El niño.- Fernando Aramburu

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El niño
Fernando Aramburu

TusQuets editores.- abril de 2024

He terminado de leer “El niño”, de Fernando Aramburu. Temía abrir sus páginas. A fin de cuentas yo era uno de los maestros que trabajaban en el Marcelino Ugalde en aquellas fechas de octubre de 1980, cuando una terrible explosión de gas propano destruyó el edificio dejando cincuenta y tres víctimas mortales, cincuenta niños de Primaria y tres adultos, un maestro, una maestra y la cocinera. Fue un jueves de octubre, un día 23 a las doce del mediodía, hora del ángelus, cuando la devastación cayó sobre nosotros con todas las consecuencias.

Digo que temía abrir las páginas de esta novela que arranca de aquel terrible suceso. Y me costó mucho trabajo abrirme camino por sus páginas, sobre todo en la primera parte del libro, más apegada la narración a los primeros momento, días y semanas de la tragedia. A cada capítulo, a veces a cada párrafo, tenía que parar sin poder contener las lágrimas. Los recuerdos me asaltaban y los sentía como cuchilladas o dentelladas de lobo. ¡Y son tantos! EptmQ_lXYAIM6LJPero, aunque no se recoge en la novela de Aramburu, quiero –una vez más- rendir un gran homenaje a la entereza de la recién estrenada directora del colegio de aquel curso, elegida casi de manera unánime por el claustro, Mari Tere Ormaetxea. Ella, en medio de la terrible confusión reinante, con su hija cogida de la mano, vio cómo levantaban el cadáver del hermano de la pequeña, su otro hijo. Y supo seguir en su puesto al frente del colegio desaparecido luchando por la escuela y el futuro de la misma en un pueblo sumido en el desconcierto y el dolor. Al curso siguiente sería otro maestro quien tomara el relevo en la dirección y, antes de concluir el otro curso, yo mismo tuvo que ser quien asumiera esa responsabilidad.

Ya sé que todo ello son cosas extraliterarias y ajenas al contenido de la novela que, acertadamente, no se recrea en los hechos para hacer tremendismo ni plasmar un sentimentalismo barato jugando con las emociones y la desgracia de las víctimas y sus familiares. Pero sentí que tenía que decirlo.

Sé que a Fernando Aramburu no le habrá resultado fácil esta escritura. La sensibilidad del escritor, sin embargo, ha conseguido acercarse y acercarnos una historia real con la dureza de los acontecimientos y la ternura de la mirada, el respeto y el rigor exigidos para que la novela sea lo que tiene que ser, una buena obra literaria. Sigue leyendo

La comedia de los errores.- William Shakespeare

La comedia de los errores20230803_1020_festival_la_comdeia_de_los_errores_30
William Shakespeare
Versión de Albert Boronat

Dirección de Andrés Lima
Actores: Pepón Nieto; Antonio Pagudo; Fernando Soto; Rulo Pardo; Avelino Piedad; Esteban Garrrido
PENTACIÓN Espectáculos

Teatro Arriaga
Bilbao, 7 de abril de 2024

La comedia es la versión de la versión de William Shakespeare de la obra Los gemelos”, de Plauto, en la que pueden adivinarse, si se quiere, las intenciones críticas, tanto sociales como políticas, desarrolladas con el recurso de la risa, esa arma inestimable de rebeldía. Incluso es posible que podamos considerarla una versión de la última versión a cargo de la dirección y la puesta en escena del elenco encargado de representarla. Difícil establecer las responsabilidades de los errores que puedan sucederse, si es que el espectador fuera capaz de distinguirlos de los aciertos, que parecen muchos y muy jocosos.

