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Abr
12

Dios

.

                             

.
Eras un niño asustado, dios, a la orilla
del hambre, de las eternas preguntas
sin respuesta; un pequeño ser con los ojos abiertos
al espanto de las horas, ese tiempo humano
transido de derrotas.

Me senté a tu lado y enjugué tus lágrimas,
comprendí tu soledad sin esperanza,
la majestad humana cumplida de imperfecciones,
el largo camino hacia la vida,
la muerte que te huye, dios, y te da la espalda,
ese sueño infinito de la nada. Ni siquiera
los recuerdos te servían de consuelo
y no pude ayudarte con el olvido.

González Alonso
.


20 Respuestas to “Dios”


  1. 1 Julio Guzmán Sanchis
    mayo 1, 2012 a las 21:44

    Buenas noches, Julio: te doy mi opinión en un sencillito poemita que termino de escribir, al leer tu poema de tan sugerente tema, y me ha salido así, como podrás ver a continuación. Dios: el misterio de misterios. «Conjetura» es mi contestación a tan imposible respuesta, extrema y transcendental, que no doy, como cabe suponer.

    Dios.

    Conjetura,
    puerta clara, puerta oscura
    por la que mi vida entrara,
    puerta por la que buscara
    a ver si a Dios encontraba.

    Un saludo, Julio Guzmán Sanchis.

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    • mayo 1, 2012 a las 22:10

      Me complace encontrarte de nuevo por estas páginas, amigo y tocayo Julio. Me ha gustado la discreción y humildad que demuestras en tus versos, breves, pero intensos, con los que aportas tu visión del tema. Muchas gracias. Con un abrazo.
      Salud

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  2. 3 daniela
    abril 29, 2012 a las 22:48

    Hola, Julio; yo me quedo en el terreno de lo puramente humano, eso cuasi intrascendente sin más magia que los hechos puros y duros y…de este poema me quedo con:
    «eras un niño austado (o un hombre o una mujer…) me senté a tu lado y enjugué tus lágrimas» Tras ese gesto simple y callado, alguien pueda sentir cómo sonríe dios. Gracias.

    daniela

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    • abril 30, 2012 a las 19:57

      Una grata compañía en el terreno de lo humano, Daniela. La sonrisa de dios es la que encuentro en el rostro de muchas personas sin casi nada para subsistir, gentes de nuestras ciudades (no hay que ir más lejos) cuya dignidad y entereza se alzan contra la desesperación y son una llamada de atención para todos los demás. Es en la condición de la vida humana donde se esconden nuestros dioses y donde pueden enseñarnos alguna cosa. A ser dolidarios, por ejemplo. Con las muchas gracias por tu atención.
      Salud.

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  3. 5 Ramón Ataz
    abril 28, 2012 a las 12:29

    Yo, como dice Perfecto, también guardo un recuerdo vivo de este poema desde que lo leí por primera vez hace algún tiempo, lo que demuestra que es de esos poemas que tienen la virtud de hacerse indelebles en la memoria. Mi relación con ese dios del que me hablaron de niño y con cuya indiscutida existencia crecí, hasta que me di cuenta de que lo indiscutido no es necesariamente indiscutible, ha pasado por fases en las que se entremezclaba el rencor, la indiferencia, la nostalgia y sí, también esa compasión tierna que aquí expresas de forma tan brillante. En cierto modo, es la poesía la que permite no desdeñar del todo a los dioses, dándoles una nueva vida en forma de mito, de símbolo o de metáfora de lo que se cuece dentro del ser humano.
    Un poema magnífico que no se puede olvidar.

    Un abrazo, Julio.

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    • abril 28, 2012 a las 19:03

      ¡Qué puedo añadir yo que no hayas expresado con claridad y rotundidad en tu comentario! Creo que, sino todos, al menos muchos hemos pasado por vivencias similares a las que aludes. Me alegra que el poema haya dejado esa huella y el eco de estos versos todavía sirva de punto de reflexión. Desde la compasión teñida de ternura, sin reproches, he pretendido acercarme a esa realidad en la vida humana y sus sociedades, con respeto para todas las formas diferentes de entender la idea de dios y plantear lo infinitamente desesperante de la eternidad y omnipotencia, visto -desde luego- desde una óptica personal, humana, y nada erudita. Gracias, compañero, y un abrazo.
      Salud.

