FUERTEVENTURA 2010

 Imagen 005Fuerteventura (Islas Canarias) 2010

Al norte, Lanzarote; al este, la costa africana; al oeste el resto del archipiélago canario; y al sur, el océano. Ahí encuentras Fuerteventura, la más antigua y erosionada isla volcánica de las que componen las Islas Canarias. Antigua geológicamente y culturalmente. De entre los diferentes nombres con que es conocida, hallamos el de “isla majorera” que alude a los majoreros, sus habitantes primitivos; pero su identidad actual, Fuerteventura, encierra distintas interpretaciones a la hora de determinar su origen y significado. Ante la realidad del evidente ambiente ventoso de la isla, muchos quieren ver el significado de 2isla de de fuertes vientos” otros creen averiguar la existencia de algún “fuerte” de buena suerte o ventura para su defensa; pero también se sabe que en los mapas del siglo XIV ya aparece con el apelativo de “Forte Ventura”, lo que se puede interpretar como “gran ventura o suerte”, es decir, “la gran afortunada”.

IMG_0381Sea como sea, la isla de los majoreros nos ofrece las estampas de unos paisajes volcánicos muy diferentes los de resto de las islas del archipiélago anclado en el Océano Atlántico. Extensas playas y formaciones de dunas al norte que conforman el Parque Nacional de Corralejo. Frente a estas costas, y casi al alcance de la mano, la Isla de los Lobos.

Todo el entorno de Corralejo está bien adecuado para el uso turístico y el disfrute de unos paisajes inéditos en los que la fuerza del viento anima a los deportes de vela y los que la luz de las diferentes horas del día reviste de magia e invita al disfrute de la seductora tranquilidad. El ambiente suave y árido de las dunas se pinta con el color variado de plantas y flores que salpican los rincones más abrigados. El tiempo fresco de enero nos deja unos cielos azules por los que se aventuran las nubes altas del mediodía o filtran la luz con las sombras del atardecer para teñir el mar de grises sobre los que se destaca el blanco de la espuma de las olas.

Viajando hacia el sur de la isla recorreremos encrespadas cordilleras volcánicas. Antes de alcanzar el lugar histórico de Betancuria nos hemos detenido a admirar los paisajes que dominan la vista guardada por dos monumentales colosos alzados frente a frente de los cuales emana un ancestral y orgulloso gesto poderoso; son las estatuas gigantes de Guise y Ayose, los dos reyes de los dos reinos prehispánicos en que se dividía la isla.

Betancuria invita a una visita que enseguida se hará interesante en su recorrido, conociendo los avatares de su historia singular, admirando el cuerpo de sus edificaciones y visitando su museo.

El viento, siendo personaje principal que marcará la impronta de Fuerteventura, no podíaIMG_0265 dejar de ser aprovechado por los nativos para hacerlo su aliado moviendo las aspas de los molinos en Tuineje, con museo incluido, o en La Oliva con los molinos harineros de Villaverde. Contará La Oliva, además, con un importante Museo del Grano relacionado con la industria molinera en el que se recogen muestras de los aperos de labranza en la llamada Casa de la Cilla.

En Puerto Rosario, la capital del Cabildo Insular, además del Museo de Unamuno, apreciaremos la existencia de siete casas o viviendas separadas, próximas a la localidad de Tetir, perteneciente al Ayuntamiento de Puerto Rosario, que conforman el denominado Ecomuseo de la Acogida. En este espacio de carácter agrícola y ganadero se recrea de manera didáctica el modo de vida y el trabajo artesanal de la isla relacionado con las materias primas aprovechadas para el uso doméstico, laboral y comercial. El modo de vida tradicional que se reproduce en estas casas típicas con los artesanos trabajando en directo el esparto, el cuero o la madera, nos muestran el ingenio e inteligencia de las labores propias de la cestería, muebles, herrería y los diferentes enseres necesarios a la vida diaria.

IMG_0356Dos cuevas de interés. La primera, situada en La Oliva, se trata de un tubo volcánico de unos seiscientos cincuenta metros de longitud formado hace un millón de años; en su interior habitan varias clases de artrópodos como el opilión, parecido a una araña, exclusivo de esta isla, que está adaptado a vivir en la oscuridad, ciego, y que ha perdido la pigmentación por lo que su cuerpo es de color amarillo claro. La otra cueva es la de Ajuy, en el Parque Natural de Betancuria. Después de descender por las escaleras talladas en un impresionante acantilado se accede a esta cueva situada al nivel del mar.

Lugares y parajes visitables son, entre otros, la montaña de Tindaya, el Calderón Hondo, la Playa de la Mujer o el Arco de las Peñitas. Pero, bien adentrados a sur de la isla y en la península de Jandía, nadie debería dejar pasar la oportunidad de asombrarse con las vistas inmensas y abatidas por el Atlántico de la playa de Cofete. En el acceso a sus arenas lisas, firmes y húmedas hay una especie de paso con chiringuito incluido, eso sí, de forma discreta. Luego, la vista se pierde hasta donde no alcanzan nuestros pasos, con una anchura sorprendente que acaba estrellándose en lo abrupto del largo farallón o acantilado que cierra la playa, salpicado de verde y haciendo del conjunto una visión única. Azules del mar, azul del cielo, los ocres y amarillos de la arena, la espuma blanca de las olas y el verde abrumado en lo alto de los acantilados que encierra todo el entorno.

IMG_0191Y algo sorprendente. Una construcción sobre lo elevado del terreno al final de la zona arenosa de la playa en este paraje dominado por la Naturaleza. Una enorme mansión con torre redonda se mantiene medio abandonada con su halo de leyenda y misterio. Se llama Villa Winter, que es el nombre de su constructor. La casa, de fuertes muros, parece ser que encierra en su interior hasta un bunker. Su antiguo propietario y constructor fue un ingeniero electrónico alemán. Se sabe de él que durante la II Guerra Mundial trabajó en el sur de Francia buscando lugares adecuados para refugio de submarinos alemanes. Acabada la guerra inició un periplo por el mundo que terminó en Fuerteventura, intentó comprar la Isla de Lobos, pero sin resultado; luego quiso hacerse con la península de Jandía, sin conseguirlo tampoco, y en 1946 manda construir esta villa. Los ingleses lo reclamaron porque formaba parte de una lista de nazis huidos de Alemania, pero sin éxito. Entre sus proyectos en la isla se cuenta la tentativa de repoblación forestal con diez mil pinos canarios, el intento de cultivar tomates, la construcción de una escuela y una iglesia y la cría de ovejas y cabras para la fabricación de queso. Hay quien lo ve como un filántropo y quien lo describe como un tirano con sus trabajadores y un especulador. Pero, además, a él y a la casa se les atribuye el haber servido de nido para los altos cargos nazis, incluido el propio Hitler, con fiestas sin control a las que llevaban mujeres de toda clase y condición, así como de servir la casa y el lugar como abrigo de los submarinos alemanes. En fin, esto último parece más que improbable dada la fecha de construcción de la villa y el que las aguas son demasiado poco profundas para los submarinos. Tal vez se haya mezclado todo y es más que probable, eso sí, que la villa Winter haya servido de refugio a más de un nazi perseguido por sus crímenes de guerra protegidos por el dictador Francisco Franco.

IMG_0210No sé, en fin, lo que puede haber de verdad en toda esta historia. Dicen que cuando el río suena agua lleva. Lo que sé es que –en todo caso- el paso de este personaje y otros siniestros protagonistas de todas estas historias no consiguieron arrebatarle ni un gramo de belleza al entorno que hoy, afortunadamente, podemos vivir, disfrutar y contar en paz.

González Alonso

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