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Recurriendo a los cada vez más asiduos extranjerismos y neologismos usados en español, podemos decir que estamos ante un show, vodevil y performance donde seis magos de la escena se multiplican para interpretar a pelo, sin maquillajes y con cuatro accesorios, a veinticuatro personajes diferentes, incluidas las mujeres. En algún momento de  acción echarán mano hasta de un técnico o algunos espectadores para completar la función. Y el modo, desenfadado, provocativo y desinhibido, convierte la comedia original de Plauto en algo del siglo XXI hasta con la incorporación en la trama de una monja y pagando en dracmas, sestercios o euros de manera tan natural que no parece haber ninguna clase de error; porque el argumento sigue siendo el protagonista que capta la atención del espectador para seguir los vericuetos de las confusiones, más que errores, provocados por la reunión casual de dos parejas de gemelos en la ciudad de Éfeso después de haber sido separados accidentalmente cuando eran niños. Y en la misma ciudad, el padre y mercader que busca a su mujer y uno de los hijos gemelos perdido en aquel naufragio se encuentra a punto de ser decapitado si no satisface la cuantía de la multa que le imponen las autoridades. El lío está servido entre los cuatro gemelos, los hijos y sus respectivos criados –también gemelos-, y la mujer de uno de ellos junto con su hermana soltera.

PMJ_7211-scaled-1Música, bailes, explicaciones sobre los personajes interpretados o la obra misma mientras se toman una cerveza, correcciones, más explicaciones y más sirtakis en un metateatro trepidante donde los excesos no lo son y en el cual las confusiones conducen a los errores y los errores conducen a la realidad de un destino incierto resuelto felizmente, tal y como cabe esperar de una comedia en la que el ingenio de Shakespeare brilla en el fraseo y planteamiento de muchas de las escenas reinventadas para la ocasión. La mucha confusión originada que embarra la visión de la realidad se irá aclarando como si se tratara de un gran charco revuelto en el que el lodo se va aposentando poco a poco hasta que el agua transparente nos permita ver con claridad. Sigue leyendo

Miguel Hernández.- A los 100 años

imagescaiq36jaMiguel Hernández Gilabert

Hizo 100 años, aquél de 2010, del nacimiento del poeta; 68 de su muerte en las cárceles franquistas, con 31 de edad. Y hoy perviven el hombre y el mito; pero, por encima de todo, su obra literaria.

Del hombre y sus contradicciones sabemos los orígenes en Orihuela (Alicante), su formación en el espíritu católico conservador de las Escuelas del Ave María, también de sus estudios de bachillerato con los jesuitas, de disponer a su alcance de profesor particular cuando su padre, mirando bien por el negocio familiar, lo pone a trabajar como cabrero. Hombre extremadamente observador que  su estrecho contacto con la Naturaleza lo llevará al conocimiento minucioso de los nombres y características de toda clase de pájaros y otros animales y plantas. Inteligente y brillante en sus estudios y con ganas ilimitadas de saber y aprender. Será, en este sentido, ocasión para que le saque provecho a la extraña amistad con Ramón Sijé teniendo acceso a una bibliografía extensa, al igual que su relación con el controvertido Luís Almarcha que acabaría -una vez terminada la guerra civil- siendo obispo de León. Tanto Ramón como Almarcha eran de derechas, incluso se podría decir que de extrema derecha si atendemos a las veleidades ideológicas y políticas  predicadas y practicadas por Sijé: impulsar a la juventud a una actitud antiliberalista, poniendo como objetivo de la vida un orden moral basado en un concepto retrógrado de la decencia y animando a esa misma juventud a luchar contra los subversivos utilizando la violencia, haciendo uso de lo que en aquel entonces se conocía como el derecho de estaca. De Luís Almarcha qué decir si lo dejó morir en la cárcel. Él mismo escribió, confesando su remordimiento: Dicen que el tiempo lo borra todo y, a veces, lo único que hace es reavivar el fuego de los recuerdos con mayor fuerza para nuestro pesar. Almarcha es quien pagará la primera edición del poemario de Miguel titulado Perito en Lunas. Le consigue publicaciones en el periódico El Pueblo (Orihuela) que él mismo dirige  y Miguel le solicita algunas influencias para buscar trabajo en Madrid que no prosperarán. Pero cuando puede salvarle la vida, no lo hace.

