.
Se asienta en el fuego
la mirada,
en ascuas arde el sueño;
el silencio te acoge
como sombra alargada de la noche
y las horas decembrinas pasan
por entre los recuerdos.
¡Qué soledad te alcanza
y qué nostalgia
mientras el aire vuela afuera sus desvelos!
Es noche de lobos y de invierno,
de crepitar de brasas en el alma
y vino rojo en tu copa,
un anhelo
de horas blancas de diciembre, país invisible
del “érase que se era…
en buena hora sea, el mal
que se vaya,
y el bien que se venga”*.
González Alonso
*Fórmula usada en cuentos tradicionales de los siglos XVI y XVII, con diferentes variantes.
Así fueron y seguirán siendo las horas encantadas bajo lumbre.
Volvemos al mismo punto de partida, sólo el vestuario nos distingue.
Érase el mismo cuento: risa, llanto, nostalgia.
Diciembre con su gajo de ilusiones envuelve, luego…
caemos más profundo.
Tu poema es de sumas y verdades. Un encanto leerte.
Saludos.
Me gustaMe gusta
Muy amable y muy generosa con tu comentario, Ceciely. Tus palabras son muy acertadas y veo que compartes memoria y experiencia de otros diciembres. Un abrazo.
Salud.
Me gustaMe gusta
Avaro de lumbre , de olor a ramas rotas, me ha hecho sentir este poema tuyo tan redondo.
Me gustaMe gusta
Todos los poemas vuelven por las ramas de sus versos a la patria frondosa de la infancia, la que tuvo veranos luminosos e inviernos blancos, duros e inclementes. Ese es el laberinto. Gracias, Rubén.
Salud.
Me gustaMe gusta
… qué magníficas son tus horas, todas las horas, Julio; creo haberte dicho ya que dispones de un secreto y certero tiento para captar lo sutil y esencial de los contextos; de ahí tus muy lindos, lindos versos, poeta amigo; te felicito y saludo. Orión
Me gustaMe gusta
Un abrazo que vaya envuelto en las mejores horas de diciembre, amigo Antonio. Salud.
Me gustaMe gusta
Hermoso y entrañable. Me gusta el ritmo. Besos
Me gustaMe gusta
Me agrada que hayas encontrado estos versos entrañables, además de con ritmo. Muchas gracias. Con un gran abrazo.
Salud.
Me gustaMe gusta
Son versos escritos al calor de la lumbre, mirando desde la ventana esa calle nevada, viendo cómo viene la noche de lobos, aquellos de cuando yo era niña… Me hiciste recordar el pueblo. Gracias, Julio. Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Así es, Julie. El poemita está escrito desde los paisajes y las emociones de la infancia. Gracias y abrazos.
Salud.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Precioso Julio, yo tengo una especial conexión con el Invierno, nací en esa época. He vivido y sentido tus palabras que son, como te dije en una ocasión, convocaciones…de atmósferas y entrañables sentimientos del niño-hombre, mezclados con la nostalgia y la magia de las emociones que un día fueron, al igual que las brasas de tus poema permiten sentir la añoranza del tronco consumido que un día fue árbol.
Me gustaMe gusta
¡Qué bueno que aprecies estos intentos de evocar esos ambientes ya desaparecidos de la vida cotidiana de la infancia! Trato de recuperarlos -como dices- desde la experiencia y desde el hombre de hoy, trasladándome a aquel tiempo que sí, fue mágico y hoy se viste de nostalgia. Muchas gracias. Con un abrazo.
Salud.
Me gustaLe gusta a 1 persona
*vuelan de blanco jirones de plata
Diciembre,
del invierno tan rey!!*,
Me gustaMe gusta
Así nos visitan el invierno y los recuerdos, con la nieve de ayer. Gracias, Pilar.
Salud.
Me gustaMe gusta
¡¡Me encantó¡¡ .. Evocadores versos al calor de la lumbre 🙂 .. Abrazos de luz.
Me gustaMe gusta
Es lo que tiene, en el hemisferio norte, diciembre. En el sur es, sin embargo, calor de verano. Gracias, Mamen. Abrazos.
Salud.
Me gustaLe gusta a 1 persona