Septiembre viene al agua
de la fuente en el jardín
y vuela el aire en ramas
de palmeras. Oigo sus palabras,
presiento el otoño
columpiándose
en las flores rosadas
de las buganvillas
todavía aferradas a la altura y la luz. Un pájaro
picotea
los restos del verano. Sólo silencio
y rumor de aire y agua
salpicando la mañana. Sólo
el mar
alzándose al levante y la casa
con las puertas abiertas.
Tal vez la noche acabe llenando con estrellas
esta carta al final de las horas del día,
cuando duermen las moscas
y los recuerdos vuelven a los rincones
habitados de olvido.
González Alonso
Cuando duermen las moscas👏👏
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Me alegra. Las moscas pueden ser muy pesadas, como los problemas, pero nos dejan tranquilos por las noches (los problemas, no).
Salud.
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Un gran mes septiembre y una linda carta. Besos a tu corazón.
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Gracias por acudir y dar respuesta a esta carta, Maria del Mar. Un abrazo grande.
Salud.
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Hola Julio :
De nuevo por aquí disfrutando de cada pedacito de tus poemas .
Siempre un gusto leerte .
Felicitarte por la calidad de tus escritos y gracias por compartir tu talento .
Las cartas a cada mes un autentico acierto , una delicia .
Un abrazo .
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Muchas gracias, Flory. Me alegra tu visita y me alegran las palabras que me dejas en tu comentario. Un abrazo grande.
Salud.
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Adoro setiembre, como preludio del otoño, mi estación favorita. Tal vez por eso, tu poema me ha parecido, lo he sentido, como lo mas bello de lo que te he leído.
Gracias, Julio, por la belleza, por la emoción.
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Si se hiciera una encuesta sobre las preferencias por las estaciones yo diría, a bote pronto, que el verano ganaría por goleada; pero a lo mejor nos llevábamos una sorpresa y el otoño o el invierno se imponían a la consagrada primavera o el adorado verano. El mes de septiembre tiene ese halo de transición que puede trasladarse metafóricamente a la edad, aunque algunos ya estemos transitando al invierno, que es otra cosa. En fin, que me alegra tu apuesta y gusto por el otoño. Gracias, Soco. Abrazo y salud.
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«Viene el agua a septiembre»….
Esa imagen es una preciosidad
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Lo dicho, muchas gracias; gracias también por venir tú a esta agua a la que se asoma septiembre por los jardines para escribir cartas. Salud.
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Solo la primera frase, ya es una maravilla… » viene el agua a septiembre » Julio. Lo dicho, para mí, lo es.
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Gracias, Vicente. Me alegra que encuentres hermosa esta imagen. Salud.
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1. “Sólo silencio y rumor de aire y agua salpicando la mañana. Sólo el mar…”.
¡Qué maravillosa forma de expresar la realidad! La Vida…
Las puertas de mi casa permanecen abiertas hacia levante. Ver la salida del Sol cada mañana con distintos matices, rielando en el mar, es una delicia. Lo curioso es que hace un momento la luz de un rayo rasgó el firmamento iluminando fugazmente la ría y, sin embargo, las estrellas seguían brillando. Contemplaba el espectáculo cuando caí en la cuenta de que tenía una cita contigo.
He vuelto a la terraza: continúan los fogonazos detrás de unas pequeñas nubes como de algodón deshilachado. Las estrellas siguen brillando. Curioso espectáculo. Ahora parece que comienza a sentirse el ruido del trueno.
Como de costumbre, me acostaré tarde.
Con un saludable abrazo marinero, agradezco tus delicados poemas.
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Parece que las coincidencias no cesan, Carmen; dos casas, una al norte y a la orilla del océano y otra al sur en las costas mediterráneas. Pero la misma magia. Un abrazo casero.
Salud.
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Es un poemazo, Julio, que llega y te habita. Un placer siempre.
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Bueno, un poemazo no lo es, pero me gusta que te haya llegado y habitado, Vicente. Muchas gracias siempre.
Salud.
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Gracias por tu bonita carta que ya espero cada mes. Me ha intrigado ese pájaro que picotea los restos del verano, ¡pero me gusta especialmente!
Un abrazo, Julio
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El poema fue escrito en el escenario del jardín de una casa (la buganvilla y la palmera son de esa casa) y en una tarde de las últimas de septiembre. Hay una fuente, hay palmeras, el mar se oye al lado… y un pájaro revoloteaba picoteando en el suelo. El pájaro, que es real, se convierte en metáfora del final de la vida, la cercanía del otoño, en el picoteo de las vivencias felices mientras que no es consciente de que el tiempo se acaba. A partir de aquí, amiga Úrsula, tal vez encuentres más acomodo para la percepción del silencio, las puertas abiertas de la casa invitando a salir, la noche y la oscuridad del sueño, la despedida.
No sé si he quitado o puesto magia a la simplicidad de un poema de calendario con estas explicaciones, pero quería que supieras -que se supiera- cuál fue su génesis y resultado final. Un abrazo agradecido por la calidez de tus palabras.
Salud.
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Para mi has aumentado su magia.
Y en cuanto al pájaro, es curioso, pues aunque no lo vi como metáfora del final de la vida … sí me pareció que con ese picoteo saboreaba de algún modo vivencias felices.
¡Gracias, Julio!
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Los placeres pueden degustarse en cualquier momento de la vida. El pájaro lo sabe. Creo que tú también. De nuevo mis gracias, amiga Úrsula. Salud.
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Muy complicado cuando los recuerdos comienzan a compartir espacio con el olvido. 😐
¡Saluditos, Julio!
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Más que complicado me parece necesario saber gestionar esos momentos. Podemos cerrar los ojos, pero la realidad está ahí, inalterable tras los párpados cerrados.
Me ha gustado tu capacidad de observación. Saludos y salud.
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Decía el poeta:
«No debe estancarse uno en glorias pretéritas». Tu vocabulario vuela con el viento por las ramas de las palmeras y se enreda en la buganvilla para dar ese hermoso color a tu poema. Continúa escribiendo y decorando con tu verbo, los meses del año, y tus glorias siempre estarán vigentes.
Besiños palmeiráns.
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Estos poemitas en forma de cartas dirigidas a alguien en algún lugar o a uno mismo en el mismo lugar o al viento, al tiempo… tendrían como destino el ser poemas de calendario. Antes escribí las series «Las aguas de los meses», «Las puertas de los meses» y «Las horas de los meses» que, con la ayuda de mi mujer escogiendo las imágenes, se convirtieron en calendarios para regalar en Navidad a familiares y amigos, almanaques de pared que recogían también las onomásticas.
Gracias, Magdalena. Un abrazo hasta las costas gallegas de Arosa. Salud.
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Da gusto estrenar meses recibiendo tus cartas poéticas, Julio, siempre bellas y delicadas. Muchas gracias.
Un gran abrazo, amigo.
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Gracias, Isabel, por acusar el recibo de esta nueva carta septembrina. Un abrazo.
Salud.
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hermosa carta Julio
acá todo es un estallido de aromas polen color pájaros y sol
buen otoño para ti
y como decimos acá pasamos agosto jejeje
salutos
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Nos miramos en el espejo de la primavera chilena que está a punto de inaugurarse, Elisa, mientras ponemos el ojo en el otoño que se nos viene por el norte. Un abrazo.
Salud.
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Una carta con respuesta incluida y llena de belleza otoñal. Precioso poema, Julio. Como siempre. Mi abrazo.
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Gracias, Julie, por recibir una vez más estas cartitas mensuales Un abrazo.
Salud.
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