¿Cómo un hombre como Miguel Hernández llega a un compromiso tan fuerte con las izquierdas después de haberse rodeado de estas amistades? Tal vez la respuesta, una respuesta posible, la encontremos en su natural inteligencia, por un lado, y por otro la apuesta por las libertades y el compromiso con el pueblo por un progreso social que él veía necesario y que adivinaba posible con el proyecto de la II República. Las amistades madrileñas, Antolaguirre, Rafael Alberti, Cernuda, Delia del Carril, María Zambrano, Vicente Aleixandre y, sobre todo, la influencia de Pablo Neruda, resultaron decisivas en el enfoque político de sus ideas y la asunción de su compromiso que dará comienzo nada más proclamarse  la II República al ser nombrado presidente de las recién constituidas Juventudes Socialistas de Orihuela. Participará de manera muy activa en las Misiones Pedagógicas de 1935 con M. Zambrano, la pintora Maruja Mallo, V. Aleixandre y el propio Pablo Neruda.  Más adelante, sorprendido y aterrorizado por el asesinato de Federico García Lorca en los primeros días de la sublevación militar del 36, se apunta al Partido Comunista y marcha al frente. Escribe Viento del Pueblo. También ha escrito la Elegía primera dedicada a F. García Lorca. A diferencia de la elegía a su amigo Ramón Sijé, escrita desde el remordimiento y el sentimiento de culpa por su alejamiento y práctico abandono de dicha amistad, ésta se escribe desde la admiración por la talla literaria de Lorca (admiración no correspondida, pues García Lorca no lo podía sufrir y evitaba a Miguel) y también desde el miedo por lo que significaba de amenaza para todos este crimen. Se casa por lo civil en 1937 con Josefina Manresa, hija de un guardia civil sublevado , y viaja a Rusia con una delegación Sigue leyendo

Señora Einstein.- David Díaz; Gustavo Galindo; Vanessa Martínez; Pedro Santos

teatro-madrid-senora_einstein-cartelSEÑORA EINSTEIN
David Díaz; Gustavo Galindo; Vanessa Martínez; Pedro Santos

Intérpretes: Esperanza García-Maroto; Gustavo Galindo; Guillermo Berasategui; David Díaz; Pedro Santos; Rocío Vidal

Compañía TEATRO DEFONDO
Teatro Barakaldo, 9 de marzo de 2024

De las personas célebres conocemos, generalmente, sus logros y aportaciones o sus debilidades y conductas miserables. De las primeras, ignoramos lo segundo; de las segundas ya sabemos bastante como para concederles el beneficio de tener o haber tenido sentimiento humano apreciable. ¿Qué sentido tiene que Adolf  Hitler –y es sólo un ejemplo- se enterneciera con sus perros o conmoviera con la presencia de los niños mientras desata una guerra que cuesta millones de muertos y el exterminio de judíos, gitanos, polacos o comunistas? Se me imagina, así, una ternura repulsiva que agranda aún más la imagen del monstruo. No cuesta –lo sé- ningún trabajo actualizar la lista a día de hoy con las guerras de hoy (que vienen a ser las de siempre) y algunos mandatarios de hoy.

La introducción a los comentarios que siguen sobre la obra “Señora Einstein” va en el sentido de que, tratando sobre la condición humana, se cuenta la vida de la científica serbia, matemática y física teórica, Mileva Maric´, pero se retrata al físico y matemático Albert Einstein. Y de Einstein, como personaje célebre, tenemos una alta opinión como científico e incluso por sus actitudes políticas frente al nazismo y la II Guerra Mundial, especialmente por su condición de judío

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Entendamos que todas las historias pueden contarse de más de una manera; la de esta obra, abundante en datos biográficos, se hace de forma reivindicativa sobre el papel de la mujer en el mundo de la ciencia, no para enfrentar a mujeres y hombres, sino con el loable objetivo de poner de manifiesto la desigualdad de oportunidades y los prejuicios sobre el valor intelectual de las mujeres y el lugar que deben ocupar en la sociedad. Crítica y denuncia constructivas, hechas sin acidez ni proclamas panfletarias, con mesura, acierto e inteligencia. Y, hay que decirlo una vez más, es tan necesario como justo denunciarlo y hacerlo –también- del modo inteligente y persuasivo como lo hace esta historia puesta en escena.

