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Catedral
Lenta ojiva hacia atrás en el tiempo
de tu punta hincada
en un cielo
sin dioses;
mentira silenciosa piedra a piedra,
hermosa
y geométrica
pincelada de luz estirada en los colores
de los delgados muros,
te miro en la sonrisa helada de tus inviernos largos
con las sombras heridas
multiplicándose interminables en tus alrededores
calles
sin transeúntes,
sin oraciones.
Te conservas allí, testigo ajeno de los años
y los dueños
de la palabra y las vidas hermanadas en los miedos
de la miseria.
Te conservas
con tu piel fría curtida por los vientos
y las aguas del norte.
Te conservas
con los dedos de tus agujas y la memoria
de lo inflexible.
Te condenamos
a tu estar siempre allí con tu verdad de roca
trabajada
con manos cerradas sobre el martillo.
Te condeno
a ser punto admirable, lugar a donde nunca
volverá nuestra historia.
Y así lo celebramos cuando el pueblo construye,
la mano en la herramienta,
para el pueblo su historia sin dioses sobre ojivas
y tú allí,
te decimos,
nos recuerdas la fuerza
de nuestra humana arcilla
y la decisión
inequívoca
de alcanzar la libertad que apuntan hacia el cielo
tus piedras afiladas.
González Alonso
El poema Catedral fue publicado en la Antología de Poemas Alaire (2009)
Hace muchos años visité esa catedral . Recuerdo que me sentí invadida por multitud de emociones, algunas contradictorias entre si. Tu poema me recordó algunas, creo que coincidentes.
Felicitaciones, poeta, un poema grande.
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Gracias, Soco. La catedral leonesa me resulta familiar desde jovencito, viendo transformarse la plaza que la rodea, con coches, sin coches, con jardines y sin ellos, con eternas restauraciones de sus piedras calizas traídas de las canteras de Boñar, al sol del verano y los rigores de los inviernos… Es una rara joya, exquisita, de la que los leoneses se sienten orgullosos.
Salud.
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La catedral de León es una de las más bonitas que jamás he visto, y he visto unas cuantas. Tu poema hace honor de ello. Un abrazo.
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Pues comparto tus impresiones, Margarita, y no me ciega la pasión de ser leonés para reconocer la franca hermosura de esta catedral. Con un abrazo y las gracias.
Salud.
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Sobrecogedor e impresionante poema. Me dejas sin palabras ante el mismo. Chapeau!!!
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Una visión del arte gótico desde la perspectiva de la mano obrera que levantó las catedrales, como ésta hermosísima de León. Te agradezco las palabras aquí dejadas, amigo Quirico. Con un abrazo.
Salud.
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Un gótico placer ante una poesía divina… Me encantó, Julio.
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Muchas gracias por tu amable presencia, Julie. Un abrazo.
Salud.
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Otras más altas mentiras
como destinos, altos,
sucumben bajo el engreimiento del tiempo
.del de las piedras.
bendita catedral!!
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La belleza está en la mano obrera capaz de elevar hasta lo más alto su trabajo. Un placer, amiga Pilar.
Salud.
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