¡QUE VIENE MI MARIDO!
Carlos Arniches
Compañía Al Alba
Director: Antonio Gallardo
Auditorio de Vera (Almería)
19/09/25
Excelente velada teatral. Reseñable, en primer lugar, la muy acertada dirección y puesta en escena de Antonio Gallardo, conduciendo un elenco teatral que, sin ser profesional, consiguió alcanzar altas cotas de calidad interpretativa, destacando la mayoría de sus diecisiete participantes en sus papeles respectivos, más los niños reunidos para la representación. El éxito de público refrendó el merecido éxito de la puesta en escena, y los aplausos fueron la rúbrica de ese éxito.
Carlos Arniches (Madrid, 1868/1943). formó parte de la Generación del 98. Poco después de estallar la guerra civil de 1936 se trasladará con su familia a Buenos Aires y regresará en 1940. La dictadura franquista siempre intentó eludir la faceta más crítica y profunda del dramaturgo, presentándolo como un mero escritor de comedias.
Nuestro prolífico dramaturgo no descuidó tampoco otros géneros como la zarzuela. Esta comedia, “¡Que viene mi marido!”, que Arniches calificó de “tragedia grotesca” (género creado por él mismo), fue estrenada en Madrid el 9 de marzo de 1918, y representada en innumerables ocasiones desde entonces y siempre con gran aceptación, sobre todo en las décadas cuarenta, cincuenta y sesenta del pasado siglo XX. Pero aún a día de hoy, ésta, como muchas otras obras, son acogidas con alegría por el público. La facilidad con que pueden ser entendidas, el lenguaje desenvuelto y chulesco o castizo de muchas de ellas, su gran dominio de los recursos de la acción y el conocimiento de la técnica teatral, han hecho de sus piezas de teatro comedias ágiles y divertidas capaces de llegar a todas las gentes de todas las edades.
No se puede pensar que por el hecho de tratarse de comedias o sainetes, sean obras dramáticas hueras y vacías de contenido destinadas exclusivamente a entretener. Encierran, por el contrario, una crítica social muy seria en -por ejemplo- la caricaturización del madrileñismo de baja estofa por sus modos y uso del lenguaje, en muchas de sus comedias costumbristas.
La crítica tampoco es ajena a la obra “¡Que viene mi marido!” Aquí, con sutileza o de manera directa, apunta sin rodeos a la hipocresía, la ambición, el egoísmo, el amor interesado, el materialismo y la falta de valores que exhiben sus personajes y que reflejan lo menos loable de la sociedad de su época, de la cual la nuestra es clara expresión envuelta en otras formas. Todo lo consigue Carlos Arniches con mucho humor, talento e ingenio verbal.
En “¡Que viene mi marido!”, las situaciones paradójicas y dramáticas adquieren un tinte cómico y, pese a todo, la obra encierra una visión optimista que nos recuerda bastante a sus coetáneos, los hermanos Álvarez Quintero y su humor andaluz.
El argumento es simple. Una agraciada joven de clase media está a punto de casarse con su novio. Llega entonces una carta del padrino de la novia que, en su día, le hiciera declaraciones amorosas a la muchacha y que ésta rechazaría. La carta trae la noticia del fallecimiento del padrino y la herencia millonaria que deja a la joven con la condición de que ser viuda para poder cobrarla. La venganza del despechado padrino levantará un tremendo revuelo y desasosiego en la casa, poniéndose todos a imaginar cómo hacerse con la herencia. La solución les llega por medio de una persona ajena a la familia, un doctor reconocido. Pero nada sale como se esperaba y la herencia millonaria sigue ahí, inalcanzable. Y, a partir de ese momento, ríanse ustedes.
Creo que todo el teatro es bueno si está bien escrito. Y puesto en escena será bueno
bien interpretado y dirigido.
Pues eso. Que siga el teatro.
González Alonso
