Y fecundan los páramos hambrientos
y determinan geografías cultivadas.
Las acequias del tiempo
en venas de agua dibujan los paisajes;
¡qué luz posa su levedad en los pétalos,
qué aroma en espirales se alza al aire!
Mi voz es un sí de rotunda
afirmación; vida hecha de pie
y herramienta que labra
la palabra que nombra y adjetiva
y reclama del mundo la cordura.
No es mi escritura palabra
recreada en angosto verso
ni en poesía yacente
si la vida que multiplican los pólenes
y las abejas, mana en la frescura
de las miradas de los ojos de los niños
o en las pupilas de los viejos
se entrega en último resplandor
cuando se llenan las estancias de recuerdos.
En vertical vivo, en pie
canto. En vertical
escribo.
Julio G. Alonso
Pedazo de poema, amigo Julio, grandioso como ese mismo árbol vertical de la fotografía, con fecundas imágenes con ese buen hacer que tienes y que no te sale nada rebuscado, al contrario, natural, vital y esperanzado.
Siempre es un placer venir a deleitarse en tu bitácora, tienes que disculpar que disponga de poco tiempo estos días, pero sabe que vengo, siempre, siempre…
Me saludas a Agurtzane, yo también he estado en Carranza, si es el mismo Balneario, claro. Mi hermano mayor, ya fallecido, iba todos los años, pues había estudiado con los padres Palotinos y se reunían los antiguos alumnos. Lo pasámos genial una vez que le acompañamos y el entorno lo recuerdo precioso.
Un gran abrazo.
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Siempre gracias, amiga Isabel. Saludo de tu parte a Agurtzane y te digo que sí, que estamos hablando del mismo balneario en Carranza, regentado por los palotinos.
Con un gran abrazo hasta Asturias desde este lado de la cornisa cantábrica.
Salud.
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«En vertical vivo, en pie
canto. En vertical
escribo«.
… ocurre sólo que este final, hermoso final, pone punto definitivo a un muy lindo poema, Julio, amigo; es verdad que cada cual escribimos – cada cual – en función de las percepciones que sentimos o nos llegan, cierto, pero tus transmisiones son claras como esa luz que cita Agurtzane al evocar que los árboles, verticales, en vertical, hacia la luz, hacia arriba, buscan esa profunda energía sin la cual no les sería posible la vida; y así la vida del poeta, visible, dispuesta y a punto, ya en la mirada de un niño, ya en esa estancia ímtima que aglutina recuerdos y recuerdos; lo dicho y salud, amigo; Orión
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Gracias, Antonio. Siempre encuentro estimulantes tus palabras y me regalas ese plus de optimismo para seguir intentando otros poemas. Tu opinión, cualificada y respaldada por tu trayectoria de poeta y escritor (incluso dramaturgo), es para mí muy valiosa. Con un abrazo.
Salud.
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Julio, amigo, insignia:
Entre tejidos de luna, de fiambre, de hechizo cosido a hilo en las telas del juicio poético, yacen las palabras, quietas, mudas, o casi silenciosas.
El arte de entrelazarlas conlleva, de manera inexorable, al éxito o al barranco de una justicia que parece muerta o indeseable.
¡Ay! Me pulsa el alma en ritmo endecasílabo, en encabalgamientos que asoman su carita lavada, tan sólo para formar parte de tan frágil estructura.
Me quedo entonces con el accidentado pudor de sentirme hombre, un poco árbol y un poco vida. La savia vuelta poema o el poema envuelto en savia, recorre dulce y atenuante sobre las dudas existenciales de mi yo.
¡Qué delicia, qué suavidad, qué armonía! ¡Vuélvete entonces canción, o grito, o argamasa de no sé qué cosas, pero vuélvete luz en mis tinieblas y soledad en mis osadas alegrías!
Con infinito aprecio a un entrañable amigo, lleno de arte y poesía:
Arturo
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Amigo Arturo:
Apasionado y lleno de vida te desenvuelves en palabras que en tu comentario, amén de los elogios que la amistad hacen crecer generosamente, rehacen el poema y lo explican desde sus adentros. Saber de los aspectos del poema que resultan relevantes para la poesía, es una inestimable ayuda. Por ello, siempre gracias y un abrazo hasta ese inmenso México del que recibo tantas atenciones.
