Cosas cotidianas
Hoy andaban revueltas las cosas cotidianas,
el café de la mañana estaba frío,
la luz del sol se dormía en los balcones,
no ladraron los perros en la calle
y tu amor sin humor me dio los buenos días
con la mirada ausente. ¿Qué extraño
suceso ha conmovido las horas?
¿Por qué la rutina se muestra tan maniática?
Presiento una rebeldía en las persianas bajadas
y las aguas sin corrientes de la ría
que socaba los cimientos de la vida
y la cultura; son las pequeñas grietas
húmedas del tiempo que silencioso avisa.
Revisé en el verano los paraguas
y los calcetines del invierno. Las cosas
no andan bien, las flores no paran en su sitio
y los insectos sobrevuelan los volcanes. Acaso
la noche no sea distinta
con su oscuridad de estrellas y astros orbitando
el insomnio
y los presagios.
González Alonso
Me gusta, Julio. Me gusta mucho este poema. Es tan real y tan metafórico…
Dos besos (muy merecidos)
Me gustaMe gusta
Recibo con especial satisfacción esos dos besos que me dejas, amiga Soco, y -naturalmente- me alegran tus palabras que agradezco siempre. Un abrazo.
Salud.
Me gustaMe gusta
Divino instante en que todo cambia… insomnio, presagios, alucinaciones. ¡Bienvenidos siempre! Es el alpiste de los pájaros- humanos. Es un estar sin estar enraizado. Un encanto leerte mi recordado Julio. Felicidades en este septiembre a tus pies.
Me gustaMe gusta
Tus palabras animan y contagian de optimismo este instante que comentas y que recrea el poema. Gracias, Cecilia y recibe mi abrazo todavía veraniego desde España.
Salud.
Me gustaMe gusta