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  4. 7 orion
    abril 27, 2012 a las 19:50

    … es curioso, eh, Julio, desde qué posiciones tan distantes escribimos ambos acerca del espíritu, se trate de Dios o de dios; y nada que objetar porque, como ya con anterioridad hemos citado, amigo, y así está constatado científicamente, cada ser humano es único en sus múltiples percepciones y así las vierte, con mayor o menor acierto, al exterior; y lo más difícil de todo ello consiste en que, el tema, al ser espiritual y puramente interior, no es posible transmitirlo empíricamente a ningún otro sin las condiciones propias del transmisor (y eso nunca mejor dicho, cual si se tratase de un transmisor de ondas y un receptor en sintonía con aquél); por tanto, se me ocurre que cuando muramos ambos, y dada nuestra buena amistad, digo, nos acordemos de ella y nos reunamos para constatar definitivamente, si fuese posible, lo que aquí nos planteamos y en lo cual diferimos; tengo en el blog un pequeñito trabajo que, como no es grande y, por tanto, anegador, lo voy a pegar a continuación en calidad de posibilitador al menos, ¿ me lo puedo permitir…?; allá voy; ya sabes que eres altamente bueno escribiendo; un fuerte abrazo, Orión

    NUEVA TESIS ACERCA DE LA PROBABLE EXISTENCIA DE DIOS

    1. Tal y como bien sabemos, la energía no es aniquilable pero sí transformable.

    2. Está fuera de toda duda científica que determinado tipo de energía, debidamente especificada y conformada, ha construido no sólo nuestro cerebro, sino que además permite que otro tipo de energía, tipificada en la mente, sea capaz de actuar a través de aquél.

    3. Está demostrado asimismo que, a través del cerebro humano, la mente es capaz de imaginar y diseñar un plan ordenado, desarrollarlo y culminarlo.

    4. Del mismo modo está demostrado que la energía mental, en determinada medida, es capaz de influir directamente sobre materia-energía exterior (… sillas para discapacitados y brazos articulados dirigidos a partir de señales eléctricas provocadas mentalmente y otros)

    5. Si ello es así ¿ es plausible invocar algo de naturaleza racional para no admitir el hecho de que pueda o puedan existir, e incluso preexistir, una o numerosas mentes extraordinariamente desarrolladas y poderosas – y operando probablemente sobre “soportes cerebrales” distintos al humano – capaz o capaces, por tanto, de concebir, plasmar y desarrollar un plan o planes cósmicos de – para nosotros y actualmente – inconcebible complejidad y dimensión ?

    6. La ciencia tiene verificado que las células de nuestro organismo sufren una renovación completa en un lapsus aproximado de 7 años. Por tanto, si la teoría determinista fuera cierta, sería evidente que todo cuanto a las células antiguas o renovadas se refiere, habría desaparecido, concluido. Pero bien sabemos que no es así, pues ¿ cómo es que somos capaces de recordar hasta los acontecimientos personales más lejanos en nuestras vidas ?

    7. Afirmamos que una mente abierta – una flexible razón teórica y práctica – a las posibilidades que emanan tanto de la mera dialéctica como de la ciencia, viene a ser sin duda requisito de todo punto necesario para, con persistencia, aspirar a alcanzar cualquier horizonte en el progreso evolutivo. Sin embargo, – decimos – que el escepticismo duro, el que suele denominarse “ escepticismo a ultranza”, tal vez constituya propiamente uno de los mayores obstáculos para la cognición o adquisición de conocimiento. Y en eso estamos.

    = = =

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    • abril 28, 2012 a las 12:16

      Amigo Antonio:

      Me has hecho sonreir y alegrar la mañana lluviosa de primavera imaginando esa cita después de la muerte, sentados a la orilla de cualquier río, en la mesa de un estudio o de la terraza de un café, departiendo acerca de la nueva realidad compartida y los trasuntos del mundo espiritual. De alguna manera hay que vestir esa incertidumbre. Me alienta tu fe y el trabajo que te tomas para compaginarla con una visión también racional, pensada, humana, del mundo. De tu vocación reflexiva y filosófica, tu formación humanista, ya tenía noticia a través de algunos de los artículos que he leído en tu cuaderno, que recomiendo a todos los lectores, con temas de filosofía y actualidad que van desde la visión de Europa al hipnotismo, Dios, el alma o la prostitución… en un abanico de temas muy amplio. El texto que nos dejas aquí y que se puede leer en tu cuaderno Poesía actual- siglo XXI: Orión de Panthoseas.- http://oriondepanthoseas.wordpress.com/ lo conocía ya, pero la oportunidad de que sea también conocido por quienes se acerquen a este espacio me parece muy interesante. Aquí queda, como materia de reflexión y oportunidad de discusión, si hubiere lugar. Gracias, amigo Antonio. Un abrazo todavía carnal, aunque virtual. Salud.

