
PATER NOSTER QUI ES IN CAELIS
Hoy miré al cielo. Con los ojos del alba
arrastraban las barcazas los cuerpos sin aliento
a la orilla del mar, almas desmadejadas
en la orfandad de la ilusión
y la esperanza.
Todo era silencio entre rumor de olas
todo muerte y silencio como único canto
de alborada, ese instante vestido de luz y sombras,
y miré al cielo
y miré detrás del cielo
y no te vi.
El sol llenó el azul de la mañana;
pasó el día
como pasa en la calma de las horas
el recuerdo más grave y más hermoso;
mientras, la radio contaba el número de muertos
en las playas.
Llegó también la noche con su cortejo de estrellas,
con sus sombras abrazadas a las sombras
de los sueños ahogados en las costas
que dibujan las aguas.
No te vi,
no te vi
y miré al cielo.
González Alonso

Precioso poema Julio. Te invito a pasarte por mi blog, también. Un fuerte abrazo.
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Gracias, Daniel. Aceptada la invitación. Abrazo y salud.
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Estimado Julio:
Has escrito un excelente poema. Desarrollar el argumento ha sido un desafío, que lo has vencido con buen equilibrio razón-vuelo poético. Un abrazo. Óscar
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Amigo y compañero en la poesía, tus juicios y valoraciones siempre las he estimado mucho porque sabes de lo que hablas y lo haces con sinceridad, así que mil gracias por estas palabras de aprobación para este poema, el primero de la serie. Un abrazo. Salud.
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Aclaro: en poesía el dolor es compatible con la belleza del verso. Por si alguien duda….
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Alabo tu aclaración, amiga Isabel. Un abrazo.
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Hermoso, muy hermoso poema, Julio. ¡Siempre, gracias!
Un gran abrazo.
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Gracias siempre a ti, que vives con tanta sensibilidad la poesía, Isabel. Mi abrazo.
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Triste, desolador, actual… Y así un día y otro día en muchas playas de nuestro mundo. Así es, amigo Julio. La tristeza, la desolación, el desamparo de tantos seres humanos en busca de libertad, de trabajo, de amor. Y no, rezar no es la solución,.. Salud. Mi abrazo triste.
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Amiga Julie, encuentro triste que nos acostumbremos a vivir las tragedias humanas como si no pasara nada, como si no nos estuviera pasando nada… triste y desesperante. Por más brutales que sean las noticias, su repetición constante nos anestesia los sentidos y la sensibilidad; pero la realidad sigue estando ahí, sangrante y cruel. Mil gracias por tu comentario y empatía. Un abrazo grande.
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