Mileva Maric´, que en medio del amor, la maternidad, los conflictos conyugales y las dificultades impuestas para su realización profesional, es capaz de hacer la aportación numérica de los postulados de la teoría de la relatividad, ha pasado a ser una perfecta desconocida a la que se le ha negado el valor de sus aportaciones científicas. Ese es el hecho. Y Albert Einstein, fecundo científico reconocido con el Premio Nobel, se sirvió en su profesión del ingenio de su primera esposa, Mileva Maric´, y antepuso de forma egoísta su carrera a su familia. Esta es la historia que se cuenta.

fichero_399490_20231226La obra dramática “Señora Einstein”, es una extensa carta dirigida a la hija del matrimonio que tuvieron que dar en adopción y que nunca conocerían. La escribirá Mileva llegado el momento en que se siente morir, y su escritura significa retroceder en el tiempo –concepto clave en la teoría de la relatividad- para llegar a la edad de aquella adolescente de mente privilegiada que asombraba y a la que apoyó su padre con todos los recursos al alcance de la familia para que estudiase y pudiera ir a la Universidad. Su notable cojera le hacía desconfiar de la posibilidad de encontrar pareja, y su decisión fue entregarse a su vocación, para la cual estaba excepcionalmente dotada, las matemáticas y la física. Y en ese recorrido se cruzará con el joven Albert Einstein. Y surgirá una atracción y un amor hecho de números, cálculos, fórmulas, mucho estudio, ideas y proyectos. Y así seguirá la historia de dos vidas con las renuncias de una de ellas, los logros de ambos y el reconocimiento y éxito de la otra. Y una vida familiar truncada que acabará en divorcio, con una hija a la que no conocen y un hijo que, criado en mitad del duro conflicto familiar, acabará enfermo y recluido en una institución mental sometido a terapias de choque. Sigue leyendo

Museo Guggenheim de Bilbao

edificio-tulipanes-guggenheim-bilbao-museoaGUGGENHEIM  BILBAO
05/03/2024

Hoy he vuelto al Guggenheim. Lo hago regularmente desde su inauguración en 1997 cuando me hice el carné de Amigos del Museo y el pago anual de la cuota me permite visitarlo en todas las ocasiones que lo desee. En su momento me pareció una excelente oportunidad de disfrutar y aprender de arte moderno y actual. La ocasión de tener tan a mano un museo tan prestigioso en una ciudad como Bilbao, no podía ser ignorada. Así que, armado de las mejores intenciones y la mejor voluntad y predisposición, comencé mi incursión museística intentando no perderme casi nada de cuanto se inaugurara.

Y así he llegado hasta hoy, con todas las intenciones intactas y la voluntad dispuesta para aprender, disfrutar, sentir y tal vez comprender algo del arte pictórico y escultórico, principalmente.

GUGENEl Museo Guggenheim es, en sí, una caja mágica de retorcida y barroca arquitectura que abre espacios inconcebibles a la luz que reflejan las miles de placas de titanio que lo recubren. Cada rincón es una sorpresa capaz de acoger una bella obra de arte o toda una colección. La cosa prometía, y la experiencia no podía ser más tentadora.

Pero han transcurrido los años, rápidos o desesperadamente lentos según se mire, y hoy he hecho balance de todas mis visitas. Siempre hago lo mismo, bajar las insufribles escaleras hasta la entrada principal, subir a la tercera planta para, según las salas abiertas, ir recorriéndolo todo y, bajando por las escaleras mientras me detengo un momento para recrearme con las vistas al exterior de la ría, terminar encontrándome de nuevo ante la salida por la tienda del museo de la planta baja. Y hoy no ha sido diferente.

