El faro de agosto
Como mares de estrellas son las noches de agosto
alzadas a la grupa de las olas oscuras
y la voz ronca y grave del insondable océano.
Los suaves vientos soplan,
el aire hincha las velas.
Hay una luz de fuego iluminando el mundo
y es faro y horizonte de la sabiduría.
Los mapas litorales dibujan la silueta
de sus paredes blancas y el fulgor de una torre
que nunca se consume y se eleva hasta el cielo
a las puertas augustas que custodian la entrada
de la inmortal ciudad de Alejandría.
Al abrigo de sus muros miles de papiros hablan
y cuentan sus secretos y revelan la palabra
alta de la verdad
y del conocimiento,
alta.
Navega sin descanso, no des al remo tregua,
no entregues al cansancio la fuerza de tus brazos
ni los ojos al sueño.
Un fanal de promesas guía la nave a puerto
y el coro de los sabios desgrana los discursos
del arte y de la ciencia.
Como lluvia benéfica sobre nuestras cabezas
así la libertad, así el firme progreso,
así la fiel justicia en nuestros corazones
se abre paso y podemos,
lejos los días oscuros,
abrir a la luz los ojos
y a la humanidad la ofrenda
del saber, hijo pródigo, hijo amado
de nuestro pensamiento.
González Alonso
Buenas tardes, admirado Julio:
He estado unos días sin ordenador y ahora al recuperarlo me encuentro con otro de tus faros. Ni más ni menos que con el de Alejandría.
Preciosa entrada, Julio, leerte es siempre un regalo para el lector. Felicidades.
Un abrazo desde Palmeira.
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Querida Magdalena, mi abrazo de agradecimiento por tu siempre puntual y cariñoso comentario. Esta vez la luz de la Cultura quiso iluminar el faro de julio. Salud.
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Hermosos versos, el océano y el conocimiento, dos grandes misterios y espacios de aventura. ¡Saludos!
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Saludos agradecidos, Franco. Me alegra que te haya gustado este poema y la luz de su faro.
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Buen poema, Julio. Que pases un feliz mes de agosto.
Un abrazo.
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Te deseo lo mismo, Isabel, que el verano te sea feliz. Un abrazo y muchas gracias.
Salud.
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Querido Julio: No tengo enfrente un faro de Alejandría, pero sí otros faros pequeñitos que su contemplación no me deja dar tregua al sueño.
Precioso poema, idóneo como reflexión sobre los momentos que vivimos. Y, como es habitual en ti, con esa puerta abierta a la esperanza.
Un abrazo.
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Amiga Carmen, ¡qué sería de nosotros sin esperanza! La voluntad de superar las dificultades, la ilusión y la suerte del amor y la amistad son los motores de la vida. Te agradezco la cercanía a la luz de este faro de Alejandría, metáfora de la sabiduría, el conocimiento y la cultura que nos hacen crecer como sociedades. Un abrazo y salud.
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Preciosos versos , Julio.
Fuerte abrazo.
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Un abrazo, Pedro, y muchas gracias.
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Precioso Faro de Agosto paseàndose por Alejandría …
Hoy me detengo en esa posible «luz de fuego iluminando el mundo»
Siempre es un placer leerte, Julio
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Ojalá que siga iluminando esa luz, amiga Úrsula. Un abrazo u mil gracias.
Salud.
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