Miguel de Cervantes.- Las vidas de Miguel de Cervantes

Miguel de Cervantes
Las vidas de Miguel de Cervantes

Andrés Trapiello

Edita ABC, S.L. 1993.- Ediciones Folio, S. A. para la edición de 2004

El libro de Andrés Trapiello acaba con la traca de un monumental cabreo lleno de descalificaciones a Francisco Rico a cuenta de cómo éste imaginó y publicó cuál había sido la manera en que se había impreso la primera edición del Quijote, la Princeps, en la imprenta de Cuesta, en Madrid El cabreo parece obedecer, al menos, a tres razones: la primera, que no es un asunto capital para la obra; la segunda, que F. Rico le consultó a Andrés Trapiello para darle una respuesta más que para pedir opinión, y la tercera es que Andrés Trapiello  cree poder demostrar que no fue como se publica y apunta a otras posibilidades. En fin, que el uno y el otro acabaron en los periódicos cruzándose sendos artículos muy al estilo de los del Siglo de Oro entre los distintos autores, Quevedo, Lope, Góngora y el mismo Cervantes.

Discusiones bizantinas aparte, lo sustancial se encuentra en el libro que nos da a conocer y gustar Andrés Trapiello, paseándose por las vidas de Miguel de Cervantes y sus avatares de manera harto amena, creo que bien documentada, inteligente y llena de verdadera vocación poética. Tiene, ciertamente, pasajes de indiscutible belleza. Y eso es difícil conseguirlo hablando de cualquier vida y, menos aún,  de la de Cervantes.

En el prólogo del autor a la edición de 2001 dice que este libro fue el que su autor escribió con más amor y mayor esmero. Bueno, pues como lector de a pie, picapedrero de los textos cervantinos, tengo que  decir que se nota y añadir que se agradece. Quienes tuvieron la idea de encargarle este libro a Andrés Trapiello puede ser que no hayan tenido mejor idea en su vida, aunque a tenor de ésta supondré sin riesgo a equivocarme que las demás también habrán sido buenas, si no todas (que la perfección no existe), sí las más de ellas.

La manera de escribir de Trapiello se acerca en este libro a aquella que manejó Cervantes, sobre todo, y por encima de todo, en el Quijote. La ironía, las contradicciones, los múltiples supuestos, las citas de autores, las diferentes lecturas, intentos de interpretación y cisiones del Quijote y su autor, desfilan pausada y armoniosamente por las palabras del autor leonés, sin perder nunca –como en el Quijote- el hilo de la aventura: los porqués y las sinrazones de la vida o vidas de un Miguel de Cervantes, ora Cervantes, ora don Quijote, en ese cesto hecho con los mimbres de la vida que confundieron en un abrazo inmortal al personaje y a la persona, autor y padre de la criatura, de tal manera que –tal y como apunta Trapiello- ya casi nos resulta imposible dilucidar quién de los dos es más real o, dicho de otro modo, quién inventó a quién. Trapiello lo expresa mucho mejor y de forma más atinada y convincente, como cualquiera que se asome a este libro podrá comprobar, pero no creo haber errado en lo medular del asunto.

Para recomendar esta lectura no hay por qué destripar el libro. Dejemos dicho que toca temas como el mensaje que quiso dejar Cervantes a través de su obra, las distintas manera de acercarse a la lectura del Quijote y su provecho, los avatares y cornadas de la vida desde su nacimiento, viajes, traslados, la historia sentimental, oficios, la cárcel y otras desgracias de Cervantes, también sobre lo que se dice, se sabe y se supone acerca de su origen o pasado familiar judío, etc. Todo realmente interesante. Pero lo que más me gustó a mí fue ese capítulo 12 que Trapiello titula: “Un capítulo diferente que pueden saltarse quienes quieran seguir el hilo de esta verdadera historia o leer sin pasar por los once anteriores”. Un título largo para las siguientes enjundiosas 22 páginas en las 11 hojas que las contienen, que de haber resultado ser también 12, habría habido razón para destapar la caja de Pandora de las especulaciones al modo cervantino.

Bromas aparte digo, sí, que este decimosegundo capítulo es un librito sobre el Quijote dentro del libro sobre Cervantes, en el que nos descubre por qué el Quijote es poesía y nos explica por qué alcanzó esta obra la perdurabilidad al margen de su falta de actualidad, cuando afirma: “El Quijote es el triunfo del creador sobre el artista, de la vida o creación sobre el arte, de la lengua viva sobre la literatura, de la voz sobre la palabra…” Así entendemos que siendo Miguel de Cervantes el autor cumbre de la Literatura Universal, lo es por haber escrito “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”. Esta obra, sus Novelas Ejemplares y los entremeses se distancian de obras de gran arte y virtuosismo como “Los trabajos de Persiles y Sigismunda” o el fabuloso drama o tragedia  “Numancia”.

Pero que nadie se acueste y duerma con la intriga; acérquense al libro que comentamos y disfruten, que la ocasión lo merece. Vale.

González Alonso