Ya los barcos oxidados de la ría,
recostados
y heridos de muerte
se apartan a los sueños de travesías limpias
por sobre olas de memoria de algas
salobres,
verde y plata
de océanos sin norte arrastrando el silencio
húmedo
que borra sus nombres.
Ya los hierros de sus quillas abiertas
retornan a la memoria del mineral fundido
y se hacen montaña,
gigantesco velero por sobre los mares verdes
orillas
del Cantábrico; y ya las velas
desplegadas
a los vientos de la geografía de su muerte
………………… se hacen mariposas delicadas
…………………………………………………en mis ojos,
…………………………………..lágrima en la mejilla,
……….apenas beso en labios adolescentes.
González Alonso
Poema publicado en la antología colectiva Árido Umbral (Editorial Alaire, 2011)
Lucernarios 
… ay, ay esos barcos que tú al igual que yo hemos visto de acá para allá durante tanto tiempo, estimado poeta, tanto tiempo; poco a poco han ido desapareciendo de su remanso callado, ya de día, ya de noche; mi terraza daba sobre el mismo Abra y sus accesorios; ya puedes comprender; saludos, poeta espléndido; Orión
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Desde mis ventanas la ría se abre ante la vista a la altura del muelle de la Benedicta. Los barcos han ido desapareciendo; apenas los cargueros con chatarra para la acería surcan las aguas, y cuando -de muy tarde en tarde- algún buque sale de los astilleros de la Naval. Apenas nada de lo que conociste, amigo Antonio. Un abrazo.
Salud.
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Siento ese viaje hacia morir de cualquier barca varada y eso que uno es marinero de arboledas
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Mares de arboledas, de trigos, olivos… ¡todo es mar y todos somos barco! Gracias, Rubén.
Salud.
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Excelente poema. como testimonio de los tiempos sin remedio…
Abrazo, Julio y enhorabuena por tus éxitos.
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Gracias por tu enhorabuena y gracias por el paso por estos versos que hacen la última travesía amarrados en los diques del tiempo. Un abrazo.
Salud.
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Lástima esta poesía no acompañe a las exposiciones del museo RIALIA de Portugalete. Un saludo poeta.
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Gracias, amiga Espe, por tu opinión sobre el poema que está, es evidente, inspirado en la Ría del Nervión y los tiempos del desmantelamiento industrial. Un abrazo. Salud.
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El tiempo todo lo corroe, Julio. ¡Hermoso poema!
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Desafortunadamente así es, Julie. Tenemos que aprender a vivir con esos óxidos y preservar las ilusiones y la inocencia. Siempre gracias. Salud.
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¡Desolador
ser apenas muerte sin geografía
ser geografía y muerte!
(Exquisito poema)
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Eso me parece, Pilar; sobre todo cuando detrás de esa ruina no hay esperanza de futuro. Salud.
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