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Los teólogos bajaron a las playas
y se extendió sobre la arena
el trágico terror de los cangrejos.
González Alonso
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Los teólogos bajaron a las playas
y se extendió sobre la arena
el trágico terror de los cangrejos.
González Alonso
¡BRAVISSIMO!
daniela
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Gracias, Daniela. En realidad este poema breve quería -tal ve siga queriéndolo- ser el comienzo de otro más largo que seguiría en distintas estrofas con los políticos, los banqueros, los maestros, los filósofos, los científicos, los empresarios, los obreros y todos los los que pudiera encontrar o alguno menos… pero, sobre todo, con aquellos que de la nada se inventan la manera de someter a los demás, su pensamiento y sus vidas.
Salud.
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Hay pocas cosas que den mas miedo que alguien tratando de explicarnos un Dios al que no entiende. Yo también huiría como los cangrejos, sin darles la espalda.
Me gustan mucho tus interesantes propuestas que siempre abren una ruta a la reflexión.
Un abrazo.
Pepa
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Comparto tu inquietud y es el mismo miedo que me hace reaccionar ante tantos embusteros bien organizados. Pretender hacer una ciencia de Dios es una osadía surrealista que sobre algo supuesto o inventado construye un sistema para explicar lo inexplicable y que sirva para regular y controlar la vida de los demás. Es para huir deprisa de sus pretensiones. Admirable la perspicacia con que has enjuiciado el breve poema, que pretendía ser antesala de otro más largo. Tenía mis dudas sobre la posible interpretación de estas casi sentencias y me ha alegrado comprobar que se entiende el mensaje. Gracias, amiga Pepa. Con un abrazo.
Salud
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