Ciudad Real y otros lugares en las rutas del Quijote

Ciudad Real, en las rutas manchegas del Quijote

……………..Almagro.-Teatro.Almagro.- Baile de Fuenteofejuna.-Lope de Vega.Almagro, teatro clásico.

Siempre aprovechando la oportunidad de Almagro y su Festival Internacional de Teatro Clásico, se puede echar una mirada a los paisajes que conforman la topografía del Quijote, buscar molinos, sierras, bosquecillos, ríos, cuevas, lagunas o campos abiertos sobre los que la imaginación del ingenioso hidalgo quiso ver ejércitos, castillos, gigantes, princesas o forzados a los que liberar.

Almagro, ciudad bien conocida por la configuración tan rectangular y porticada de su Plaza Mayor, de miradores pintados de verde, Corral de Comedias, Ayuntamiento con fachada de piedra sillar al este de la plaza y al oeste la estatua ecuestre de Diego de Almagro, adelantado de Chile, en medio de un pequeño jardín bien arbolado, ofrece –además- el paseo por sus calles medievales empedradas, palacios y casonas blasonadas con sus paredes blancas, grandes portalones y estupendas forjas en las ventanas. También te regala las estancias del magnífico convento franciscano del siglo XVI hoy convertido en Parador Nacional.

pinchos de atún rojo de AlmagroOtras distracciones culturales al calor veraniego del teatro vienen a sumarse a las tradiciones gastronómicas manchegas de sus fogones. De lo sencillo y popular en tascas y posadas a lo exigente y selecto de otros restaurantes como el del Parador Nacional. Para todos los gustos y bolsillos. Esta vez, que no será la última, mencionaré los estupendos helados presentados en copa de la heladería aledaña al Corral de Comedias y las tapas de La Posada de Almagro en la calle San Bartolomé, que arranca de la misma Plaza Mayor por su lado oeste. Cenando tapas variadas, La Posada de Almagro puede ofrecerte un exquisito atún rojo con cebolla caramelizada, unas bien elaboradas croquetas de jamón o langostinos o el bocado crujiente y calentito de unas costras de queso. La lista de tapas se continúa con, entre otras de éxito, las hamburguesas con pan rosa o la famosa berenjena de Almagro rellena, en este caso, de jamón, foie gras y envuelta en tempura. La presentación resulta atractiva y el servicio, esmerado. Los patios de La Posada se ofrecen como un lugar acogedor e idóneo para este tipo de cenas ligeras y variadas, llenas de sabores y el encanto del antiguo inmueble.

Al sur de Almagro y escasos kilómetros de Almuradiel y su monumental iglesia, lo único de interés en este pueblo de paso a Andalucía, la localidad de Viso del Marqués es sorpresa y admiración, tanto por motivos históricos como monumentales. La figura señera de Álvaro de Bazán y Guzmán, grande de España y, entre otros títulos, comendador mayor de León y de la orden de Santiago, convertido en el todopoderoso Marqués de Santa Cruz por el emperador Felipe II, es él mismo todo el pueblo al que dará nombre, sustituyendo su anterior de Viso del Puerto.

Viso del Marqués.-PalacioEstamos en el pueblo más marinero de España sin tener mares ni costas a las que arribar embarcaciones. El soberbio palacio renacentista del siglo XVI, construido al lado de la iglesia mayor, es un prodigio de arquitectura y extraordinarias pinturas al fresco bien conservadas gracias al excelente clima de la región. De estilo italiano y motivos paganos, las pinturas que cubren paredes y techos de las distintas dependencias palaciegas, pretenden –en parte- representar la propia historia del marqués, simbolizado en diferentes personajes y deidades clásicas. Lo cierto es que el Marqués de Santa Cruz nunca fue derrotado en ninguna de las más de 60 batallas navales en las que intervino, incluida la mítica de Lepanto (1571) en la que tomó parte –como es conocido- Miguel de Cervantes, autor de Don Quijote de la Mancha, y de la que salió malherido de un brazo.

Felipe II estaba en deuda con Álvaro de Bazán y le otorga el título de marqués; éste, después de comprar inmensas propiedades de tierra, trasladará al Viso del Puerto, ya convertido en Viso del Marqués, el centro operativo de la Marina española.

Ni el terremoto de Lisboa de 1755, que arrasó esta ciudad y causó alrededor de 100.000 muertes, y que dejó grietas de importancia en el palacio provocando el desprendimiento de algunas techumbres y movimiento de sus paredes, ni el paso del tiempo y las guerras, como la provocada por la invasión napoleónica o la más reciente guerra civil de 1936, pudieron acabar con esta belleza arquitectónica. Los daños, aunque notables, no han impedido conservar la mayor parte de los frescos para suerte de visitantes, de la historia, el arte y los muchos proyectos cinematográficos que se trasladan a este palacio renacentista para filmar las mejores escenas de ambiente italiano. Hoy día es propiedad del Estado, aunque los descendientes del marqués siguen gozando del usufructo del inmueble por una renta anual de una peseta de 1953 con la efigie de D. Álvaro de Bazán. En él se encuentra ubicado el Archivo General de la Marina Española. Cuando te preguntes qué pinta un palacio tan soberbio en medio de un lugar tan apartado de la Mancha, la gente te responderá: “El marqués de Santa Cruz hizo un palacio en el Viso, porque pudo y porque quiso”.

