
Anthony Nielson
Pentación Teatro
Gabino Diego
Cecilia Solaguren
Casa de Cultura de Getxo
26 de marzo de 2021
Asistimos, hoy, a una representación concebida a medias entre el monólogo y el teatro; del primero participa de los soliloquios, el humor de frases y giros buscando la risa cómplice del espectador; del segundo comparte la dramatización de las situaciones en el intercambio de emociones e ideas de la pareja, que no matrimonio, embarcada en la aventura de dar vida y sacar a la luz la parte más oscura y menos confesada de sus relaciones afectivas en general y de su comportamiento sexual en particular.
El argumento es simple, la pareja mencionada se presenta ante el público al que ponen de testigo y terapeuta con la intención de retomar las relaciones sexuales rotas hace más de un año. Naturalmente, esto obligará a buscar las causas, revisar y explicar la conducta sexual mantenida al margen de la pareja durante todo este tiempo y poner en tela de juicio los roles atribuidos al hombre y a la mujer en la práctica de las relaciones sexuales.
En la terapia harán acto de presencia los sentimientos de culpa e inseguridad, celos enquistados, miedos y complejos, así como contradicciones que parecen irreconciliables. La inseguridad del hombre cuando descubre que la mujer ha sufrido abusos en su adolescencia a manos de un primo carnal; el sentimiento de culpa al enfrentarse al acto sexual reprimiendo impulsos que pudieran considerarse machistas o la vergüenza y complejo de impotencia cuando se siente incapaz de reaccionar ante los estímulos y propuestas de su pareja. Por su parte la mujer mantiene una actitud exigente a la vez que de entrega ante un hombre incapaz de salir de esa presión cuando le pide que sea rudo, varonil y casi violento gritándole ¡dame lo que necesito!, a la vez que lo quiere tierno, cuidadoso y respetuoso. Dice no importarle que la excitación y el deseo del hombre se sustenten en fantasías ajenas a ella y a la vez quiere ser la protagonista de todas ellas. Se cuestiona también la manera de enjuiciar los actos de los hombres en comparación con los de las mujeres. Si un hombre usara una droga para predisponer a la mujer y conseguir sus favores sexuales, se juzgaría de violencia contra la mujer y se interpretaría como un signo claro de conducta machista; pero cuando la mujer le proporciona al hombre con engaño y contra su voluntad la viagra para los mismos fines, no se juzga de la misma manera y se justifica como un intento de ayudar al hombre. Llegada esta situación y tras la protesta masculina se abre una puerta a la comprensión queriéndolo ver como un acto de amor.
Por entre todos estos intentos de alcanzar a realizar el acto sexual terapéutico ante los espectadores, sexo puro y duro, aparecerá el sentimiento del amor con la confesión desesperada del hombre ante la sorpresa de una mujer que pretende o prefiere ignorarlo. Pero, finalmente, la pareja –que no matrimonio- acabará intuyendo que el sexo es algo que está al fondo del amor con todas sus luces y sombras, y así se lo comunicarán al terapeuta, o sea, al público.
Cuando una obra teatral está protagonizada por algún célebre y con vis cómica, como es el caso de Gabino Diego, hay espectadores que no entienden de la misa la media y van con la risa puesta para cualquier cosa, frase o gesto por insignificante que sea arrancando a comentar en voz en alta y aplaudir cada diálogo al estilo de lo que ocurre en las series de televisión americanas. Son realmente incómodos y un estorbo para los actores y el resto del público. Afortunadamente, en la velada, poco a poco fueron deponiendo su actitud al comprobar que no eran secundados. Por lo demás, lo dicho del actor Gabino Diego entiéndase también de la actriz Cecilia Solaguren; a ambos cabe el agradecimiento de una feliz tarde más de teatro.
González Alonso
👌
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Muchas gracias, Akane.
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Suerte que tienes, Julio, de poder asistir al teatro en vivo. Desde que comenzó la pandemia me mantengo al margen de cualquier actividad artística que no sea a través de la tele o de un tocadiscos. En una gran ciudad como es Madrid, son muchos los inconvenientes a la hora de desplazarte al centro. Espero que esta situación mejore.
Me pidió Magdalena que te transmitiese su imposibilidad de entrar en “Lucernarios”. Puede leer lo que escribes, pero sin dejar comentarios. Esperaba que le solucionasen el problema esta tarde.
Tus reseñas son fantásticas. Bonitos sueños.
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Amiga Carmen, aunque espaciadamente y con prudencia, llegan a estas latitudes algunas obras de teatro. Pocas. Imaginaba que en Madrid las cosas del arte andarían un poco mejor, pero ya veo que no. Espero y deseo, al igual que tú, que pronto podamos olvidar esta pesadilla de la pandemia y recuperar nuestros espacios de vida.
Ya siento lo que le está ocurriendo a la amiga Magdalena. A ver si lo puede arreglar y yo puedo disfrutar sus siempre acertados comentarios, de los que aprendo. Gracias por ponerme al corriente.
Un abrazo primaveral. Salud.
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Se agradece esta reseña de una obra teatral en el día en que se conmemora el Día Internacional del Teatro. Mi aplauso para quienes siguen subiéndose a un escenario y produciendo obras, así como a los espectadores que son elemento imprescindible en el patio de butacas. Me gusta mucho tu apreciación sobre cómo la gente «etiqueta» a las personas, en este caso, a los actores.
Siempre un placer leerte, Julio.
Buen fin de semana.
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Gracias por estar en esta cita de homenaje al teatro en su día. El año largo de pandemia ha resultado devastador también para las artes escénicas y espero que más pronto que tarde podamos volver a disfrutar de este arte igual o mejor que antes de esta crisis. Un abrazo, Isabel. Salud.
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