El problema es que hoy no he resistido el impulso de decirlo. Porque resulta que ni he aprendido nada, ni me gustó nada, nada he comprendido y –lo peor de todo- no he sentido nada. Ni sorpresa, ni emoción. Y conste, repito, que no me he presionado a mí mismo intentando alcanzar a entender, que miraba con interés cada obra y prestaba atención a lo expuesto. Pero imposible. Unas veces leía las sesudas y cultas elucubraciones sobre el autor y las motivaciones de su proceso creativo, el alcance y profundidad de su arte, las guggsummer2018_encounter050revelaciones que nos hacía y el significado preclaro de su obra. Y yo solamente veía un cuadrado más o menos grande pintado de un negro impecable con una raspadura blanca, o pincelada, en su ángulo inferior izquierdo. Otras veces la lectura la hacía tras detenerme ante el cuadro sin acertar a adivinar ni una sola de las buenas intenciones del autor y los logros plasmados en el cúmulo de chatarra y trozos de coche reunidos en un amasijo y colgados en la pared como si fuera un reloj de péndulo parado. Eso sí, me quedó claro que ni el autor mismo sabía lo que significaba y que no hubo una idea previa para juntar todas aquellas latas; simplemente se dejó llevar hasta que sintió que todo estaba donde debía estar. Genial. Y en el resto de las ocasiones pasé ante las obras prescindiendo de leer los comentarios informativos y supuestamente críticos sobre lo que veía. Sigue leyendo

Un delicado equilibrio.- Edward Albee

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Edward Albee

Producciones Teatrales Contemporáneas
Dirección de Nelson Valente
Intérpretes: Alicia Borrachero; Ben Temple; Manuela Velasco; Joan Bentallé; Cristina de Inza; Anna Moliner

Teatro Barakaldo.- 25 de febrero de 2024

Edward Albee (1928/2016), uno de los reconocidos representantes del teatro clásico americano de los años 60 del siglo XX, sigue la estela –siendo más joven- de autores como Tennessee Williams, Eugene O´Nell, Thornton Wilder o Arthur Miller y sus imperativos éticos. Es un teatro en el cual el texto y el contenido adquieren un protagonismo crucial en el desarrollo de la trama marcando el curso de la acción de la obra, con gran profundidad, carga crítica y análisis psicológico de los personajes. En ese universo dramático EdwardAlbeenos resultan próximas obras como El zoo de cristal, Un tranvía llamado deseo, La gata sobre el tejado de zinc (Tennessee Williams), Todos eran mis hijos y Muerte de un viajante (Arthur Miller), Á Electra le sienta bien el luto, (Eugene O´Neill, Premio Nobel 1936) o Nuestro pueblo (Thornton Wilder).

¿Qué se nos presenta en Un delicado equilibrio? En cierto modo, por lo menos en lo que concierne al alcohol y las relaciones tóxicas, podemos decir que estamos ante el melodrama descarnado del mismo autor, ¿Quién teme a Virginia Woolf?, aunque con menor intensidad. La familia media americana de los años 60 es puesta contra las cuerdas del resentimiento y los reproches como modo habitual de comunicación, y a través de ella se nos revela la crisis del mundo occidental, al menos en los Estados Unidos, con la angustiosa sensación de vivir el fin de la seguridad, ese sentimiento que abarca lo confortable, lo seguro y permanente de la vida cotidiana, lo que cabe esperar de ella en cuanto a estabilidad y que se tambalea entregando a sus protagonistas a un mar embravecido como bajeles a la deriva.

