El escritor, poeta y amante de la Literatura, Gallego Rey, se ocupa del libro «Ruido de ángeles» (Ediciones Vitruvio, 2020) en este vídeo, haciendo una primera presentación que tendrá continuidad en una segunda parte. Tiene, además, el interés añadido de poder conseguir un ejemplar del libro que sorteará entre quienes estéis suscritos a su canal de Youtube o simplemente le dejéis un comentario.
¡Gracias, Gallego Rey! ¡Suerte a quienes toméis parte en el concurso!
Un día hablaré (hablaremos si alguien más se apunta) de la inmensa farsa que son las RRSS en cuanto a medio de difusión para los escritores independientes, en cuanto que hay mucho más ruido que nueces. Tu libro Testimonio de la desnudez, por cierto, es una joya impagable; por el contenido y el continente. Internet se está cargando la posibilidad de editar libros así, salvo raras excepciones.
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Las redes sociales están llenas -como dices bien- de mucho ruido, consumo rápido, superficialidad y maneras distintas de llamar la atención. Son un mar inmenso de propuestas, pero pocas de contenido serio o merecedoras de consideración. Pescar en este mar no es fácil y se pierde mucho tiempo hasta encontrar algo que valga la pena. Yo solamente conozco Facebook y no suelo rechazar las solicitudes de amistad, aunque no sé para qué me lo piden. Dado el volumen de contactos admitidos no tendría tiempo material para conocer nada de ninguna persona, así que es como si no tuviera ninguno.
La pregunta que yo me hago, ¿por qué estamos ahí? La única respuesta que hallo es que algunas buenas amistades sí han salido de las redes sociales; muy pocas, pero buenas.
Me alegra tu consideración sobre el libro «Testimonio de la desnudez». Es una bonita colección, de formato sencillo, pero atractivo dentro de su austeridad. Yo creo que hasta su diseño refleja la desnudez ante el desafío de vivir y entender el paso del tiempo sin desesperación. El poeta sabe que su camino conduce a la muerte; tal vez pueda hacer ese recorrido con júbilo, pero la certeza -quizás la única certeza- es el final. No sé hasta qué punto el mundo trepidante de internet puede hacer desaparecer publicaciones así, revestidas de sencillez y soledad. Admiro a los editores que se atreven, sobre todo a los independientes.
Bueno, amigo Gallego Rey, no sé si esto es una respuesta o un alegato. En todo caso, queda dicho.
Salud.
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