Mira el agua cayendo entre las manos,
nubes lloviendo por las cañerías, silenciosa vida
en oquedades a donde la luz no alcanza.
Cuando llega a tu cara
ya los ojos son manantial de fuentes de la infancia,
risa en la sombra del verano,
dolor helado de su beso.
Mira
el agua.
Julio G. Alonso
Después de ver la imagen -preciosa- y leer el poema, tal vez hayais llegado a pensar que el poema se escribió inspirado en la misma. Pues, aunque parezca mentira, ni el poema nació de la imagen, ni la imagen del poema. Pero sí me parece admirable que desde lugares diferentes y desde la intención de dos personas desconocidas entre sí (aprovecho la oportunidad de felicitar al autor o autora de esta fotografía) se haya dado la coincidencia de subrayar elementos comunes como: el agua, manos, cañería, el rostro, la infancia… y proclamar el valor del agua para calmar la sed del cuerpo y también la del alma, proponer -subliminalmente- el deseo de justicia, igualdad, solidaridad, futuros llenos de la inocencia del paso del tiempo como agua vivificadora de la experiencia.
Si hubiera encargado ilustrar el poema no habría encontrado, seguramente, algo tan adecuado para los versos y la intención de los mismos como la que ha producido la casualidad. Insisto en agradecer a la persona que la publicó en la página Huacho al día (Perú). Si conociera su nombre lo daría a conocer.
Salud.
Amigo Eloy:
«El agua es la sangre de los pobres»… Me hubiera encantado firmar este verso. Tu comentario es breve, pero intenso y bello. No me había parado a pensar en cuántas personas pasan sed en el mundo; 2000 millones de razones son muchas razones gritándonos que hay que hacer algo más que gastar palabras en lamentarnos. Gracias por recordármelo, por recordárnoslo. Con un abrazo.
Salud.
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Precioso poema, Julio.
El agua es la sangre de los pobres.
Falta a 2ooo millones de personas, aunque parezca una exageración.
Un abrazo fuerte.
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Gracias, Adriana. Tu comentario me llena de felicidad. El agua, como metáfora, es la misma vida que se nos escapa y que resulta imposible de retener entre las manos; si el agua es vida y ésta es compartida, es entonces agua que calma la sed, agua refrescante, agua que limpia las lágrimas del rostro, que tranquiliza y serena el espíritu. Me hubiera gustado que, en cierto modo, los versos transmitieran alguna de estas sensaciones en su lectura. Si fuese así, sería perfecto. Otra vez gracias por tu presencia en este poema. Con un abrazo.
Salud.
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Me ha gustado mucho el poema, Julio. No había pensando en asociar el agua con los sentimientos, con las lágrimas de tristeza y de alegría. Y asociarla con la vida, finalmente el agua es vida y al igual que ésta la vemos caer entre las manos.
Como siempre, ha sido una invitación a la reflexión y un momento para disfrutar de la lectura. Gracias.
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Gracias, amiga Ana. Poco puedo añadir a cuanto dejas escrito sobre el agua, sino que en todo estoy de acuerdo contigo. Me llena de orgullo tu declarada admiración que, bien sabes, es correspondida por la que yo tengo de tus escritos y creaciones. Con otro abrazo también navideño.
Salud.
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Un poema precioso, Julio. El agua nos da vida y no sabemos apreciarla en lo que vale. Hay personas que cada día deben recorrer 10 kms. o más para coger agua y poder cocinar o lavarse. Nosotros tenemos la magia de los grifos, del agua corriente y no siempre sabemos apreciar esta magia del progreso. Tu poema es enormemente reconfortante. Somos afortunados por tener agua fría y agua caliente. Por poder beber, alimentarnos y lavarnos cada día. Tu poema es fuente de satisfacción y de vida. Fuente de regocijo.
Me ha gustado mucho
Te dejo un abrazo navideño
Sabes que te admiro mucho como poeta
Ana
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