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  5. 11 Flory GLEZ.
    abril 27, 2012 a las 00:45

    ¡Qué poema tan precioso!! es una maravilla siempre poder leerte , pero este poema lo encuentro sublime ………. me ha gustado mucho .

    Y ,bueno, desde mi posición agnóstica creo que el hombre es ensencialmente bueno , es sólo su conducta lo que falla .

    Gracias por escribir tan bien, nos haces sentir en un mundo lleno de mariposas de colores .

    Tu prima .

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    • abril 28, 2012 a las 11:51

      Querida prima, me alegra recibir tu visita; pero si, además, compartimos actitudes parecidas ante la vida como es el caso, eso hace que uno se sienta menos solo. Las mariposas… no sé; yo veo en vuestros comentarios, respuestas y opiniones, el verdadero vuelo de la libertad y los sentimientos. Gracias siempre por ello. Con un abrazo.
      Salud.

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  6. 13 Santiago Fernández
    abril 25, 2012 a las 21:54

    Amigo Julio:

    ¡Qué bien escribes! da gusto leer este poema con tantos mensajes. El compañero Perfecto ha expresado muy bien algunas de las sensaciones que uno siente al leerlo.
    Me gusta ese dios pequeñito que se preocupa por cada uno, que nos acompaña y nos comprende, que se deja ayudar, que está próximo, llora, tiembla y tiene miedo y no aquél Dios que nos castiga o nos premia infinitamente. Este Dios no existe, decía Borges “¿Usted se imagina un Dios bueno y magnánimo que castiga infinitamente?”

    El escritor Mario Benedetti, hace años escribía un poema que reflexionaba respecto a ese Dios, lo titulaba: “Sin dios

    Mientras pasa la estrella fugaz
    acopio en este deseo instantáneo,
    montones de deseos son los prioritarios.

    Por ejemplo que el dolor no me apague la rabia,
    que la alegría no desarme mi amor,
    que los asesinos del pueblo se traguen
    sus molares, caninos e incisivos
    y se muerdan juiciosamente el hígado.

    Que los barrotes de las celdas
    se vuelvan de azúcar o se curven de piedad,
    y mis hermanos puedan hacer de nuevo
    el amor y la revolución.

    Este poema y el tuyo reivindican un dios que vive y deja vivir, un dios que no se considera superior a los demás , que no está encerrado en templos ni subido en los cielos, que nos ayuda y nos comprende. Un dios que también se equivoca y aprende de todos. En definitiva, él somos nosotros y nosotros somos él.
    Gracias Julio por tu magnífico poema.
    Santi

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    • abril 26, 2012 a las 22:59

      Querido amigo Santiago, ¡qué amable eres! Me gustaría escribir bien, medrar desbordado de ideas, desarrollar temas complejos, alcanzar cotas estimables de calidad… pero me conformo con intentar escribir bien, aprovechar las pocas ideas que se me brindan, abordar temas sencillos que cualquiera puede entender sin complicaciones, resultar pulcro en la escritura, sin demasiada afectación ni exceso de vulgaridad. No me gustaría, en fin, ganarme el apelativo de mediocre, casi prefiero ser malo con aspiraciones a mejorar y morir en el intento. Al margen de estas consideraciones personales, he de reconocer que el tema de dios es inexcusable. Tengo que evocarlo, naturalmente, desde mi formación y la cultura en la que me he formado, pero quiero remitirme al concepto más amplio de dios, el mismo que se repite en todas las culturas. La cuestión, para mí, no es si existe o no, porque no lo puedo comprender. Su existencia no haría ningún mal; su no existencia, tampoco. Desde mi posición agnóstica no me preocupa esta cuestión. Lo interesante, en mi opinión, es saber del porqué es una idea, sentimiento o expresión de una necesidad en la especie humana. Lo preocupante es la utilización de esa idea, necesidad o sentimiento, por las religiones, oficializando la propiedad de dios en cada caso, haciéndose transmisoras de su voluntad, cogiéndolo entre las manos, interpretando sus designios. ¡Pobre dios! Lo veo achicharrado por coros y coros de sacerdotes, magos y visionarios que lo inventan y reinventan en su provecho.

      Desde otro punto de vista e imaginando su existencia, me daría lástima su triste suerte inmortal, su destino infinito, comprendíéndolo todo, sabiéndolo todo, siendo -de ese modo- creador de todo lo que ocurre. Aburridísimo estar tan solo. Por ello, he llegado a pensar que alguna vez ha deseado su propia muerte para descansar y que los cristianos lo ritualizaron muy bien. Un dios a la medida humana, un hombre a la medida de dios, y de ahí al poema sólo quedaba un paso. Ya está.

