
SICUT ET NOS DIMITTIMUS DEBITORIBUS NOSTRIS
Si alguien sostiene la mano del asesino
es asesino.
Si alguien sostiene la mano del perdón
es uno entre los justos.
Si alguien sostiene la mano de la rabia
es un pobre
de espíritu.
Si alguien descubre las sombras de su alma sin vergüenza
ni temor
es sincero entre los sinceros,
valiente entre los valientes.
No es más fuerte el que más fuerte
y duro golpea.
No es más débil quien da sus ojos al llanto
de la compasión.
No es más respetado quien insolente
ejerce con violencia el poder
e implacable interpreta la ley
y juzga;
sólo es
más temido.
Al otro lado del crimen sólo hay dolor
y soledad.
Al otro lado del abuso hay sólo amargura
y soledad.
Al otro lado del orgullo sólo hay silencio
y soledad.
A este lado del respeto hay sólo amor
y el bálsamo de una compañía
que sonríe y nos abraza.
Porque cada vida humana nos pertenece a todos.
Porque desnuda de amenazas, libre de miedos,
la vida necesaria
es la felicidad y es la existencia.
Porque la palabra vuela por los ojos
y escribe en la bondad del perdón,
no del olvido.
González Alonso

¡¡Que grande, maestro!!!!
👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻
Firmo debajo de todo.
Fuerte abrazo y salud.
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Pues mucho más que agradecido, Pedro, por tus aplausos y firma. Un gran abrazo y salud.
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Cuanta sabiduría y humanidad expresan estos versos… ! «Porque cada vida humana nos pertenece a todos» Julio, lo comparto. Salud y mi abrazo.
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Muy agradecido, Julie, y gracias por compartir la idea del poema. Un abrazo, y salud.
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