Salud.
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Querido amigo Julio has escrito un poema muy bonito, con mucha fuerza, muy vital, acompañado de una bellísima imagen. Por estas latitudes no somos muy dados a amar y cuidar los árboles, elementos de vida y energía; sin embargo con tu poema has engarzado perfectamente la vida natural exterior y el torrente de vida interior, que en tu caso es muy reconocible.
La verticalidad, como muy bien has descrito, es vida, energía, renacimiento; mientras que la horizontalidad es descanso, pausa,.. El sol sale vertical y se desploma en el horizonte. El hombre nace vertical y muere en la horizontal. El tallo crece vertical, la vida avanza temporalmente en la vertical…
Acabas muy bien tu poema, que a mí me recuerda algunas canciones de los grandes poetas argones, que con ese chorro de voz tan reconocible podrían cantar :
En vertical vivo, en pie
canto. En vertical
escribo.
Gracias Julio, es precioso tu poema.
Santi
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Amigo Santi:
En conversación telefónica me contaste la triste anécdota del destino de un tejo a manos de un operario que sólo pretendía probar la eficacia de su máquina, una sierra eléctrica o a motor que el Ayuntamiento le había proporcionado. Un árbol más. La motosierra está para cortar y talar, de mismo modo que las pistolas están para disparar y matar. Ya está.
Bien, pues pienso que al igual que con los árboles ocurre con las personas; muchas son taladas y vencidas por máquinas inhumanas, llámense bancos, Estados democráticos o no, multinacionales, tiranos y demócratas de todo cuño que no tienen ningún escrúpulo en sacrificar a millones de seres humanos de distintas maneras, entre las que descollan las guerras, para satisfacer sus intereses y asegurar sus privilegios. Pero no saben que talar árboles es hipotecar su propio futuro, asesinar personas es labrarse un final más próximo que lejano.
En todo caso, amigo Santiago, intentaremos vivir de pie, en vertical, afirmando valores como la dignidad y la libertad. Mientras podamos resistir. Con un abrazo.
Salud.
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Madre mia, Julio, qué preciosidad de versos y acompañados de esa fotografia en vertical se puede sentir esa zozobra que nos provoca la vida en vertical, veo que andamos similares en sentimientos en esta temporada «EN VERTICAL»; sea como sea sigo en tus hermosos lucernarios disfrutando a tope de todo lo que nos regalas.
Abrazotedecisivo estimado Julio
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Es cierto, Sara, que hace unas fechas te comenté en tu bitácora Momentos Decisivos la coincidencia de las fotos en las que abrazas los árboles de nuestra comarca en una de tus excursiones y el poema que acabo de publicar. Tal vez sólo coincidencias, pero me complace encontrar quien piense que merece la pena reivindicar esta verticalidad para la vida. Agradecido con tu abrazotedecisivo.
Salud.
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Conocidos y sencillos elementos protagonizan este canto a la vida. El árbol, el cielo, la tierra, el páramo, las abejas, los pólenes, los niños, los viejos…, están ahí , a la vista de todos, pero es el poeta el que los convierte en indicio, aliento, ánimo, esperanza, inquietud, deseo, certeza, recuerdo. Cada uno de nosotros elegirá un camino e irá dibujando su propio paisaje.
Potente la imagen visual del árbol ligada a la verticalidad de la vida. Ambos, árbol y vida, enraizados y alimentándose de lo primario, de lo básico, y sin embargo, luchando por alzarse hacia la luz en busca de energía que les de calor, color y miras más altas.
“En vertical escribo “ “….poesía yacente ” , estas dos imágenes contrapuetas afirman con rotundidad tu compromiso con la palabra viva,nutrida de la vida, tuya y de la de todos.
Me acaba de venir una imagen de hace por lo menos veinte años en la que estamos en el balneario de Carranza, abrazados a unos inmensos árboles que había en la campa, recibiendo energía. Estábamos en cuadrilla y con toda la chiquillería.Tu poema y la fotografía me han traído este hermoso recuerdo. Gracias por estos poemas tan vitales.
Un abrazo
Agurtzane.
