Hoy sabes tú

Soledad

Yo no sé por qué lees lo que escribo;
ni sabes quién soy yo, ni sé quién eres
para decirte aquello que quisieres
o comprender la pena en que yo vivo.

Tal vez tu corazón me sea esquivo,
tal vez no cumpla yo los pareceres
de mover en el alma los quereres
que hacen ser del amor dulce cautivo.

Pero sea la suerte como quiera,Solo1
alada sombra, sueño leve, nada,
sólo  pasión fugaz rompiendo en olas;

sea vana ilusión, sea quimera,
yo sé muy bien que en tu alma y tu mirada
hoy sabes tú de mi dolor a solas.

González Alonso

Huye de mí, lamento

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Algo de cuanto muere cada día
y es justo por injusto que así muera
ha de ser el lamento que era y no era
razón y confusión, tormento y guía.

De qué le vale al alma la porfía
del recordar constante lo que fuera
aquel tiempo feliz de primavera
cuando de la memoria desconfía.

Huye de mí, lamento del pasado
y ruina de la dicha del presente
con tu pesada carga de tristeza.

Que apartada tu suerte de mi lado
como el agua que mana de la fuente
la vida ha de brotar en su pureza.

González Alonso

Altisidora

Coqueta y desenvuelta Altisidora,
hermosa tentación de don Quijote
que ofrecéis a su vista vuestro escote
y a sus oídos canto que enamora,

No basta tu hermosura a quien adora
la belleza sin par que lleva el mote
de dama de sus sueños, tierno brote
del amor por Dulcinea en toda hora.

No se trueque tu broma en el despecho
de verte rechazada del andante
caballero de firme y noble pecho,

Que será tu belleza más provecho
dejando a don Quijote ir adelante
que quebrando su amor en vuestro lecho.

González Alonso

*Durante la estancia de don Quijote en el castillo de los duques, la joven y hermosa Altisidora ideará y pondrá en práctica distintas bromas con las cuales quería comprometer la firmeza del amor de don Quijote por Dulcinea insinuándose y declarándose perdidamente enamorada del caballero andante, haciéndole reproches y quejándose de su rechazo con frases irónicas y sarcásticas o poniéndolo en situaciones de las que saldrá malparado. (II, 44,46,48,50,57)

Acróstico Libertario

Bandera anarquista

Acróstico Libertario

Simiente amarga en campos de memoria,
Anarquía en la voz del pueblo llano,
Libertad que en la palma de la mano
Un día será al fin nuestra victoria.

Del grito es eco la sufrida historia
Y la muerte el dolor que hiere en vano
La voluntad, moviendo el fondo arcano
Impetuoso en la busca de la gloria.

Bebemos agua en puros manantiales,
En neveros que nacen en las cumbres,
Ríos que ofrecen luego sus caudales

Transformándose en fuente de costumbres;
Alada libertad crece a raudales
Dando a la vida el fuego de sus lumbres.

González Alonso

Vientos

viento 3

Sopla el viento del sur. Por la caliente
altura de sus nubes se derrama
el vino de la vida. Todo inflama
de otoñales colores el presente.

Sopla el viento del norte. Ya se siente
el rigor en el frío de su fama;
el fuego del hogar pronto reclama
y en sus horas la edad su fin presiente.

Ya  lo que al este de la vida queda
apenas será viento de añoranza
que  envuelve la memoria en fina seda.

Viento al oeste, sombra de alameda,
el alma recogida en su templanza
y  un aroma de luz y rosaleda.

González Alonso

Con mala y buena suerte

cara y cruz

El día de mi mejor mala suerte
recibí en el teléfono un mensaje
diciéndome que ya estabas de viaje
y que no volvería nunca a verte.

El día de tu peor buena suerte
recibiste en el móvil un mensaje
diciendo con pasión y con coraje
que nunca dejaría de quererte.

Nuestras distintas vidas y destino
sólo son cruz y cara en la moneda
que por el aire vuela caprichosa;

yo, con la mala suerte en mi camino;
tú, con suerte de cara en esta rueda
de existencia mudable y veleidosa.

Si la suerte azarosa
hace volar a la moneda tanto
¿será mucho pedir caiga de canto?

González Alonso

El faro de junio

FARO EN LA NOCHE

El faro de junio

Será tal vez la edad de la paciencia
puesta al timón del barco de la vida
firmeza y freno, mano que en la brida
sujete el navegar en la inclemencia.

Es el faro la luz de la advertencia
que avistando la tierra prometida
con atención te llama y te convida
a mantener la calma y  la prudencia.

De los dioses tiranos de los años
sólo cabe esperar falsas promesas
y la ilusión que encubre los engaños.

En la noche estrellada,  los extraños
arrecifes esquiva y las sorpresas
para llegar, al fin, libre de daños.

González Alonso

Días de octubre

Días de octubre

Era decir octubre y era otoño,
nostalgia de colores, luz herida,
el aire ensimismado de silencio
y el amor en un vuelo de gaviotas.

Era decir los días entre mares
y entre cielos de nubes era ella
toda entera sonrisa enamorada,
beso sujeto al tallo de la vida.

Era decir sus ojos la belleza
conmovida y serena en la mirada
y a sus manos prendidas las caricias.

Era callar te quiero, era gritarlo
cuando las hojas vuelan de los árboles
y el viento con su abrazo nos vestía.

González Alonso

Camacho, Basilio y Quiteria

Joven Camacho, toda tu riqueza
no bastará a alcanzar las pretensiones
de hacer tuyos los bienes y los dones
del amor de Quiteria y su belleza.

Siendo tan generosa tu largueza
en la vida y las bodas que dispones
no ha de ser suficiente ante razones
como las de Basilio en su pobreza.

Que el amor se descuelga por las ramas
del árbol del deseo y los caprichos
sin permiso de mozos ni de damas.

¡Ay corazón tirano que cuando amas
como aman los amantes antedichos
ardes tan sin remedio entre tus llamas!

González Alonso

*Del Quijote (I, capXX): Donde se cuentan las bodas de Camacho el rico, con el suceso de Basilio el pobre

Las diez de últimas

 

Las diez de últimas

Barajaron tus padres la partida
en un lance de amor. Fue gran ventura
tu venida a este mundo y la hermosura
del precioso regalo de la vida.

El juego que tocó, a la suerte unida,
te premió con jugadas y largura
en la felicidad que el tiempo apura
con días de alegría sin medida.

Pero llegada, al fin, la postrer mano
cuando quiso la muerte las penúltimas
cartas jugar, erró en su vano intento.

No es que  del juego fuera yo un portento
pero supe guardarme de antemano
el triunfo que me dio las diez de últimas.

González Alonso