Elogio de la educación.- Mario Vargas Llosa

img20230906083742ELOGIO DE LA EDUCACIÓN
Mario Vargas Llosa

Editorial Taurus.- Barcelona, 2018

Cuando Vargas Llosa imagina un mundo sin literatura no puede hacerlo sino desde la visión del retroceso humano hasta las etapas más primitivas en las que la vida, centrada en la lucha por la supervivencia y la satisfacción de las necesidades físicas, parapetada en el miedo a lo desconocido y sucumbiendo al pesimismo y la perturbadora sensación de que nada ni nadie podría cambiar su inamovible realidad.

Es la literatura, según el autor de “La ciudad y los perros”, premio Nobel de Literatura en 2010, el motor de la civilización y el progreso humano, una experiencia única que nos permite reconocernos y dialogar sintiéndonos miembros de la misma especie y capaces de –en lo fundamental- dejar a un lado las diferencias que nos separan. La literatura es, sin duda, la mejor manera –sino la única- de superar ”la estupidez de los prejuicios, del racismo, de la xenofobia, de las orejeras pueblerinas del sectarismo religioso o político, o de los nacionalismos excluyentes”.

mariovargasllosawebAntes de meterse en harina con las disquisiciones anteriores y otras de mayor calado, Vargas Llosa se pregunta y nos pregunta acerca de lo que se entiende por un gran libro cuando hablamos de literatura. Y no se está refiriendo al soporte material, el papel, en el que vienen envueltas las historias de las novelas, el teatro o la poesía, sino –obviamente-  que se estará refiriendo a su contenido, la historia que cuenta y fabula, esa mentira creada a partir de la experiencia y  la imaginación de su autor impelido por la necesidad de contarla, generadora de una realidad literaria que chocará con la otra realidad experimentada, manca y deficiente,  mostrándose disconforme y rebelde para mejorarla y actuar transformándola. Se referirá, entre sus ejemplos, al Quijote y su significado como caballero empeñado en “ver gigantes donde hay molinos de viento” que, como el personaje creador de su propio mundo real, encontrará la manera de protestar contra las miserias de este mundo y de intentar cambiarlo.

006-library-biblioteca-angelica-a-roma_0002Pues bien, un gran libro para Mario Vargas Llosa es, de manera concisa, aquél que se introduce en la vida de una persona, que perdura en ella y la modifica. Le bastan tres líneas para dejarlo claro y unas cuantas páginas para justificarlo. Será el libro, en medio de la aventura de leer, el amigo siempre fiel en el que buscar respuestas y hacerse nuevas preguntas, una fuente de aprendizaje, que te contradice y te obliga a revisar tus opiniones. Y lo hará siempre, desde la primera lectura a la última.

El libro que hoy nos ocupa, “Elogio de la educación”, no es un libro grande en cuanto a su tamaño y el volumen de sus páginas; pero –dentro del género del ensayo- es un gran libro. A lo largo de sus siete artículos irá desgranando un buen número de temas en torno a la literatura, su situación actual en un mundo globalizado muy desarrollado tecnológicamente y amenazado por la misma actividad humana. De todos ellos se desprende la importancia del papel de la literatura y su función utilitaria en la búsqueda de soluciones. También de los riesgos de abandonarla o prescindir de los mecanismos capaz de generar en los humanos, abandonándola a favor de la superficialidad de las imágenes, la inmediatez de los mensajes vacíos de argumentos y la atonía de un pensamiento ocupado por un narcisismo chillón para reclamar la vulgaridad de la atención hacia uno mismo y su empobrecido espíritu.

Y a medida que los temas nos van siendo presentados, el autor nos desvelará su particular visión del mundo creada y recreada a través de la experiencia de su propia historia personal, los paisajes y las gentes que formaron parte de ella, y junto a ellos los libros y su aroma de magia, imaginación, sueño, entretenimiento y aprendizaje de lo que significaba el mundo real con sus insuficiencias. Todo lo que le hará madurar su actitud y compromiso con el mundo y la literatura.

