¡Oh memoria, enemiga mortal
de mi descanso!
Cervantes.
La tierra trae recuerdos del alma de los muertos
y estremecida llora, dolida se subleva
acogiendo en su seno gritos desamparados
de un tiempo y el silencio, del miedo y de la guerra.
Duele la herida abierta como duele el olvido;
se alargan los estíos, florecen primaveras
y los otoños mueren mientras frío el invierno
tiembla en nidos vacíos entre sus ramas secas.
Ay España memoria de huesos enterrados,
de hijos malqueridos que tu cariño esperan
para ser ya de todos en tu familia hermanos,
pan y sal de la vida sentados a tu mesa.
Abre al tiempo tus brazos, que el alma de los vivos
en paz nombre sus nombres, que sus cenizas sean
cenizas esparcidas al viento de los años
y fértil el futuro de fértil sementera.
González Alonso
Si la memoria duele, más duele el olvido; por eso considero necesario hablar de los errores sobre los que vinimos a la vida. Y la guerra siempre es el mayor error humano, en el que caben todas las miserias: el odio, el hambre, la muerte, la tristeza. La guerra civil española (1936 / 1939) fue una crueldad, un desatino y el fracaso de toda una sociedad para resolver sus problemas y encarar el futuro. Pero lo que siguió a la guerra, la llamada postguerra, se convirtió en el terror de la dictadura implantada por el bando sublevado contra la República. El miedo se unió a la muerte, los asesinatos, las venganzas, el silencio duro y frío bajo las consignas fascistas. Y así se llegó a la transición democrática tras la muerte del dictador Franco. Pero el silencio ha seguido demasiados años y media España duerme en trincheras de miedo, en el abandono de las fosas comunes, en el anonimato vergonzante. Federico García Lorca, como exponente de esta atrocidad, nos acompaña en la memoria.
El poema pretende tender puentes de entendimiento y reconciliación; está escrito en versos alejandrinos como señal de reconocimiento a la inmensa tragedia vivida, y estos son arromanzados como homenaje al pueblo, a las gentes humildes que más sufrieron la represión, a ese pueblo que encontró la fórmula del romance para contar con tanto acierto sus historias, sus leyendas, sus preocupaciones, sus inquietudes.
Vaya por todos ellos y por la paz.
Salud.
Publicado en la antología Las Noches de Lupi en Portugalete, editorial LUPI (La Única Puerta a la Izquierda) Sestao(Vizcaya).-diciembre 2012.-ISBN:978-84-938010-5-2
Empezando por el final digamos que compartir la aspiración de una sociedad reconciliada es aspirar a no repetir errores como los del pasado. Estoy de acuerdo contigo, amigo Perfecto, en hacer votos porque este tipo de poemas sean innecesarios y suenen a anacrónicos un día. Y comparto la voluntad del esfuerzo y la comprensión para hacer que todos los muertos sean igual de españoles e igual de ciudadanos. Gracias por tu presencia. Con un abrazo.
Salud.
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Vaya por la paz, y por que la memoria no olvide a aquellos que todavía yacen, nadie sabe donde. Un país que no es capaz de recuperar su memoria y hacerles justicia a todos sus hijos, es un país vergonzante, que crecerá con complejos.
Todos deberíamos de hacer un esfuerzo para hacer que los muertos puedan descansar donde sus familiares puedan llevarles flores, y donde yazgan para siempre con dignidad.
Gracias Julio por este poema. Ojala, muy pronto, no sea necesario que los poetas tengamos que escribir estos poemas, porque seamos una sociedad reconciliada consigo misma y con el pasado.
Un abrazo.
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