No hay resquicio de esperanza para esta familia acomodada, una institución familiar dominada por las apariencias y obsesionada con la conducta correcta, pero carente de afectos, sentimientos y ternura que hace que todo se convierta en una lucha agónica por sobrevivir sin ahogarse en el marasmo de la desidia y la soledad. Sigue leyendo

Historia de una maestra.- Josefina Aldecoa

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Josefina Aldecoa

Editorial Círculo de Lectores.- Barcelona, 1991

La Generación del 50 cuenta, entre sus miembros, con la figura de la escritora leonesa Josefina Aldecoa, nacida a orillas del río Bernesga en La Robla el año 1926. Josefina Aldecoa es el heterónimo de Josefina Rodríguez Álvarez; el apellido literario Aldecoa lo tomará de su marido, el escritor alavés Ignacio Aldecoa. Josefina, que no quiso publicar su poesía por considerarla irrelevante, se formó como maestra influenciada por las directrices de la Institución Libre de Enseñanza de la que formaron parte su madre y su abuela. Participará en la revista literaria Espadaña en la que se propugnaba la escritura de una poesía comprometida de tono desarraigado y existencial. La revista, publicada en León e impulsada por Victoriano Crémer, Antonio González de Lama, Eugenio García de Nora, Manuel Rabanal y Luís López Santos, fue un revulsivo en el régimen de la dictadura franquista.

Josefina Aldecoa maestraLa “Historia de una maestra” de Josefina Aldecoa es un homenaje a la memoria de su madre y un testimonio histórico del difícil y tortuoso camino de la Enseñanza en unos tiempos convulsos en los que las desigualdades sociales, los privilegios y el control ideológico de la Iglesia chocaban con las aspiraciones a la educación, la igualdad de oportunidades, las libertades políticas y los derechos de la clase obrera y campesina. En este contexto, la joven maestra se lanzará a la aventura de un trabajo educativo cargada de esperanzados ideales para formar personas libres y emancipadas de la tutela moral e ideológica de la Iglesia y las clases dominantes. Y su experiencia dará comienzo en Guinea Ecuatorial, la colonia española en tierras africanas donde a la situación política de la península se sumaba la de la colonización y los derechos de los nativos.

Ya en España, la maestra recorrerá los pueblos de la montaña leonesa chocando con la precariedad de recursos y la mentalidad conservadora que ve en la educación un valor secundario; una sociedad atrasada para la cual lo primordial es la subsistencia a base de trabajar mucho, cuanto antes y en condiciones precarias.

A lo largo de la historia que la maestra va desgranando se multiplican los referentes leoneses en gestos, costumbres y usos lingüísticos que fotografían con nitidez el momento histórico narrado. Harán su aparición, por supuesto, el amor y la pasión junto a los problemas y las soluciones, temas como las agresiones sexuales, la asignación de roles a hombres y mujeres, y los desajustes de los programas educativos para dar respuesta a los mismos, así como las esperanzas depositadas en el nacimiento de la II República para hacer de la educación una herramienta de transformación social y cultural en orden a la justicia y las libertades políticas. Sigue leyendo

El traje.- Juan Cavestany

el-traje-cartel-baja-e1696518234723EL TRAJE
Juan Cavestany

Dirección: Juan Cavestany
Intérpretes: Javier Gutiérrez y Luís Bermejo
Barakaldo, 27 de enero de 2024

De Juan Cavestany, como autor, coautor o adaptador, he podido disfrutar obras como Desde Berlín- Tributo a Lou Reed, Principiantes (De qué hablamos cuando hablamos de amor) y Los Mácbez, sobre Macbeth de W. Shakespeare. En esta ocasión; Cavestany se presenta como autor y director de El traje, una comedia definida por el propio Cavestany como de humor negro y que otros críticos y comentaristas entienden, además, como realista y atroz.

