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Sólo vengo a preguntar (Tríptico. Paisaje con muchacha saltando a la comba,1936. Salvador Dalí)

.

Paisaje. Muchacha saltando a la cuerda, 1936.- Salvador Dalí

.
Hoy vengo a preguntar
por las sombras que huyen bajo el mismo sol
en direcciones contrarias
en un cuadro de Dalí.

No tengo
hoy
historia que contaros,
ni siquiera una anécdota, nada; sólo preguntas
sobre un sol con dos sombras en un cuadro
y una muchacha que corre con el cabello al viento
de un paisaje sólo desierto
abierto
a los ojos y la sed
-a la sed y a los ojos-
aire aquietado en ruinas y huesos calcinados.

Adivino tu grito en el exilio del silencio
de tu sombra
y el abrazo que esperas de los brazos del tiempo ;

mujer,

qué naves has quemado en la piel del deseo
desatado,
el labio húmedo
de pasión y besos de confesonario; qué esparcidas caricias
te visitaban
en el lecho de los sueños. Pregunto
mientras corres y saltas a la comba
y alejándose tu sombra por el este

me conmueve el miedo, aire quieto envolviendo tu desnudez
de niña

y puedo sólo preguntar tu nombre,
la urgencia que se agita
palpitante en tus pechos

ahora que corro ciego en la dirección contraria de tus brazos
para atarme al anudado salto de tu cuerda

y mi sombra, llanura desolada, se pierde en el oeste.

González Alonso

.


18 Respuestas to “Sólo vengo a preguntar (Tríptico. Paisaje con muchacha saltando a la comba,1936. Salvador Dalí)”


  1. julio 24, 2022 a las 11:50

    Excelente poema Julio, me sumo de inmediato a tus seguidores. Felicitaciones.

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  2. 3 Andrea
    septiembre 5, 2011 a las 12:10

    Otra vez me cuelo en tu refugio, y digo refugio porque después de leer tu comentario y los de tus asiduos lectores me he sentido reconfortada y muy bien acompañada. Tengo la costumbre de no leer ningún comentario antes enviar el mío, en la creencia de que quedaría influída por ellos . Ahora, después de leerlos, me doy cuenta de todo lo que esconden tus poemas y de que entre todos, contigo a la cabeza, lo vamos descubriendo. Es una labor de equipo fascinante, nunca lo hubiera imaginado.
    Todas las respuestas que he recibido hasta hora han sido otro pequeño regalo,sin embargo hoy ,especialmente, me quedo con la madura reflexión sobre la crisis, las encrujidas y lo que éstas nos obligan a desechar, recomponer o renovar. Estoy plenamente de acuerdo contigo. Pues eso, que tu prosa también da para mucho.
    Sigamos sonriendo.
    Andrea

    Le gusta a 1 persona

    • septiembre 5, 2011 a las 13:12

      Pues estoy encantado, como dices, de esta labor colectiva de la que aprendo contínuamente y la cual, en cierto modo, me anima a seguir publicando pequeñas propuestas con pretensiones modestamente literarias. Sé, por el número de entradas y el comentario de algunas personas amigas y conocidas, que también muchas de las personas que entran y leen no se deciden a participar escribiendo, unos por falta de tiempo, otros porque piensan que no tienen nada que aportar o que lo que van a escribir no tiene, digamos, categoría. Yo me río de la categoría de los comentarios porque no hay ninguno que, hecho desde el sentido común y el corazón, no sea estupendo. ¡Cuántas cosas nos guardamos de gran valor solamente por una extraña vergüenza! ¡Y cuánta gente hay, por el contrario, que exponen descarnadamente lo más reprobable de sus vidas en programas, sobre todo, televisivos! Parece ser que la gente más sensata y sensible es también la más precavida y la que más valora los contenidos de sus manifestaciones. Creo que hasta aquí, al igual que a innumerables cuadernos de poesía o de otros temas, se acercan personas de gran valor de las que, una pequeña parte, se decide a expresar sus pareceres. Aprovecho para invitar a la participación a través de la escritura, pero admito, agradezco y me satisface la participación a través de la lectura.

