, no es cuestión de talla ni cuestionable. No sólo es poeta el que tiene su nombre en una calle, muchas ediciones, un busto en algún jardin o unas letras en negrita en un libro de texto: Poeta es el que escribe poemas y estremece con ellos. Y tú lo eres. Besos

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    • M.Ángeles, conozco -como es de ver- a Pepa Agüera, extraordinaria en las letras y entrañable en la amistad. Me alegran tus palabras por lo que tienen de honda verdad en general, y en el caso de Pepa Agüera, en particular. Creo que ella se va alegrar mucho con tu comentario y desde su humildad te lo agradecerá. Gracias por escribir; me hace feliz el haber posibilitado desde este cuaderno que los versos de Pepa Agüera hayan llegado hasta ti. De nuevo gracias.
      Salud.

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    • Hola M Angeles:

      Primero darte las gracias por asomarte a esta ventana, aun sin saber lo que encontrarías dentro. Como ves, hay un poquito de todo.

      Comentarios como este tuyo me dejan sin palabras (y mira que es difícil).

      Si te dijera que escribo porque es una necesidad sonaría demasiado a tópico, por más que sea verdad. No me paro en considerar si lo que escribo es o no poesía o si es mejor o peor, ya que no sé hacerlo de otra forma. Al final es más fácil decidir cómo hacer las cosas cuando no puedes elegir.

      También creo que Julio me ha hecho un inmenso honor al traer mis experimentos de juntaletras a esta bitácora y ponerlos en tan magnífica compañía, lo cual nunca terminaré de agradecerle.

      Recibe de nuevo la gracias y…

      Un abrazo

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  3. Querida Ana:

    Gracias de nuevo por tu amabilidad y generosidad.

    Esa poesía, tal como la describes, bien podría ser igualmente la tuya.

    Si que tengo tu correo y me pondré en contacto contigo para darte mi numero de teléfono. Entre tanto, recibe mi cariñoso abrazo.

    Pepa

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  4. Ahí está la grandeza de la poesía, Pepa. Sencillez, intimismo, palabra escondida, magia secreta. Al menos para mí eso es mucho más importante que la pompa, la fama, el boato, lo grandilocuente…

    Te honra ser una poeta inundada de sencillez y sobriedad.

    No sé si tienes mi correo y teléfono. Me pondré en contacto contigo a través del foro. Sí, podemos quedar un día y tomar un café. Será un placer.

    Besos y amistad
    Ana

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  5. Querida Ana:

    Te agradezco inmensamente tu hermoso y extenso comentario.

    ¿Qué decirte? Desde luego, el placer es mio de estar en tan buena compañía.

    Tus generosas palabras sobrepasan con mucho el mérito de mi obra, más viniendo de una autora de tu calidad, a la que admiro y respeto desde que empece a frecuentar el foro poético y las paginas sobre el tema en internet.

    Julio ha sido muy amable de traerme a este espacio en el que me siento arropada y acompañada con la calidad y calidez de los grandes poetas, pero sobre todo, maravillosas personas que aquí estáis.

    A pesar de vuestro empeño en alabarme, mi poesía no tiene más grandeza que la de ser sincera y salir directamente del corazón, algunas veces dolida, otras feliz, casi siempre optimista, pero sobre todo sencilla y directa. Mucho ha de notarse en ella la influencia clásica, porque fue mi lectura favorita desde niña.

    Estoy por dejar un comentario en tus poemas en esta misma extraordinaria pagina, pero cuestiones personales me tienen ocupados tiempo y atención y apenas escribo algo, respondo algún comentario y leo algún poema que otro.

    Para mi fue un inmenso placer conocerte personalmente y poder charlar sobre intereses comunes, Cualquier día repetimos la experiencia, quizás en una terraza de Bilbao, ante una taza de café.

    Entretanto le agradezco a Julio la oportunidad de compartir este espacio poético contigo.

