ESTAMBUL paso tras paso (V)

plza-taksim-1ESTAMBUL PASO TRAS PASO (V)
16 de mayo de 2023

Ambientada hasta ahora nuestra estancia en los límites de la antigua y original Constantinopla, marcada por los restos arqueológicos romanos, la monumental Santa Sofía y la no menos monumental y esplendorosa Mezquita Azul, hoy toca explorar el pulso de Estambul en un barrio bien distinto, el más europeo y cosmopolita de la inmensa ciudad del Bósforo. El tranvía nos acercará hasta Kabatas, a la otra orilla del Cuerno de Oro, y allí, mediante un funicular subterráneo, subiremos a la plaza Taksim. El espacio abierto de esta plaza en la cima de la colina, con su gran extensión, será el habitualmente elegido para las conmemoraciones y concentraciones de carácter social y político de la ciudad de Estambul. Un monumental conjunto escultórico rendirá culto y memoria a los soldados turcos y al ÁNGELfundador del Estado moderno de la República de Turquía (1923), el general Atatürk. En las inmediaciones de la plaza se distinguen las torres de una iglesia ortodoxa griega. La visitamos. Altares, retablos, tallas y representaciones pictóricas en cuadros y frescos de ángeles, apóstoles, evangelistas, la Virgen María y, por supuesto, Jesús, se extienden por las paredes, capillas de las naves del templo y las pechinas de su cúpula central. Un paisaje religioso multicolor que contrasta fuertemente con la decoración de las mezquitas a base de dibujos geométricos y versos del Corán.

Desde lo alto de la plaza Taksim se abre una gran calle peatonal o avenida principal, Isitaki, que atraviesa en su descenso el barrio de Beyoglu pasando por la espaciosa plaza Galatasaray.

CENTRO COMERCIALA lo largo de esta importante y larga avenida se abren a un lado y otro los comercios más exigentes y caros de Estambul, tiendas de moda y joyerías, así como cafeterías y restaurantes, además de grandes centros comerciales de varias plantas, alguno de ellos. Estamos en el espacio elegido para la ubicación de los consulados extranjeros, sobre todo europeos, con inmuebles notables del siglo XIX, como los del Consulado de los Países Bajos o el de Rusia, obras ambas de los hermanos Fossati, diseñadores de muchos edificios por encargo del sultán Abdülmecid I. También veremos ondear las banderas de Suecia, Reino Unido y Estados Unidos en las fachadas de sus respectivos consulados.

TRANVÍA TAKSIMUn antiguo tranvía, rescatado y conservado para la historia de la ciudad y uso eminentemente turístico, hace el recorrido de la avenida Isitaki subiendo y bajando a sus viajeros hasta la plaza Taksim. Cerca de la mitad del recorrido calle abajo y a mano izquierda se encuentra la iglesia católica de San Antonio de Padua. Está abierta y se está celebrando el culto. La visitamos con discreción. El templo se alza con su estructura neogótica al fondo de un corto pasadizo abierto a una plaza cerrada.

Tal vez el verdadero ambiente de esta calle y sus aledañas pueda apreciarse mejor por la noche o los fines de semana; pero sea cual sea el día o la hora no dejará de sorprender y reflejar una imagen bastante aproximada de su vitalidad.

TORRE GÁLATAY, estrechándose la avenida hasta convertirse en calle, metidos en el laberíntico barrio de Gálata, acabaremos divisando la imponente torre que, con sus 61 metros de altura, se alza sobre la colina del miso nombre de la torre y el barrio, dominando desde su privilegiada posición la vista del mar de Mármara, el Bósforo y el Cuerno de Oro con sus siete kilómetros de aguas adentro, como una cuchillada en el continente.

La torre actual, de carácter defensivo, fue construida por los genoveses en el siglo XIV –que llamaron Torre de Cristo- y sirvió a fines muy diversos desde entonces, haciendo la función de observatorio, ser prisión para prisioneros de guerra o ser utilizada para la vigilancia de incendios. Hoy día tiene un carácter exclusivamente histórico monumental y turístico. Puedes subir o bajar sus 143 escalones o hacerlo en ascensor. Merece la pena –a pesar del precio abusivo de la entrada- admirar su interior y, sobre todo, disfrutar de las vistas inmejorables de Estambul desde su altura, a unos 140 metros sobre el nivel del mar. LaANUNCIO casualidad quiso que también pudiéramos ver cómo grababan un anunció en una de las terrazas; una mujer con un vestido rojo y vaporoso era fotografiada sentada sobre un columpio mientras el aire desplegaba las telas del vestido como una gran vela o llamarada roja sobre los tejados de Estambul.

Continuaremos, dejando atrás la torre de Gálata, descendiendo hacia la orilla del Cuero de Oro. Las calles se convierten, en ocasiones, en callejuelas sinuosas, escaleras y acusadas esquinas hasta alcanzar la salida al famoso puente de Gálata.

El puente de Gálata, frente a la Mezquita Nueva y su bella silueta recortada contra el cielo, fue diseñado, construido y reconstruido varias veces; la última vez se proyectó con dos alas levadizas de 400 toneladas de peso para permitir el paso de los barcos y la obra fue llevada a cabo por la empresa alemana Thysem. Su estructura se sostiene sobre 144 soportes de acero de 80 metros de altura y 2 metros de diámetro. El impresionante puente dispone de dos alturas; por la más elevada circulan los vehículos y el tranvía, y la más baja está MEZQUITA NUEVAocupada por restaurantes en los que –a la vez que admirando las vistas de las dos orillas del Cuero de Oro- poder disfrutar los platos de una buena comida o cena. No pudimos resistir la tentación de aprovechar la hora del mediodía para sentarnos a la mesa, y después de recorrerlos todos apreciando las ofertas y comparando precios, nos decidimos por el Vezenan. Estupendo pescado fresco, bien presentado y elaborado, en raciones muy generosas y apetitosos complementos. Sirven licores, vino y cerveza, y el servicio fue muy bueno, amable, sin eternas esperas, con la invitación a tomar té con delicias turcas en la sobremesa.

El día continúa con la tarde en el Bazar de las Especias. Lo oído, dicho y repetido una y mil BAZAR ESPECIAS1veces sobre este bazar no deja de ser una grata verdad; los aromas y colores que inundan las galerías arqueadas de sus calles se mezclan con el rumor incesante de vendedores y compradores, preguntas de los clientes, dudas, regateos… y siempre acabarás llevándote un buen lote de especias variadas para ti y tus familiares y amigos. No fue diferente en nuestro caso.

Dejando atrás el Bazar de as Especias, nos sobrará aún algo de tiempo para visitar la Mezquita de Solimán y la plaza de la Universidad antes de entregarnos a un breve reposo en el hotel, en las inmediaciones de la plaza Beyazid. Más tarde, en Sultanahmet, será el momento de poner fin a la jornada de una manera muy dulce con el broche de oro de la visita a la pastelería Hazit Mustafá, de 1864, con su decoración tradicional y ambiente acogedor degustando  un excelente “trilice karamell” y un no menos excelente “osmandi kad suil” (4 y 5 euros) mientras evocas y repasas las impresiones de lo que, al fin, resultó ser un estupendo día en Estambul.

González Alonso

BAZAR ESPECIAS3PASTELERÍA

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