      Bueno, tu escrito de respuesta me ha dado pie a esta disquisición sobre la participación más o menos activa en estos espacios; por algo será, imagino. En esa participación, amable, sin acritud en los planteamientos, cabe la expresión de los gustos y disgustos, la crítica sobre aspectos mejorables y otras formulaciones en la construcción de este espacio. Así pretendo que sea, creo que lo es hasta la fecha y pretendo que lo siga siendo. Con un abrazo y siempre milsonrisas de regalo.
      Salud

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  3. 5 Andrea
    septiembre 3, 2011 a las 22:36

    Hola Julio:
    De nuevo en tu rincón después de volver de unas gratificantes vacaciones.Leí el poema justo antes de marchar y me causó la misma sensación que cuando vi el cuadro hace ya unos años: desolación. También tú aludes a ella en el último verso “ y mi sombra, llanura desolada, se pierde”. Hasta ahora tus poemas nos suscitaban interrogantes y nos acompañaban hasta plantearnos nuestras propias cuestiones pero a la vez insinuabas caminos, compartías destellos de luz, abrías puertas a la esperanza y al amor.Hoy, no puedo decir lo mismo .He sentido aflicción, desgarro, angustia y un terrible desasosiego.En estos versos se palpa el dolor, el desamparo y todas las carencias que vamos acumulando. Consigues remover nuestro interior y llegas a lo más hondo, a donde no queremos asomarnos, nos haces mirar hacia el lado más incómodo y nos sacas del letargo placentero. Pensándolo bien a lo mejor estaba equivocada y esta sacudida profunda que hemos recibido también nos descubra algún camino o nos aporte alguna luz para vivir y dar vida.
    Hoy,más que nunca, necesitamos milsonrisas.
    Andrea

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    • septiembre 5, 2011 a las 10:51

      Pues me inclino a creer contigo que de las situaciones extremas también aprendemos a buscar caminos. Toda la vida es un flujo de aprendizaje, sobre todo emocional, en el que se producen contínuos desequilibrios y reequilibrios; cada vez que avanzamos ponemos en jaque todo el armazón construído de la existencia y nos vemos en la necesidad de reconstruir los pilares que nos sustentan. Dicho de otro modo, la crisis parece ser el estado más natural de nuestra vida; resolver una crisis, y en este sentido veo la encrucijada del poema, nos obliga a poner nuevos andamios sobre los que sostener los sentimientos en nuestra relación con el mundo. Tal vez el cuadro de Dalí camine por ese mundo onírico en los cruces de caminos del subconsciente para volcarnos sus emociones. El poema es una respuesta a esa evocación, pero a su vez está hecho de la materia de quien escribe y se rehace y recrea en cada lectura y en cada lector, del mismo modo que el cuadro se hace y rehace en cada observador. Tu lectura, lúcida, revela tus propias encrucijadas, caminos en su mayor parte compartidos por todos y cada uno de nosotros, pero de cuya solución, dirección, desvío, tiempo de recorrido, etc. cada uno es su autor. Acepto esas milsonrinsas para este poema, Andrea. Con un abrazo.
      Salud

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  4. agosto 28, 2011 a las 23:11

    Hola Julio, recién llegada de mis vacaciones y sigue siendo un placer deleitarse con tu arte, para disfrutar de tus preguntas.
    abrazotedecisivo

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    • agosto 31, 2011 a las 19:14

      Por lo que se desprende de tus palabras las vacaciones han sido gratas y la oportunidad de tomar aire para afrontar la vida cotidiana y sus problemas, sus desafíos y retos. Las acostumbradas salidas a la montaña de las que nos das noticia oportuna en tu cuaderno Momentos decisivos también ayudan, imagino. Hoy, de momento, te agradezco esta pequeña parada en este poema lleno de preguntas. Con un abrazo.
      Salud