Con –entiendo yo- no poca decisión y avisado optimismo, Vargas Llosa irá desgranando posibles soluciones o avances para los que reclama una acción democrática de los gobiernos y las naciones y una acción personal de cada individuo para, colectivamente, impulsarlos. Don Quijote entendió a través de las lecturas de los libros de caballería y su percepción de las injusticias y falta de valores de la sociedad que no era suficiente con tomar conciencia de aquellos problemas tan grandes como molinos de viento, sino que se hacía imprescindible pasar a la acción para resolverlos. La literatura, nos está avisando Vargas Llosa, posee intrínsecamente esa fuerza que nos mueve a la acción liberadora y con la cual será más fácil “contener la erupción de las guerras, matanzas, genocidios, enfrentamientos étnicos, luchas religiosas, desplazamientos de refugiados y acciones terroristas” que ponen en riesgo “las ilusiones de un mundo pacífico, conviviendo en democracia”. Para la necesaria movilización de las conciencias contra “los crímenes cometidos por el fanatismo nacionalista y racista” y que suponga una decidida “iniciativa en el campo de las ideas y la moral pública” los escritores –afirma Vargas Llosa- pueden y deben contribuir a esa tarea, porque la literatura “no sirve sólo para entretener, sino también para preocupar”.

when-is-best-time-to-visit-peruDe forma amena el escritor peruano irá espigando sus experiencias personales, aquellas de las que se nutren sus novelas, y nos explica de qué modo esas experiencias se convirtieron con el tiempo en historias. Ello le obligará a reflexionar, junto con los escribidores a los que leyó y lee, acerca de la condición humana, las responsabilidades del trabajo literario en lo artístico, de la moral y en las dimensiones social y ética, repasar de manera reflexiva los diferentes canales llamados de comunicación, los instrumentos tecnológicos al servicio de la expresión en imágenes y su extensión, la calidad de los mensajes emitidos y compartidos así como la veracidad de la inmensa cantidad de información puesta en circulación o su uso torticero al servicio de intereses espurios. Y no elude la responsabilidad de intentar buscar la denuncia o las respuestas desde la autenticidad del escritor que, para serlo, no podrá dejar de “obedecer dócilmente aquellos mandatos que la vida le inflige, escribiendo sobre esos temas y rehuyendo aquellos que no nacen íntimamente de su propia experiencia”.

Sería harto prolijo enumerar todos los aspectos tocados en estos artículos en torno a la literatura y sus implicaciones culturales y civilizadoras. Resulta reconfortante seguir sus argumentos y las razones que lo condujeron a ser escritor, o como él prefiere decir, “escribidor”; nos advertirá en un momento por qué disfrutamos como lo hacemos del sexo, el erotismo y el amor; en otro insistirá sobre la utilidad de la irrealidad y mentiras literarias; nos admirará con la exaltación de las bibliotecas; revelará las necesarias e inevitables influencias literarias y cómo alimentan la acción creativa de cualquier escritor; advertirá del riesgo de idealizar el presente o nos descubrirá de dónde salen los temas de las novelas que, paradójicamente, no son elegidos por el autor, sino que serán los temas quienes lo elijan a él. Pero, y esto me parece importante, entiende lo que muchos hemos repetido muchas veces, que la obra escrita y publicada es del lector, verdadero actor y creador de la fábula o la poesía cuando la lee, y no de su autor; es decir, que una obra, para que lo sea verdaderamente, debe tener vida propia y emancipada de su creador.

Vargas Llosa premio NobelEl libro termina, en un resumen de gran número de los temas mencionados, con el bello e inteligente, por lo práctico, discurso ante la Academia sueca en Estocolmo el 7 de diciembre de 2010. Mario Vargas Llosa recibía con justicia y honor el reconocimiento mundial del Premio Nobel de Literatura. No cabe más que felicitarse por que un escritor americano haya sabido llevar tan lejos y tan alto la lengua española en su nivel creador y expresivo para la riqueza de la literatura universal y el acerbo cultural de la humanidad. Las obras de Mario Vargas Llosa, ciudadano cosmopolita, hombre libre, nos hacen mejores a todos y hacen posible un mundo aventajado, la facultad de soñarlo y luchar por él. Y se lo agradecemos.

González Alonsow980-p16x9-2023-02-09T171838Z_742066300_RC2P7Z9PLZYN_RTRMADP_3_FRANCE-ACADEMY-VARGAS

3 comentarios en “Elogio de la educación.- Mario Vargas Llosa

  1. Pingback: Elogio de la educación.- Mario Vargas Llosa – Amado Rivadeneira

Replica a Isabel F. Bernaldo de Quirós Cancelar la respuesta