Ya no llegan de Siria los aromas de incienso
ni el árbol de la mirra llora ya sus resinas;
fértil la cultura antigua corre orillas del Eúfrates
y se desangra próspera de historia y conocimientos.
¡Cómo alcanza la muerte a grabar en los cobres
de las almas su sello, cómo corre la guerra
oscureciendo los días y en los ojos
la mirada es espanto!
¡Ay, la ciudad del jazmín yace ahora desolada
sobre las ruinas, la sal de las lágrimas
y las vidas!
Ya no mecen las brisas del Mediterráneo los sueños
de los niños, ni a los labios de las mujeres llegan los cantos
de la risa; sus corazones descansan
sobre un jardín de pólvora.
Hoy sabes
que ha llegado para quedarse la tristeza,
el exilio, la angustia, el miedo en las entrañas;
los campos yermos dejan pasar el viento
de los sirios que huyen
sin mirar atrás.
Damasco se ha sumado
a las ciudades que arden.
.
González Alonso
¿A qué sirve la vida, amigo? si somos flor de un día…todo pasa y nada queda, ni siquiera el recuerdo, y la esperanza de cambiar el mundo es muy incierta. Cada vez quiero más a don Quijote que vivió y luchó en el imaginario de su época. Sólo nos sobrevive la ilusión de un día.
Tu poesía al desnudo la aprecio sobremanera.
Abrazos
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Nos quedamos en tierras de don Quijote, Cecilia. Comparto tu opinión, aunque sé, también, que lucharemos contra el desánimo. Agradecido, con un abrazo.
Salud.
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Precioso👏
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Agradecido, Jesús. ¡Salud!
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Qué triste, qué…real por desgracia, que el ser humano se haya autocondenado a cometer los mismos errores una y otra vez
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Exactamente, Luis. Resulta desesperante y desesperanzador. Muchas gracias por tu paso.
Salud.
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Enhorabuena, poeta. Hoy tu poemaespada, hiere los corazones impotentes. Abrazo
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Un abrazo agradecido, Soco. Hay poemas que nunca quisieras escribir, pero la realidad es terca y no podemos mirar para otro lado.
Salud.
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Gran poema , Julio; la poesía es un gran vehículo para expresar el sentimiento de impotencia y dolor frente a las injusticias y barbarie. Te doy la enhorabuena por la calidad de tus versos. Y me sumo a tu denuncia,
Muchas gracias.
Saludos.
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Me temo que ante tanta sinrazón la poesía poco puede. Esos gigantes están lejos del alcance quijotesco de los versos. Pero es lo que algunos sabemos y podemos hacer. Mejor esto que no hacer nada, pienso; así que ahí queda mi testimonio y tu apoyo, Isabel, que no es poco. Gracias y abrazo.
Salud.
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La raza humana ha perdido su razón de ser, es un esperpento ganado cuidado reclinando su cuerpo al compás del viento, donde los poderosos, el clero de todas clases, ha engañado al pueblo y lo hizo soez y maligno. El sol vuela indignado y no calienta el alma, solo ingiere la hiel de lanza penetrada. Mientras las campanas resuena a muerte a guerra, hambruna a tierra quemada donde las fuentes se ciegan y enmudecen.
Un abrazo.
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Aunque cuanto comentas suena muy pesimista, no me queda otro remedio que darte la razón en mucho de lo que dices. Estamos atrapados y no sabemos cuál es la salida a este embrollo que, por otra parte, forma parte de la manera de ser de la especie humana. No conozco ningún momento de la historia libre de guerras. No sé de sociedades en las que la distribución de las riquezas y los bienes producidos se haga con justicia. La violencia está incrustada en todas las relaciones humanas. Y, sin embargo, también somos capaces de la solidaridad más desbordada, la compasión infinita, la generosidad sin límites. Paradojas.
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