      Me gusta

  5. agosto 28, 2011 a las 07:04

    Querido Julio:
    Encuentro altamente gratificante el dar lectura a los profundos y perfectamente fundamentados comentarios que distinguen a tu poema.
    Texto y contexto, análisis histórico, interpretaciones al surrealismo mágico de Dalí, hacen de tu trabajo una oportunidad muy valiosa para hurgar en los fondos del pensamiento colectivo.
    Sin embrago, hoy deseo manifestarte que siento un deseo irrefrenable por incluir un elemento significativo, que con tu venia, considero es de suma importancia: La instantaneidad.
    Analizada ésta en su perspectiva artística, no me refiero al sello que Diego Velázquez impuso a su obra pictórica. Más bien me refiero a que todo evento de sensibilización humana, está regido por el instante emocional que llena nuestro estado de ánimo y estatus emocional ante el mundo.
    Si consideramos esto como válido, debo entonces ser congruente al mencionar que, al “instante” de escribir mi comentario, la consternación por los sucesos que tiñen de rojo nuestra historia como país, es altamente preocupante (atentado terrorista donde mueren 53 personas en Monterrey, Nuevo León, México)
    Bajo este mortecino velo, tu poema y la pintura de Dalí, los veo como la manifestación de la candidez más gratificante (con visos de alegoría) visualizada a través de una joven saltando la cuerda (Pregunto mientras corres y saltas a la comba y alejándose tu sombra por el este/me conmueve el miedo, aire quieto envolviendo tu desnudez
    de niña), por un mundo dominado por el sol, la esperanza representada en la investidura de la fémina, y la libertad contextualizada en la vastedad de una tierra nueva, incendiada de paz y semejando un infinito que ofrece no cambiar jamás.
    Como verás, creo fervientemente que vale la pena asomarnos al interior, pero sin olvidarnos que somos sensibles a una realidad exterior a nuestro mundo.
    Con afecto, admiración y respeto a tu loable persona:
    Arturo

    Le gusta a 1 persona

    • 10 Santiago Fernández
      agosto 28, 2011 a las 22:55

      Estimado amigo Arturo.
      Después de los últimos acontecimientos en un país tan querido como lo es México, tu comentario me llega al alma y entiendo perfectamente ese concepto que dejas caer como pluma pesada: la instantaneidad.
      Poco he de decir que no sepas. Estamos viviendo una época de grandes convulsiones: económicas, de identidad, amenazas terroristas, locuras individuales y colectivas, guerras calculadas, … en un mundo empequeñecido por las tecnologías de la información y de la comunicación en el que todo está a un golpe de clic, tanto las noticias y tristes como las alegres (aunque estas no se prodigan demasiado). Las tristes nos son presentadas machaconamente, y en muchos casos nos hacemos insensibles a su mensaje, así parece natural que mueran masacrados un millón de hutus, o que en Somalia en pleno siglo XXI miles de personas se mueran de hambre, que en México mueran acribilladas todos los días varias personas,…¿ qué podemos hacer?
      Por fortuna, las sociedades democráticas han reflexionado y llegado al convencimiento de que una de las mayores amenazas para su paz es esa obcecación criminal que de manera continuada persiguen los diversos grupos terroristas y mafiosos. En nuestra pequeña región (Euskadi) de esto sabemos un poco. Desgraciadamente, a pesar de los principios democráticos, y la implantación y regulación de los derechos humanos y jurídicos, ninguna sociedad se encuentra a salvo de la acción de los mafiosos y del imperio del terror y por ello los Gobiernos y las personas normales debemos mantenernos alerta para evitar por todos los medios el peligro de la barbarie que no cesa.
      Querido Arturo, dices que : “creo fervientemente que vale la pena asomarnos al interior, pero sin olvidarnos que somos sensibles a una realidad exterior a nuestro mundo”, estoy totalmente de acuerdo contigo. El famoso filósofo Epicuro decía que “debemos cultivar nuestro jardín”, pero eso no es suficiente pues el conjunto de jardines bien cuidados no da garantía de armonía.
      Espero y deseo que el pueblo mexicano sepa encontrar la salida del laberinto, con paciencia pero con determinación.
      Un caluroso abrazo
      Santi

