Fedegabekoa
Fedegabeko gizona naiz. Jainkoari esker
ez dut sinesten
gizon-emakumeengan; gizon-emakumei esker
ez dut Jainkoagan sinesten.
Fedegabeko gizon batek ez du balio
ez Jainkoaren egitasmoetarako
ez gizon-emakumeen planarako. Horregatik
ez dakite
zer egin. Horren ondorioz ez dakit
zer egin behar dudan. Honengatik
eta hargatik
toki batetik bestera ibiltzen dira
buruhauste hau konpontzeko asmoz.
Ezin dut
haien kezka lasaitu.
El descreído
Soy un hombre sin fe. Gracias a Dios
no creo en los hombres; gracias a los hombres
no creo en Dios.
Un hombre sin fe no sirve
ni a los planes de Dios
ni a los planes de los hombres. Por eso
no saben qué hacer. A causa de ello
no sé qué debo hacer. Por esto
y por aquello
andan de un lado a otro
con la intención de arreglar este rompecabezas.
No puedo
calmar su preocupación.
Julio González Alonso
Lucernarios 
Muy buen poema, Julio.
Fedegabeko emakume naiz, ni ere bai?… Ez dakit, baina…
Musu mila
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Muchas gracias, Soco. Tu duda me parece muy razonable. Un abrazo.
Salud.
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Qué bueno, Julio. Muy sabias palabras, en ellas andamos. Besos
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Es difícil creer en nada ni en nadie en medio de cuanto está ocurriendo, Pilar. Siempre gracias por tu cercanía.
Salud.
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Bueno, amigo, si crees en ti mismo ya es bastante. Me ha gustado mucho tu poema.
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Pues, amiga Julie, creer creer… ya no creo ni en los Beatles. Es broma, creo en la vida. Un abrazo.
Salud.
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Interesante poesía meditativa o meditación poética…si no lo veo no lo creo, pero si no lo creo no lo veo, creer no otorga la visión, pero crear sí. Un saludo, Julio.
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Bueno, amigo Quirico, con la que está cayendo… ¿cómo no perder la fe en los hombres? Y los que más desconfianza me dan son los que dicen interpretar a Dios, hablar por boca de Dios e incluso cogerlo entre las manos, comérselo (eso es la eucaristía, ¿no?) y otras atrocidades contra otros hombres en nombre de Dios y los dioses de cualquier religión. Como bien dices, «dejemos de creer para crear». Un abrazo.
Salud.
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Gracias a ka pixa fe que conservó supe una vez que llegaría el tiempo de las incredulidades.
Y ahora creo
en mí misma!!!!!!
Muy buena entrada.
Abrazo
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Gracias, Pilar, por la celeridad con que ha premiado tu respuesta este poema descreído. Era más fácil creer, pienso; pero la realidad se impone y ya, por dejar de creer, no creo ni en The Beatles.¡Ay!
Salud.
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