El vizcaíno

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Mala la hubiste vizcaíno
en esa de don Quijote

Que un hidalgo manchego a ti te diga
de un vasco como tú no ser hidalgo
es tratar a un mastín de perro galgo
o meter una piedra en la vejiga.

De igual modo la lanza no es amiga
de ser tocada ni siquiera un algo
y de mi asombro viendo tal no salgo
pues tu osada intención la ofensa abriga.

Así pues ambos dos espada en mano
cada cual asentado en su montura
harán de apaciguarse intento vano

y en el calor manchego del verano
ataca don Quijote con bravura
que al vizcaíno impide salir sano.

Sea hidalgo o villano,
en el trato exigido bien se entiende:
lo tocante al honor, la sangre enciende.

González Alonso

Nota.- El vizcaíno aparta la lanza de don Quijote para que los deje pasar,  y cuando es tratado de villano por don Quijote por lo cual no merecía la pena luchar con él, el vizcaíno arde en cólera y defiende su hidalguía espada en mano, saliendo malparado en la única aventura victoriosa de don Quijote junto con la de El Caballero de los Espejos o Caballero del Bosque.

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13 comentarios en “El vizcaíno”

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    • El contraste es más bien aparente. En el fondo, los intereses que rigen al mundo son los mismos desde que se organizaron las sociedades humanas primitivas. Y en lo tocante a las cuestiones personales, el honor, la ambición, el afán de protagonismo, el ego, etc. yo creo que sigue inmutable; así se explica esta absurda aventura del siglo XVI equiparable a otras igualmente desdichadas del XXI.
      Gracias, Elisa. Saludo y abrazo hasta el hermoso Chile.
      Salud.

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