De norte a sur, julio de 2019 (I)- Tembleque y Manzanares

De norte a sur, julio de 2019 (I)
Tembleque (Toledo) y Manzanares (Ciudad Real)

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Tembleque                                                        ………..Manzanares

1.- Tembleque

El periplo hacia el sur puede muy bien empezar en el norte, y desde las inmediaciones de Bilbao, en Vizcaya, tomar dirección Madrid para, pasada la capital de España, hacer una parada en Tembleque.

El calor del verano pega fuerte hacia las tres de la tarde en la villa manchega y toledana. En la soledad de esta hora y el silencio, pisar la emblemática plaza de planta cuadrada con ornamentos en yeso de la Cruz de San Juan, resulta ser una experiencia única. Un gato dormita a la sombra del pie de una de las columnas toscanas que sostienen sus soportales. Belleza desnuda y deslumbrante. Tres accesos al recinto espacioso y despejado de la plaza; los dos cuerpos de corredores que sostienen airosos pilares de madera lucen armoniosos y serenos. El acceso principal es una delicada labor de orfebrería arquitectónica, cubierto por un voladizo que sostiene un mirador con tejado a cuatro aguas.

Alfonso VI de León, hijo de Fernando II de León, “el Bravo”, y de la reina Sancha de León, tomó esta plaza en 1085. Al lado, saliendo por la puerta de enfrente al acceso principal, la Ermita de la Veracruz sorprende al viajero con la belleza sobria en la pureza del estilo arquitectónico de su planta y alzado octogonal, rematada por una cúpula con linterna; construcción del siglo XVIII dedicada en la actualidad a Biblioteca y Archivo Municipal.

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2.- Manzanares

El viaje, bajo el sol implacable de julio, seguirá su derrotero hasta Manzanares, en los términos provinciales de Ciudad Real. El Parador Nacional, de acertado diseño en estilo manchego, resultará ser la estancia oportuna para relajarse, visitar su piscina y acercarse con la caída del sol a la ciudad, callejear sus plazas y calles, admirar el castillo de la Orden de Calatrava parcialmente cubierto de verdes enredaderas, hoy magnífico hotel, y picotear o cenar en alguna terraza con la agradable temperatura nocturna.

Manzanares, encrucijada de todos los caminos que la cruzan en la dirección de los cuatro puntos cardinales, se acoge con su caserío a las orillas de río Azuer, tributario del Guadiana.

En la breve visita del atardecer, exploramos el interesante Museo del Queso Manchego, ubicado en una casona solariega del siglo XVII y de espacioso central en torno al cual se distribuyen las distintas estancias, la llamada “Casa Malpica”. En las salas del museo se encuentra también el archivo personal y algunos de los enseres del torero Ignacio Sánchez Mejías, hombre excepcional, polémico, innovador, creador, escritor y –por supuesto- torero, que moriría tras la cogida en la plaza de toros de Manzanares el 11 de agosto de 1934, y que sería contado en los versos doloridos de la famosa elegía de su amigo Federico García Lorca. En el patio cubierto que da acceso al archivo cuelgan numerosos relojes de todas las clases y tamaños, todos detenidos en la hora de las cinco en punto de la tarde.

Lugar con encanto y misterio, museo, archivo e historia no exenta de tragedias esta singular población de Manzanares.

González Alonso

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