    Gracias de nuevo por pasarte `por mis letras.

    Te envío mi amistad y un abrazo cariñoso.

    Pepa

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  6. Julio:

    Me parece una acertadísima elección. Traer a Pepa a tu espacio «Lucernarios» es dar en la diana. Pepa tiene la hondura, la profundidad, la métrica y la musicalidad. Aporta su propia voz al tiempo que integra la tradición de la mejor poesía española.

    Enhorabuena
    Abrazos
    Ana

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    • Estoy tan convencido como tú, amiga Ana, de que es un lujo poder contar con la presencia de Pepa Agüera en este espacio, el cual tú también enriqueces con tu presencia y tu obra muy bien valorada por los lectores que llegan a Lucernarios. Con un abrazo y las gracias.
      Salud.

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      • Amigo Julio:

        Siempre tan generoso en tu consideración hacia mi. No se como agradecerte el favor que me haces trayendo mi modesta obra a esta esplendida pagina.

        Un abrazo enorme.

        Pepa

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  7. Querida Pepa:

    Es un placer encontrar tu poesía en este espacio que con tanto esmero cuida cada día nuestro común amigo Julio.

    Tu poesía es formalmente cuidada y tiene la intensidad de la tierra, del tiempo, de la belleza, de la hondura. Has asimilado la tradición de la lengua castellana. A la vez integras tu voz propia en cada verso, en cada poema.

    Eres una poeta singular, sin duda. Me encantó compartir contigo velada poética en Deusto, charla, afinidades…

    Agradezco a Julio haberte traído a su espacio.

    Compartir contigo este cálido lugar de poesía y amistad es mágico.

    Un fuerte abrazo, Pepa
    Mi cariño y aprecio poético.
    Felicitaciones por el conjunto de tu obra.
    Ana

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    • Ya sabes, Ana, que el mérito es de Pepa y la extraordinaria calidad literaria de sus trabajos. Como en su día creo haberte comentado, me tomo con calma estas publicaciones y solamente pido permiso para publicar a aquellos autores que me convencen por los cuatro costados. Pepa es una de las autoras que sigo desde hace tiempo y desde todo ese tiempo me viene admirando. Le agradezco que se haya prestado a dejarme hablar un poquitín de ella y mostrar algunas de sus obras. Gracias a ti, también, por la delicadeza de escribir en este rincón, Ana.
      Salud.

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  8. Totalmente de acuerdo con Julio y con Ramón, querida Pepa. Sabes, porque te lo he comentado alguna vez, que me gusta tu forma de escribir, clara, sencilla, con las metáforas justas y con unas imágenes que plasman la cotidianidad de forma precisa.

    Y me gusta (también te lo he dicho), porque me recuerda mucho a la mía, sólo que tú tienes una ventaja: eres mujer, y yo soy de los que opinan que la mujer que escribe bien, le añade un plus de ternura a los versos, una pizca de sensibilidad y de magia de la que a menudo los hombres carecemos.

    Creo pues, que Julio ha hecho muy bien trayendo tus poemas (sabiamente escogidos) hasta este su espacio, un lugar donde te vas a sentir a gusto y donde seguro que vas a recibir el beneplácito de aquellos que te lean, como recibiste el mío desde el primer momento que te leí.

    Sigue así, no cambies, y aunque siga madurando tu forma de escribir, conserva la sencillez que te caracteriza, la ternura fresca de tu verso, tu caudal de emociones.

    Un abrazo, compañera.

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    • Amigo Mario

      Siempre tan generoso en tu apreciación de mi obra. Te agradezco tus palabras elogiosas, no muy merecidas pero ,sin duda, agradables siempre.

      No es que mis poemas sean tan buenos, es que Julio le ha hecho una peana que parece mejor el santo.