      Salud.

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  7. abril 25, 2012 a las 20:02

    Ya conocía este grandísimo poema, amigo Julio. Hace ya algún tiempo que lo conozco, y no he podido olvidar, porque no es posible olvidarse de él. Esa es la grandeza de un poema: que a pesar del transcurso de los días, quede en el recuerdo. Ya en su día tuvo una gran acogida entre otros amigos y colegas de letras.
    En él se trasmuta el desamparo que el ser humano arrastra desde su origen. Ese dios, tan diferente del Dios bíblico del Antiguo Testamento, tan humano como la imaginación es capaz de crear. Y esa proyección de la solidaridad amistosa del corazón humano, ese sentimiento, quizás el más humano, capaz de condolerse de la soledad divina.
    Sólo desde la grandeza del poeta es posible acercarse a la soledad divina, tan humana, que se hace carne en tantos seres humanos de carne y hueso que la sufren, y por ello, se constituyen en los dioses vivientes, que todos tenemos la obligación de no desconocer.
    No puedo disimular la emoción que este poema me produce. Siempre «será Dios una cosecha de espinas, un huerto de olivos alfombrado de cálices»
    Vuelvo por tanto a celebrarlo y a felicitarte.

    Un abrazo.

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    • abril 26, 2012 a las 23:08

      Amigo Perfecto:

      Defines de manera muy exacta la intención del poema: acercarse a la soledad divina, su suerte inmortal que se convierte en prisión de sí mismo. Por ello, desde la condición humana, surge el sentimiento de compasión y el deseo de ayudarlo ¡El hombre ayudando a dios! ¿No era siempre al revés? Por supuesto, siempre suponiendo en este tema un dios alejado de las concepciones religiosas, remitiéndome a la idea natural y el sentimiento humano.

      Te agradezco, sinceramente, la compañía en este poema sobre dios, un dios que envidia la mortalidad, un dios viajero que acepta el abrazo humano, un dios sin altares ni sacerdotes que lo puedan atrapar entre las manos, un dios que no sé si existe o no, pero que me duele imaginarlo.

      Con un abrazo y salud.

      Me gusta

  8. abril 25, 2012 a las 10:56

    Te contaré un secreto, amigo Julio, yo tengo un dios a medida, un dios en minúscula (como tú lo has escrito) porque es pequeñito y muy particular, cuando era niña, era más grande y mayúsculo, con los años, ya sabes, se van cayendo todos los dioses. Pero de cuando en cuando algo me inquieta si reniego rotundamente, por eso no lo hago o al menos egoístamente necesito creer en algo.

    Un hermoso poema que nos lleva a reflexionar, un abrazo.

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    • abril 26, 2012 a las 23:12

      Creo, Isabel, que a todos nos ha ido ocurriendo algo semejante; la muerte de los dioses nos deja más solos ante el mundo, más responsables, con un destino más trágico y humano. En cierto modo, son las mismas religiones que se erigen en gestoras de la idea de dios las mismas que empujan a su abandono. O eso me parece. Con un abrazo.
      Salud.

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  9. abril 25, 2012 a las 10:39

    Todos necesitamos de un Dios, sea muy grande o pequeñito…(sea en forma religiosa o filosoficamente hablando)pero que no tenga desesperanza… porque si desesperan nuestros Dioses ¡mal vamos con ese ánimo y desconsuelo de la humanidad!
    Preciosas reflexiones a modo de tus maravillosos poemas siempre.
    Abrazotedecisivo Julio

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    • abril 26, 2012 a las 23:23

      No sé si todos necesitamos de dioses, amiga Sara, pero es una realidad indiscutible que esa idea anida en el corazón humano desde el comienzo de la misma humanidad como algo unido a la muerte. Huir de la muerte, escapar de la realidad de la vida y trascenderla y hacerla existir eternamente tal vez sea una reacción que sirva de consuelo y atempere la ansiedad. Yo no discuto la existencia o no existencia de ningún dios, pero me conmueve, como humano, su realidad en nuestra vida al imaginarlo y dotarle de tantos poderes y cualidades, porque esto influye en nuestra conducta. Por ello yo quiero imaginarlo tan solitario y desesperado de su inmortalidad, su eternidad donde no hay nada imprevisible. Y quisiera ayudarlo desde mi condición mortal, existencia efímera e incapacidad de comprender casi nada de este universo que empieza en las mismas células de nuestro cuerpo y acaba no sabemos en qué rincón del espacio poblado de estrellas, o al revés.

      Gracias por tus hermosas palabras al lado de este dios o de este hombre que se encuentran y se comprenden. Con un abrazo.

      Salud.

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