      Le gusta a 1 persona

    • agosto 31, 2011 a las 19:34

      Amigo Arturo:

      La noticia última casi siempre viene a ser el último muerto, el último asesinato, la última tragedia humana. Parece que vivimos instalados en la noticia y que sólo existe lo que es noticia. Y parece que la noticia sólo lo es si trata sobre hechos insoportables. La inmediatez de la noticia nos sujeta a una especie de angustia y pesimismo de los que hay que escapar para hacer frente a las causas de los desastres y tener la lucidez suficiente para aportar soluciones. Tal vez la poesía nos acerque más que cualquier otra cosa, como otras expresiones del Arte, al estado de ánimo al que aludes y nos permita mirar de frente el horror sin embotar los sentidos y no reaccionar de forma instintiva agregando más violencia a la violencia. No lo sé. Los hechos a los que aludes y otros de los que Santiago da cuenta en su respuesta no pueden ser ignorados y más allá de estas y otras situaciones injustas cabe buscar vías de solución que dirijan la convivencia hacia objetivos de paz y libertad. El amor, la empatía, la solidaridad, la ayuda mutua, la unión, ayudan a conseguirlo. La búsqueda de soluciones y las soluciones mismas nacen y se hacen al mismo tiempo que se producen los problemas; pero podemos hacerlo desde fuera de la espiral de violencia que nos conmueve, desde la conversación, la poesía, la palabra. O, al menos, puede hacerse una parte.

      Agradezco tu escrito en el que estallan como una rosa en primavera los colores de la vida y la inquietud. Una observación, no obstante, al margen del contenido de tus palabras: imagino que cuando citas a Diego Velázquez querías referirte a Salvador Dalí y que habrá sido un lapsus. La obra de Velázquez también es inmensa y llena de poesía, lirismo, religiosidad y costumbrismo. En este caso, no obstante, el motivo del poema se debe al surrealismo de Dalí.

      Con un abrazo.
      Salud

      Me gusta

  6. 12 manuel martinez barcia
    agosto 22, 2011 a las 21:47

    Sólo la respuesta admirativa del silencio para no mancillar tanta belleza…

    Un abrazo, Julio.

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  7. agosto 22, 2011 a las 19:58

    No sé qué más se pueda añadir depués de leer el comentario de Santiago, has desvestido el cuadro con imágenes preciosísimas, como si lo hubieras despertado de la soledad adormecida.

    como siempe un placer leerte, estimado Julio, un abrazo

    Le gusta a 1 persona

    • agosto 23, 2011 a las 15:00

      Isabel, sè que es difìcil superar a Santiago en sus comentarios, de los que siempre aprendo y me sirven de estìmulo; agradezco, no obstante, tus palabras sobre este poema y el cuadro de Dalì. Me ha parecido muy oportuna la observaciòn sobre la soledad adormecida a la que aludes. Una alegrìa, siempre, encontrarte. Con un abrazo, hoy, desde Noruega.
      Salud

      Me gusta

  8. 16 Santiago Fernández
    agosto 21, 2011 a las 17:37

    Estimado amigo Julio:

    Desde que anunciaste el contenido de esta entrega he estado leyendo aspectos sobre la vida de Dalí, pues en él nada es casual, toda su obra es minuciosamente estudiada y analizada. Cuando se decide a pintar vuelca en el cuadro un cúmulo de sensaciones y vivencias propias de un ser excepcional.