      No sé si ser mujer es ventaja para escribir, ya que todos los poetas que me acompañáis en este viaje hacéis gala de una sensibilidad exquisita. Creo que las emociones y las vivencias son las que dan el punto sensible a la poesía, y eso lo tenemos hombres y mujeres por igual, como lo evidencia la alta calidad poética de vuestra obra.

      Si mi estilo es sencillo y cercano es porque escribo de lo que conozco y me es cercano a mi misma, como muy líricamente ha dicho Julio.

      Estoy segura de que voy a estar muy a gusto aquí, porque el lugar es cómodo y acogedor y la compañía inmejorable.

      En cuanto a lo de cambiar, no será difícil seguir tu consejo, ya que con el tiempo las cosas se enquistan y endurecen y ya no tienen arreglo y esto mío ya tiene demasiados años para cambiar, como mucho podrá ponerse más viejo.

      Te agradezco sinceramente tus palabras y te envío…

      un fuerte abrazo.

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  9. Querido Julio:

    Después de leer semejante panegírico sobre mí y mi humilde obra no sé qué puedo decir que no sea dar las más humildes gracias por lo extenso y generoso del mismo. La admiración que dices tenerme, bien sabes que es mutua y así te lo he manifestado tanto en persona como por escrito. Por eso tengo que decir que si algún valor tiene mi obra es el de merecer la atención de escritores de tu categoría literaria. Y si algún mérito tengo yo es el de merecer la palabra amistad de una persona de tu calidad humana.

    No es difícil entender que cuando en una de las «Noches Poéticas» me pediste mi autorización para publicar algunos de mis poemas en estas paginas, me sentí abrumada por lo insólito de la propuesta y la perspectiva de verme en compañía y rodeada de autores del calibre de los que aquí se muestran. ¿Cómo negarme a semejante honor?. Y aquí están por fin estos pequeños versos que aspiran a poemas.

    Gracias de nuevo por distinguirme con tu amistad y considerar mi obra digna de tan generosa entrega.

    Con todo mi afecto

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    • Amiga Pepa, el honor de contarte entre mis amigos de la poesía y de poder ofrecer un ejemplo de lo que significa tu obra en este espacio, siempre será mío. Te felicito por la calurosa acogida que están teniendo tus versos. Con un abrazo.
      Salud.

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  10. Comparto absolutamente lo que dices de mi paisana Pepa. Una poeta capaz de combinar los metros más clásicos con la cotidianeidad más actual. Desde el mismo momento en que entré a formar parte del foro Alaire, Pepa se convirtió en una de mis lecturas favoritas. La selección que has escogido es muy representativa de su obra y he sentido una especial ilusión al ver entre los poemas esa maravillosa estampa güertana que me dedicó hace algún tiempo y en la que emplea magistralmente la entrañable «llengua murciana» de nuestra tierra común.
    Un artículo/antología realmente acertado, Julio y, como es costumbre en tí, deliciosamente escrito.

    Un abrazo.

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    • Amigo Ramón:

      El nombre de poeta igual le queda un poco grande a mi talla, aunque amigos (y verdaderos poetas) como Julio y tú os empeñéis en rellenar el holgado traje con comentarios tan exagerados como generosos. Escribidora ya me llega.

      Lo de la admiración, te digo como a Julio, que ya sabes que es mutua.

      Os agradezco a ambos vuestras palabras de aliento, aunque me ponga colorá cuando las leo.

      Un abracico pa ti de tu paisana

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    • No sé qué tienen las tierras murcianas para dar tan buenas cosechas de poetas, pero resulta admirable. A las Noches Poéticas del día 29 de junio en Bilbao vendrá un nutrido grupo de tu tierra, Ramón, algunos de ellos con premios y reconocimientos de interés, además de obra publicada. Y lo del poema en llengua murciana, me pareció de una frescura y viveza increibles. Es una lástima que lenguas minoritarias y prácticamente dejadas desaparecer como el murciano, el aragonés o el leonés, no se cuiden y preserven.
      Salud.

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