Ciudad Real.- Reloj carillónSaliendo de Almagro, bien se puede tomar la dirección de Ciudad Real. La capital manchega vive en torno a su Plaza Mayor y su modernista Ayuntamiento. En un extremo de la plaza se alzan, sobre el arco de una antigua puerta a la ciudad, la balconada y el reloj carillón que cada mediodía y entre sones y campanas, deja aparecer las figuras mecánicas con las imágenes de Miguel de Cervantes, don Quijote y Sancho Panza, momento que congrega a paisanos y visitantes para admirar estos ingenios.

Vale la pena acercarse hasta el Museo del Quijote, ubicado en un lateral de los jardines del Parque Gasset. Hoy por hoy, la entrada es gratuita y puedes combinar disfrute y admiración contemplando y experimentando con las máquinas de efectos especiales usadas en el teatro del Siglo de Oro para reproducir tormentas, vientos y galernas, movimientos de olas, terremotos, truenos o lluvia; también se ofrece la oportunidad de contemplar una imprenta completa del S. XVII y comprender su laborioso funcionamiento, junto con una amena y didáctica proyección sobre la novela y el personaje del Quijote. Los fondos bibliográficos del museo acogen unos 3.500 ejemplares de ediciones del Quijote y temas cervantinos, con una sala adjunta para los investigadores y otra sala más de digitalización y clasificación de documentos.

Pero si del buen yantar se trata, podemos mencionar el restaurante ubicado en la primera planta de El Mesón el Ventero, en la misma Plaza Plato de Salsipuedes.-Ciudad RealMayor. Oferta variada, buena atención y vista singular a la plaza desde las mesas ubicadas cerca del balcón para degustar un Salsipuedes a base de carne picada en salsa picante de tomate y pimiento verde, un buen y sabroso lomo adobado con patatas bien fritas o postres caseros como la bizcochada o natillas y una variedad de crema catalana.

Si al salir de Almagro coges la carretera hacia el sur por la N-420, que sigue el itinerario del antiguo Camino Real de Toledo a Córdoba, el recorrido es una amena y variada exposición de paisajes hasta Sierra Morena fuertemente evocadores de algunas de las mejores escenas del Quijote.

Antes de alcanzar Puertollano, un cartel nos indica el cauce del río Tirteafuera, homónimo de la localidad del mismo nombre en el camino, río arriba, de Almodóvar del Campo, lugares todos ellos mencionados en el Quijote (II, cap. 47,49,51 y 55). Hasta nueve veces aparecerá el término Tirteafuera, como lugar, como apellido y como irónico juego de palabras, ya que la expresión ¡tirte, afuera! significa ¡vete!, y se usaba para conjurar la mala suerte. Será éste el nombre que, para desgracia de Sancho en su gobierno de la ínsula Barataria, llevaría el doctor encargado de velar por su salud y que le tenía hambriento, pues así que le ponían delante los mejores y más sabrosos platos y manjares que le hacían la boca agua al escudero convertido en gobernador, el doctor Tirteafuera se los mandaba retirar sin llegar a probar bocado alguno, con distintos y peregrinos razonamientos. Todo ello, como bien se sabe, formaba parte de las burlas que los marqueses le gastaban a Sancho. El hambre y desazón de Sancho Panza corren parejas con el estrecho y seco cauce de este río en los calurosos meses de estío.

Valle de AlcudiaLlegados a Puertollano y siguiendo la ruta, una vez pasado Brazatortas, encaramos la Sierra de Puertollano y el puerto Pulido con sus 850 m. de altitud, que nos abrirá el paso al Valle de Alcudia por medio del cual corre un río Tablillas prácticamente inexistente en verano y que alimenta, aguas abajo, las reservas del embalse de Montoro.

Al otro lado del valle las estribaciones de Sierra Morena nos abren el paso por la Sierra del Rey para alcanzar los 902 m. del puerto Niefla, desde el cual volvemos la vista para divisar el anchuroso Valle de Alcudia y sus pastizales.

Bajando el puerto de Niefla en dirección a Fuencaliente entraremos en un estrecho valle para, a continuación, encarar la Sierra Madrona. Los paisajes de valles y montañas se pueblan de vegetación y fauna, abundantes encinas, alcornoques y olivos, junto a densas poblaciones de cigüeñas y ganadería, vacuna, caballar y, en mayor medida, ovejas bien esquiladas para aguantar los rigores del verano, proveedoras de la leche que fermenta los afamados quesos manchegos.