458120457-c708a4a8b82ade78b2a22558a04b908759d42a4f11d10a917b5d88da3ae1f27a-d_640A las características mencionadas se puede añadir la de resultar ser una obra dura e intensa de atmósfera agobiante que bascula entre el drama y la comedia con escenas surrealistas propias del teatro del absurdo y un final muy al estilo de un Lope de Vega y las comedias del Siglo de Oro. “El traje” es la excusa para hablar de las miserias humanas, sus carencias y sus anhelos apuntando a los casos de corrupción, tanto política como del alma. La referencia a los casos concretos de cohecho, tráfico de influencias y malversación protagonizados por la derecha española y en los que los regalos de trajes fueron parte de estos hechos, está clara en el título. Pero, pasado el tiempo, olvidado o ignorado por la ciudadanía la gravedad de unas prácticas políticas tan indeseables como las referidas, el trabajo dramático de Cavestany sigue estando vigente porque ha tocado el fondo de la cuestión más allá de lo anecdótico, refiriendo la perversión de la naturaleza humana en una obra con final feliz (¿feliz?), pero trágico, donde los protagonistas, después de sortear la legalidad, se degradan hasta el extremo de aceptar haber cometido un crimen y ocultarlo. Y la pregunta que surge es, ¿es posible cambiar estas conductas? Sobre todo si tomamos en consideración las condiciones de una sociedad  en la que se ha consolidado el consumismo compulsivo, el valor del éxito a cualquier precio y la justificación de salvar el pellejo haciendo cualquier cosa que sea posible hacerse. Sigue leyendo

De senectute.- Marco Tulio Cicerón

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Marco Tulio Cicerón
Traducción de M. Nieves Fidalgo
Editorial Triacastela.- Madrid, 2001
Edición bilingüe latín-español

A saber. Nos encontramos ante la única obra latina dedicada a la vejez, de la cual Cicerón hace una apología y ocupa –sin duda- un lugar relevante en la literatura por la calidad de su estilo y argumentación.

El título original era “Cato maior de senectute liber”; está escrito en forma de diálogo entre Catón el Viejo y dos jóvenes. Cicerón escribe a sus 62 años sobre un Catón octogenario que da múltiples “razones para no renegar de la vejez y aceptarla como una etapa más de la vida, rica de dones y placeres”, naturalmente distintos de los que se goza en otras edades.

marco-tulio-ciceronDesde luego, Cicerón reconoce y sabe que hay que aceptar con la mayor naturalidad que “el curso de la edad está determinado y el camino de la naturaleza es único y sencillo. A cada periodo de la vida se le ha dado su propia inquietud: la inseguridad a la infancia, la impetuosidad a la juventud, la sensatez y la constancia a la edad media, la madurez a la ancianidad”.

Antes de mencionar los temas centrales dejaré apuntado que puede considerarse un libro didáctico que enseña a vivir mejor –lo que hoy se conoce como de autoayuda- y desarrolla todo un arte de aprender a envejecer. También considera sabia a la naturaleza que nos retira el deseo de los placeres que con la vejez no se pueden obtener.

Los temas centrales de este ensayo se refieren a los cuatro motivos por los que la vejez puede parecer miserable y que refutará en su exposición. Enumeremos:

1.- La vejez aparta de las actividades. ¿De cuáles? Se pregunta Cicerón. Y reflexiona entendiendo cómo las cosas grandes requieren consejo, autoridad y opinión fundamentada, que la vejez procura en abundancia y que no se hacen con la fuerza, la rapidez o la agilidad del cuerpo. Sigue leyendo

Gabriel García Márquez, la soledad de cien años que nos acompañará siempre

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ. Foto: The Douglas Brothers / Copy righ Haper-PerennialDicen que murió Gabriel García Márquez, el autor que supo escribir Cien años de soledad y que sólo pudo acompañarnos durante 87 años en esta tierra, tan llena de cosas extraordinarias y míticas como prosaicas y diarias, el componente básico del realismo mágico manejado con magistral maestría por el autor colombiano.

Si es verdad que ha muerto Gabriel García Márquez tenemos que lamentar la muerte de una parte significativa de la creación literaria en lengua española en el mundo. Perder referentes de esta talla es siempre un dolor añadido. La magnífica pulcritud y riqueza desbordante del lenguaje del Premio Nobel (1982) han servido y servirán de guía para los cientos de millones que usamos y amamos el español como lengua en ésta y la otra orilla del Atlántico. La gratitud al hombre que fue y escribió enriqueciendo nuestra realidad y ampliando con generosidad los horizontes de la cultura, será para siempre. Sigue leyendo