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La historia del viejo cascarrabias

Marcio Porcio Catón 

.
Era un viejo cascarrabias.

Esta historia
no tiene pies ni cabeza
ni sé quién me la contó.

Lo he pensado
con los ojos cerrados y apretando los dientes,
y me parece estúpida
esta historia.

No hay razón para creerse por las buenas
todo lo que cuentan,
ni siquiera la mitad de lo que juran
haber visto
porque su visión caleidoscópica les impide
ver una Luna sólo.

He buscado, pulsado las opiniones
más diversas
para ser objetivo.
Hasta recé un poco y le ofrecí una vela
a un santo de escayola
que me cayó simpático.

De todas las maneras,
yo jamás he creído
que el viejo de la historia
fuera un cascarrabias.

Julio G. Alonso
.

Scrooge.-Cuento de Navidad, basado en una novela de Charles Dickens


12 Respuestas to “La historia del viejo cascarrabias”


  1. marzo 29, 2012 a las 09:33

    Hacía años que no te leía, de forma casual he encontrado tu blog, leido estos versos y te felicito por ellos , me alegra volver a leerte.
    Un abrazo
    Stella

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  2. 3 Flory GLEZ.
    marzo 9, 2012 a las 02:24

    Primo Julio:

    Resulta siempre agradable leerte , porque desprendes la sabiduría de un poeta consolidado .

    Hoy me he sonreido con este poema tan simpatico «El Cascarrabias » esa persona que protesta por todo ,
    que se irrita con facilidad …….. ji ji

    Me ha venido el recuerdo de una serie de dibujos animados llamada asi «Cascarrabias «, donde el
    personaje principal era un mago gruñón , con el cual te reias mucho .

    Me ha gustado , como siempre , gracias .

    Un abrazo .

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    • marzo 9, 2012 a las 12:49

      Querida prima:

      Me llevo el premio de esa sonrisa y la satisfacción de saber que con la lectura de este poemita has podido evocar otros tiempos en los que uno podía reir con estos personajes solitarios. Gracias y un abrazo.
      Salud.

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  3. marzo 8, 2012 a las 10:21

    Creo que, en el fondo, es otra forma de interactuar con el entorno, que casi nunca da resultado. De todas formas, es un personaje pintoresco, y tú nos lo acercas con esa nota de incredulidad que lo hace entrañable. Un poema diferente, como sólo una mirada generosa es capaz de destacar en lo aparente, lo amable. Me gusta.
    Un abrazo, amigo.

    Perfecto Herrera

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    • marzo 8, 2012 a las 18:19

      Agradezco la valoración que sobre este poemita me dejas, amigo Perfecto. No pretende ser trascendente ni destilar lirismo por los cuatro costados; solamente, como bien apuntas, poner sin acritud en primer plano la existencia de un personaje que vive entre nosotros y, a veces, dentro de nosotros. ¿Tal vez dándonos una oportunidad? Gracias de nuevo. Con un abrazo.
      Salud.

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  4. 7 daniela
    marzo 5, 2012 a las 16:21

    Hola Julio, una delicadeza por tu parte acercarte a ese personaje impopular, como bien dices, como es el cascarrabias. Avinagrado, gritón y refunfuñón que solo posee una gran e inmensa soledad. Además nadie está libre de tener un rato de esa guisa (mejor que no se perpetúe) jeje, porque al cascarrabias no siempre le acompaña, necesariamente, la edad…

    daniela

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    • marzo 6, 2012 a las 13:28

      Daniela, empezando por el final tengo que reconocer que el ser cascarrabias no tiene que ver siempre con la edad, aunque suele asociarse la vejez a ese tipo de personalidad. Bueno, tal vez es que hay jóvenes viejos y muchos viejos jóvenes, no lo sé. El caso es que las personas cascarrabias resultan desagradables y acaban siendo solitarias, aisladas del resto de la gente.
      El poemita, con un tinte irónico y absurdo, apunta a los prejuicios y los lugares comunes, a los cotilleos y las etiquetas. Tomarse en serio todo ello es un error. Poner en el centro de un poemita la figura del cascarrabias, del eremita, del avaro, etc. tiene su gracia. Me alegro de tu paso por estos versos.

      Salud

      Me gusta

  5. marzo 4, 2012 a las 22:30

    … Julio, compañero, da gusto ir pasando tus posteos, pues qué suave aroma desprende esa clara ecuanimidad con que vas dotando y revistiendo las cosas, las situaciones, los eventos, las contemplaciones…; esa mansedumbre sabia con que emplaza la vida para mirar y no maldecir nada de cuanto se vislumbra, eso, amigo, es todo un portento bajo tu primorosa pluma y yo lo veo, lo leo y lo celebro; un abrazo fuerte; a. justel

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    • marzo 5, 2012 a las 13:43

      Un abrazo, amigo Antonio. La edad, creo, nos va dotando de otra paciencia para con la vida, de otro amor para con las personas y de otra mirada a las cosas; también aprendemos a saber que todo es muy relativo, que las apariencias engañan a menudo, que los prejuicios nos conducen a errores y a saber que en todo siempre hay algo bueno. No ser dogmático, anque sí firmes, es otra de las cosas que voy intentando. El poemita es intrascendente y juega de manera superficial e irónica con la cuestión de los prejuicios y las etiquetas. Me alegra que te haya gustado. Con un abrazo.
      Salud

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  6. 11 Santiago Fernández
    marzo 4, 2012 a las 20:35

    Querido amigo Julio:
    Gracias por este original poema. Me ha hecho pensar en los cascarrabias del mundo, que son muchos,.. cada vez más.
    Esta es la historia de un viejo casacarrabias, que reprende a sus vecinos, persigue a los chiquillos, grita por doquier, tiene una roca en su corazón. El casacarrabias está siempre presto al enojo, su cara acartonada lanza fuego por sus ojos y lagartos por su boca. Sus manos temblorosas gritan al cielo y su voz cavernosa ruge como un león. El casacarrabias ha venido a sufrir y a pintar de negro su paisaje y si puede un poco el de los demás.
    Pero un día, ese cascarrabias, se encuentra con una flor en el suelo, la acaricia , la besa, la mima y con delicadeza se la pone en su ojal. Y es que todo cascarrabias lleva dentro otro » cascadulzuras».
    Un saludo
    Santi

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    • marzo 4, 2012 a las 22:14

      Amigo Santi:

      ¡Qué bella historia la del cascadulzuras! El poemita, como ves, sólo es un pretexto para acercarnos a la figura de una persona poco popular y que todos llevamos dentro. Pero creo, más bien, que nuestro viejo no era un cascarrabias, sino simplemente un hombre solo… que se encontró una flor.

      Con las gracias y un abrazo.
      Salud.

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