Fuencaliente es pueblo de sierra, agarrado a las inclinadas laderas de la montaña, su caserío se desparrama en empinadas cuestas y alrededor de su pequeña y bonita plaza presidida por el Ayuntamiento y a la que daFuencaliente frescor una sugerente fuente; al lado de la plaza, la iglesia. Y en las inmediaciones del pueblo, en una desviación a la derecha de la carretera en dirección a Puertollano, los lugares donde se presume pudo estar ubicada la divertida aventura de los batanes, antes de que amo y escudero se adentraran sierra adentro para llevar a efecto aquellos castigos de don Quijote en sus propias carnes y en favor de su devoción por Dulcinea, donde Sancho lo dejó para llevar –a lomos de Rocinante- una carta de amor para la misma Dulcinea junto a una libranza de tres pollinos a su favor, ya que –en éstas y de repente- Sancho andaba sin burro por aquellos parajes. Carta y libranza, como es sabido, que se le olvidó al amo entregar y al escudero recoger, con lo que dio lugar a nuevos inventos y graciosos enredos en el viaje –que tampoco se llevó a efecto- de ida y vuelta al Toboso.

El lugar es –en verdad- escabroso y de una indiscutible belleza natural. El Arroyo de los Batanes discurre en saltos y cascadas sobre rocas muy erosionadas por el agua, que forman lo que en el lugar denominan lajas, superficies alisadas que llegan hasta las pozas de agua formadas a susPinturas rupestres de La Batanera pies. Arranca el arroyo, bastante escaso de agua en este mes veraniego, peñas arriba para pasar al pie de unos abrigos naturales que conservan en sus paredes algunas figuras rupestres apenas perceptibles de carácter antropomorfo en el lugar que llaman La Batanera. Todo el lugar, en el estrecho recorrido del arroyo por aquellas cárcavas, se llena de la música del agua que atrajo la atención de don Quijote y Sancho cuando iban sedientos y al caer la noche quisieron acercarse a las aguas que oían correr con la pretensión de apagar su sed, momento en el que el estruendo de los batanes que pudieron haber estado ubicados en las orillas de los prados de más abajo se hizo oír poniéndoles el alma en vilo y desatando el miedo en el cuerpo de Sancho que se hizo encima lo que se hizo abrazado al pescuezo de Rocinante, lo que oliendo don Quijote, con discreción, le recriminó al escudero.

Arroyo de los BatanesBien pudiera haber sido éste el lugar de la aventura, o no; vamos a imaginar que sí, y bajo las ramas que dan abundante sombra al arroyo y lo hacen fresco y apacible, nos metemos en las aguas para dar descanso a los pies y respirar la paz de este entorno agreste y solitario hundido entre los árboles y las altas paredes rocosas que contienen en su fondo este lugar.

Pero más allá, a la orilla de la carretera, discretamente apartado en un vallecillo bien poblado de exuberante vegetación, medio escondido, aparecerá algo tan real y tangible como el Hotel Sierra Madrona. La hora ya alargada del caluroso mediodía nos brindó este refugio en el amplio restaurante del hotel, profusamente adornado con piezas cinegéticas, lo que te da una idea de las actividades de la zona. Buen lugar para dar mejor final a la aventura cervantina de los batanes con un salmorejo fresco y aromático, pisto, carne mechada y jabalí en salsa de naranja. El postre, casero y exquisito, se nos ofreció en una crema de yogur y mermelada de higos y piñones. Vino de la tierra, agua fresca del manantial, café y sobremesa relajada.

El resto, hasta Almagro, el placer renovado de los paisajes agostados en los que se suceden campos rojos de cultivo, encinas, olivos y las rocas asomando por encima del arbolado de los bosques. Y la melancolía de las cigarras con sus cantos interminables.

González Alonso

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Con más imágenes de Almagro, Ciudad Real, Fuencaliente, Almuradiel y Viso del Marqués:

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Reloj carillón en la Plaza Mayor de Ciudad Real

5 comentarios en “Ciudad Real y otros lugares en las rutas del Quijote

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  4. Bueno, amigo Julio, tú sabes que las fotos a mí me encantan, más si son de nuestra patria; pero yo lo que más valoro es tu relato que si una persona lo leyera y la otra lo escuchara con los ojos cerrados parecería que uno mismo anda caminando por esos lugares. Una vez más gracias por compartir este material.Angel

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    • Amigo Ángel, me alientan tus amables palabras, que yo sé sinceras. Te agradezco este paso por esta página y la compañía en el viaje por unas tierras que, desde la Argentina, tantos recuerdos te evocan. Con un abrazo.
      Salud.

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