    Tu entrada es magistral y evocadora

    «Hoy vengo a preguntar
    por las sombras que huyen bajo el mismo sol
    »

    Desde luego hay muchos aspectos reseñables en el cuadro: una niña saltando la comba, cabellos al viento, un desierto rojizo, los perfiles de castillos que desafían la gravedad, un pequeño galeón varado en la arena, nubes amenazantes en un cielo azul, dos sombras sin sentido,…

    Para compreder la obra de Salvador, hay que indagar un poco en la vida del genio: Dalí se incorpora al movimiento surrealista de André Breton en 1929; fue a principios de los años 30 , cuando con la soprendente y aplaudida película «Un perro andaluz » con Buñuel desarrolla en toda su madurez sus paisajes oníricos, repletos de dobles imágenes. Además pinta el cuadro en un momento crucial para él, el año 1936, año en el que comienza a cabalgar por España uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis, año en el que matan a su amigo Federico y en el que Dalí sueña con Cadaqués por el día y con Hitler por la noche.

    Amigo Julio, dices:

    «No tengo
    hoy
    historia que contaros,
    ni siquiera una anécdota, nada; sólo preguntas
    sobre un sol con dos sombras en un cuadro
    »

    Sin embargo, has contado una bella historia de deseos, de sueños, de erotismo, de juegos , de realidad y también de irracionalidad, pues un mismo sol no puede dar sombras contrapuestas; si bien no están del todo en la misma dirección, si te fijas bien las dos forman un ángulo de unos noventa grados, esto no es casual pues es el famoso Gnomon griego, es el ángulo que forma un cuerpo erguido con su sombra.

    Me gustan mucho las expresiones que recogen el ambiente :

    » aire aquietado en ruinas y huesos calcinados»

    O la que juegas con las palabras

    «y el abrazo que esperas de los brazos del tiempo»

    En definitiva, Julio, eres un gran POETA con gran sensibilidad, aspecto que no se consigue únicamente con oficio( como tú mismo has escrito en variadas ocasiones); hace falta algo más: vivencias, manejo de emociones, riqueza de lenguaje, ojos abiertos al mundo, profundo recogimiento, honestidad.

    Acabo, tanto para tí como para Dalí

    El significado
    de tus poesías-cuadros
    es tan profundo y complejo
    coherente e involuntario
    que escapa a un simple análisis
    de la intuición lógica
    !OH Julio-Dali, Julio-Dali, Julio-Dali !

    Con un abrazo de admiración
    Santi

    Le gusta a 1 persona

    • agosto 23, 2011 a las 14:57

      Amigo Santi:
      Leo con gusto y gratitud desde Noruega, en la ciudad de Bergen, hoy. Espero y quiero responder y hacer algunas preguntas con màs calma a la vuelta. Hasta entonces, con un abrazo.
      Salud

      Me gusta

    • agosto 31, 2011 a las 20:01

      Amigo Santiago:

      Pasado el sonrojo de la invocación en la que me unes a Dalí y un poco enfriado por la climatología nórdica, pero de intensa belleza paisajística y humana, comento sobre tus palabras en las que aludes a la sombra del cuerpo erguido, que se desdobla en un ángulo de 90 grados. Pienso que a Dalí este hecho no le pasó desapercibido, que -como bien dices- nada es casual en su pintura y que, por lo tanto, deliberadamente incluyó este efecto que genera una tensión especial. El desdoblamiento de la sombra propia se da en este cuadro de manera separada, de forma que bien podría interpretarse un desdoblamiento de la misma persona, la niña y la mujer adulta, cada una con su sombra. ¿Una regresión infantil? ¿La representación de lo que realmente conforma la vida y la memoria que la cimenta? Ahora, con tu explicación, el cuadro y lo que todo él representa cobra una dimensión nueva, algo que yo intuía en el desgarro de esas figuras implementadas en un paisaje misterioso y onírico. Amigo Santiago, gracias por tu observación. Hoy, me gusta más que nunca este tríptico daliniano.
      Con un abrazo.
      Salud

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