El terror de 1824.- Benito Pérez Galdós

Episodios Nacionales
El terror de 1824
Benito Pérez Galdós

Alianza Editorial, El libro de bolsillo
2019

El destino no deja de proporcionarnos situaciones paradójicas. Benito Pérez Galdós, para ofrecernos de manera novelada el episodio histórico del absolutismo de Fernando VII y el terror desatado con las persecuciones y ejecuciones de liberales y constitucionalistas, hace coincidir el personaje del viejo maestro liberal, inflamado de fe en la libertad y la democracia, con el destino de la joven muchacha, católica e hija de un absolutista ejecutado por los liberales y en cuya muerte tomó parte el viejo maestro liberal con su delación. Ahora el viejo maestro hace discursos incendiarios contra la monarquía por todo Madrid y pasa por loco, del que todos se burlan y al que los niños apedrean. Su hijo será ejecutado una vez hecho prisionero, y él acabará siendo recogido por la joven hija del absolutista, vecina suya, cuidado y querido como un padre, amor que terminará siendo mutuo tras reconocer su conducta indigna –no por la delación- sino por haberse negado a ofrecerle un vaso de agua en sus últimos momentos, culpa que confesará también al pie del patíbulo.

En la figura del viejo idealista loco no se puede dejar de apreciar la evocación cervantina de don Quijote, recuerdo reflejado en otros pasajes como en el de Riego conducido con todo el idealismo liberal que representaba en un carro de bueyes a la horca. O en los mismos discursos del viejo maestro liberal y la imagen de su mujer, ya fallecida, a modo de una Dulcinea. Pero podríamos seguir con las pinceladas cervantinas en su estilo narrativo, la ironía –incluso el sarcasmo- y la visión relativa de los hechos, la fuerte convicción ideológica de los liberales y la altura de sus miras, pero la desconfianza que se pone de manifiesto en los protagonistas de su puesta en práctica, así como sus contradicciones o la humana flaqueza ante la muerte. Se refleja la dureza, violencia y odio irracional de los absolutistas y las gentes que los apoyaban, más brutales cuanto más incultos e ignorantes, la perversa acción de la Iglesia con las prédicas de curas y frailes animando al infierno de la represión, el miedo confundido y mezclado con la amenaza que los liberales suponían para la propiedad privada y la religión, la salvación del alma… Todo ese ambiente sórdido y gris que Benito Pérez Galdós nos describe resulta mucho más grosero que cualquier imaginación. Así, podemos leer tras la descripción de la maquinaria burocrática y su oficio en la redacción de los autos: El infierno de aquella época era la más infernal que puede imaginar la humana fantasía espoleada por el terror. (Capítulo 14)

La novela, de una belleza formal admirable, nos describe de manera muy vívida la atmosfera asfixiante y patibularia del absolutismo y la brutalidad de las represalias y la venganza, la total ausencia de libertad y la ausencia de toda justicia, el perfil macabro de los protagonistas y responsables de los atropellos y asesinatos, la impunidad de la cara más oscura del terror.

Y en medio de tanto atropello y confusión se alza la relación amistosa y el entendimiento de dos potenciales enemigos: la joven y el viejo maestro. La joven entendiendo y perdonando desde el dolor y el sentimiento cristiano el crimen contra su padre; el viejo, aceptando su error desde sus presupuestos liberales sin renunciar a ellos y  volcar su amor en la joven que lo acoge. Tanto el uno como la otra, que pasarán por idénticos tragos amargos en la cárcel y el final del viejo loco en la horca, parecen representar la esperanza del entendimiento entre las dos Españas. Entendimiento generoso y feliz que podemos juzgar tan lejos hoy como entonces.

En los episodios de la novela alcanzamos a apreciar cómo la libertad y todo lo que nos recuerde de lejos a ella será perseguida y abatida en todas y cada una de sus formas, incluida la de la locura. Pero, lo mismo que ante la figura arrebatada de don Quijote, nos preguntarnos con razón en este caso: ¿quiénes son los locos?, ¿quiénes los cuerdos en el asesinato encubierto de falaz justicia de aquel idealista y noble héroe de la libertad que encarna con honestidad el viejo maestro loco llamado Patricio?

González Alonso

8 comentarios en “El terror de 1824.- Benito Pérez Galdós

  1. ¿Quiénes son los locos?
    ¿Los que se rebelan contra el terror, como Patricio Sarmiento, o los que lo aceptan como orden natural?
    ¿Los que sueñan con justicia en medio de la horca, o los que se acomodan al miedo y lo llaman prudencia?

    Me parece entender que en la novela de Galdós, la locura parece estar del lado de quienes aún creen en la libertad cuando todo se ha vuelto represión. Pero también hay otra locura: la del poder que se cree eterno, la del verdugo que se imagina justo, la del rey que confunde obediencia con amor.

    Don Quijote, en su delirio lúcido, decía:

    “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos.

    Un gran saludo.

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  2. Estoy con el último episodio de la segunda serie. Cuando me decidí a leer los Episodios Nacionales, ni me imaginaba lo que me iba a encontrar. Pensaba que serían una crónica de una parte de la historia de España, pero lo que estoy aprendiendo y disfrutando ha sido toda una sorpresa. No entiendo cómo puede ser que no se estudie la obra de Galdós en bachillerato.

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    • He podido comprobar en tu cuaderno «La tierra de las polillas», además de la calidad e interés de tus escritos, que te has hecho cargo de la obra de Benito Pérez Galdós, lo que me place.

      No sé cómo están los programas de Literatura actualmente en las Enseñanzas Medias, pero dado la escasa consideración por las Humanidades en general, no me extraña que Galdós sea una laguna más en la planificación de la formación académica. Lamentable.

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