Rodas y Lindos (Grecia)
18 de septiembre de 2019
RODAS
Tras el paso por distintos nombres ha terminado por ser Rodas, con un rico pasado mitológico y legendario que llega a la Edad del Bronce y la influencia minoica. Se trata de una encrucijada entre Oriente y Occidente que favoreció el desarrollo del comercio y los intentos de conquista de la isla por las diferentes potencias e imperios de cada época.
Es conocida la ciudad de Rodas por lo que se sabe de su famoso Coloso, una estatua gigantesca del 292 a.C. realizada por el escultor Cares de Lindos. Hecha en bronce y con un peso estimado de unas 70 toneladas, se dice que daba paso al puerto de Rodas, apoyando cada pie en sendas torres a la bocana del puerto. Fue destruida en el terremoto del 226 a.C. Hoy día, naturalmente, sólo cabe imaginarlo, sin que la organización actual del puerto facilite la labor, pues su embocadura es mucho mayor.
La ciudad actual lleva escrita en cada piedra los avatares de su historia. Piedra en las calles y avenidas principales e históricas con la principal de Los Caballeros, piedra en las fachadas de sus palacios principales, piedra en sus imponentes y bien conservadas murallas, piedra los distintos templos y en cada arco que sujeta los edificios de sus calles estrechas.
El efecto devastador de los terremotos y las guerras se ha dejado sentir, además de en el famoso Coloso de Rodas, en otras partes de la ciudad y sus iglesias y monumentos. Todo ello, como un gran libro abierto, nos abre paso a la Rodas actual y sus barrios y rincones sorprendentes, laberínticos, tranquilos, rezumando historias antiguas o testimonios y homenajes como el da la calle del sabio matemático y filósofo Pitágoras en una esquina desvencijada. El barrio judío conserva la impronta de sus símbolos y señas de identidad en puertas y fachadas o en la reconstruida sinagoga.
Pasear la ciudad a las horas vivas del día, con su bullicio turístico y comercial, tiene su encanto, igual que hacerlo también a las horas más tempranas del día en las que sus calles aparecen solitarias como un eco de su historia. Aconsejable hacer los dos paseos. Y mirar, extramuros, al mar.
LINDOS
En la costa este de Rodas nos encontramos con Lindos. Fue en la antigüedad una de las ciudades más importantes la isla. Se encuentra a unos 55 km. De la capital, Rodas. Los alrededores de Lindos ofrecen el hermoso espectáculo de sus costas con puertos, calas sorprendentes y aguas de impíos colores que son visibles desde la altura de la Acrópolis, una ciudadela fortificada que domina la ciudad de Lindos y su entorno.
La subida a la Acrópolis se hace a través de un estrecho camino empedrado y escalonado que discurre de manera sinuosa por la ladera de la colina. Apenas pueden cruzarse dos personas y, con la gran afluencia de turistas, se forma una larga cola de acceso y descenso en la que van, literalmente, una persona tras otra escalón a escalón.
La subida, que ofrecen también poder hacerla en burro, merece la pena. Lo mejor es obviar el engorro de las colas y las aglomeraciones, sortear las callejuelas de Lindos, sus esquinas, los bares y establecimientos, tiendas y cuanto se ponga en mitad de la calle, e iniciar la subida a la Acrópolis mientras de hito en hito contemplamos la ciudad y el paisaje que se nos va abriendo medida que tomamos altura.
Luego, mientras nos dejamos llevar por las vistas y la contemplación de columnas y restos arqueológicos, también podemos informarnos de la historia del lugar, sus avatares y los de la isla entera, tan próxima a las costas turcas, lugar de encuentro de fenicios y griegos y cuna –cómo no- de mitos y leyendas.
González Alonso
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