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Tengo esa imagen, junto a otras no menos entrañables, del balneario de Carranza y sus árboles. Entonces nos acompañaban los hijos e hijas propios y de los amigos y la vida era promesa, misterio sin desentrañar, vocación en el sentido de llamada. Hoy muchas de aquellas incógnitas se han despejado y la vida sigue siendo llamada, vocación, promesa, misterio por desentrañar. Por ello cabe recordar dónde estamos y cómo cabe vivir. La metáfora del árbol me pareció muy válida y me alegra que tanto a ti como a los amigos que se prestan a comentar sus impresiones te parezca oportuna, explícita y explicativa de nuestro paisaje interior tanto como de la reivindicación de las raíces de la vida y la búsqueda de la luz, imagen que llena de contenido la idea de este cuaderno desde su propio título: Lucernarios.
Un abrazo y un beso.
Salud.
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Hola, Julio:
Con este poema entro en el terreno de las interpretaciones y me quedo, como no, con estos versos y hago mía tu voz:
Mi voz es un sí de rotunda
afirmación; vida hecha de pie
y herramienta que labra
la palabra que nombra y adjetiva
y reclama del mundo la cordura.
Gracias desde mi voz.
daniela
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Amiga Daniela:
Me alegra coincidir en el deseo, al menos, de poner una nota positiva a la vida y la acción, el trabajo y la dedicación a la misma, en el mundo que nos ha tocado habitar. Tu voz llega clara y nítida, Daniela, tanto aquí como en tus poemas. Con las gracias, siempre.
Salud
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Bellisimo poema con metáforos impactantes.
Me gusta tu estílo y no le encuentro imperfecciones; la poesia brota de nuestro interior y ese sentimiento se expresa de manera natural. Recuerda que si buscas la perfección se pierde la esencia.
Te felicito
Lydia Raquel Pistagnesi- escritora y crítica literaria .
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Lydia, he tenido el gusto de leer en tus cuadernos y lo que he encontrado ha resultado ser para mí un feliz descubrimiento. Te agradezco aquí el comentario que me dejas y estimo en mucho tu opinión y gusto sobre mi estilo. Comparto la idea de la naturalidad con que brota la poesía, que no improvisación, y el valor de la perfección métrica en relación a la esencia del poema. Creo que es conveniente moverse en un cierto equilibrio sin hacer sacrificios inútiles en favor de una u otra opción. Gracias por tus felicitaciones.
Salud
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Preciosa mezcla de palabras e imagen, Julio. En vertical y bien anclado. Por poner un pequeñito apunte al ritmo (a mi entender casi perfecto), tienes tres apoyos tónicos seguidos en la frase: «qué luz posa su levedad en los pétalos» que hacen perder un poco el «compás», pero bueno, una minucia. Me gusta el tema y el desarrollo. Eres un artista.
Paco
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Amigo Paco:
Gracias por la lectura y el gusto de compartir tus opiniones, que aprecio y tengo en mucho.
Sobre el verso qué luz posa su levedad en los pétalos tienes razón de que rompe el ritmo predominante de los endecasílabos, cuando al verso mencionado le sigue uno de ellos. Lo había pensado y dado vueltas, amigo mío. En realidad tenía escrito: qué luz su levedad posa en los pétalos, un endecasílabo perfecto acentuado en 6ª y 10ª terminado en esdrújula, por lo que contamos una sílaba menos. La lectura de este verso y el siguiente resulta más armoniosa. ¿Qué pasó? Pues, sencillamente, entiendo (pero lo entiendo yo, como lector) que de ese modo el énfasis que quería poner en el verbo posar se difuminaba y me parece que las consonantes oclusivas de posa y pétalos, distanciándolas, se reforzaban. No sé si el tropiezo inicial de leer tres apoyos tónicos consecutivos despista o cumple la finalidad pretendida. En tu caso, que has leído con el oído atento del músico que eres, veo que te produce una sensación de disarmonía.
Bueno, amigo Paco, pues para ti escribiré y leeré, si llega el caso, el verso endecasílabo, mientras en la verticalidad del poema siga doliéndose ese dodecasílabo escrito.
Con un abrazo.
Salud.
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