Pero no fue regalo de los dioses,
no fue premio,
no fue acción de gracias
la conquista del pan
en el sagrario del hambre.
Pero no cantaron los ángeles
ni se alzaron oraciones,
no hubo gesto mendicante
en el corazón del hombre.
El trigo crece abundante para todos,
los molinos mueven sus pesadas ruedas,
una harina blanca
se amasa largamente en la tahona
y en los hornos se cuecen
rubias las hogazas.
Pan de bienestar, pan de justicia,
pan del trabajo
y una lucha antigua
y cotidiana.
Sí, pero
millones de bocas
se abren hambrientas cada día
mientras se mecen los trigales
pintados de amapolas; y esto
no es una frase hecha, no es un verso,
no quiere ser un poema,
ni siquiera poesía. Pan robado,
saqueada la esperanza, batalla
sin concluir,
el consuelo secuestrado, sólo muerte,
sólo la muerte a la mesa de los pobres
y el crimen de Caín
muerta la alegría.
González Alonso
Vengo de otro poema hace un momentito que hablaba del «acompañar» palabra que también contiene la palabra «pan», como en «compañero» . Mientras te leía recordaba que producimos alimentos para alimentar cinco veces la población actual del planeta y es por eso que el hambre no tiene justificación. Una se avergüenza de pertenecer a la estirpe humana. Un abrazo.
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Es así de triste y trágico, Esther. Mil gracias por tus palabras… y te acompaño en la vergüenza humana. Un abrazo y salud.
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Es la poesía del bien, de la ética, de la justicia, de la humanidad. Nacida para que nos afirme, nos duela, y penetre en nosotros verso a verso. Gracias, Julio. Un gran abrazo.
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Isabel, poeta, me agrada mucho la definición de la poesía que me dejas y te agradezco con un abrazo este paso por estos versos. Salud.
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