Dejar de ser
Cuando eres consciente de la muerte, acabas
asumiendo tu propia soledad.- Rosa Regás
Cuando el alma descubre que está sola
y el pasado son sombras, ¿qué esperanza
cabe anhelar de lo que el tiempo alcanza
arrasando la edad con furia de ola?
Cuando la vida en soledad se inmola
y escapa la memoria, ¿qué templanza
tener si todo trueca en la mudanza
que al sueño mata y lo vivido asola?
¡Qué terrible fortuna nos espera,
qué dolor insufrible, qué presagio,
qué frío tacto de la fría cera!
Pues si nadie será lo que antes fuera,
nadie tampoco evitará el naufragio
de dejar de ser ya lo que quisiera.
González Alonso
«Ser o no ser, esa es la cuestión»
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Sí, es es la cuestión… que enlaza con todas las demás cuestiones que llamamos la vida. Muchas gracias por la lectura y comentario.
Salud.
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Habláis de los grandes y ellos… también fueron antes aprendices incansables y entusiastas de la lengua. Aprendo contigo, gracias por compartir tus obras. Un abrazo
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Estamos siempre aprendiendo, amiga Maria Jesús, siempre aprendiendo… La vida, me parece a mí, es siempre curiosidad e ilusión que nos conducen al deseo de aprender. Mi abrazo.
Salud.
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¡Quién tuviera el don de la palabra! Magnífico, Julio. Un abrazo sincero de admiración.
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Mi abrazo agradecido, Bárbara. Un placer tenerte entre los comentarios a este poema.
Salud.
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Pulcro soneto digno de un maestro, poeta y artista de las palabras, de su conjugación, de su armonía y de los apasionados de la poesía y de la comunicación. Un abrazo amigo Julio me ha encantado leerte.
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Agradezco, Loren, tu comentario y el abrazo que me dejas. Espero dejarte el mío en tu cuaderno.
Salud.
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Un soneto sobrecogedor y elocuente, Julio. Rimasflotantes ha estado muy acertado al considerar tus versos “limpios y profundos”. A mí me trae a la memoria la lucha de Unamuno entre su razón agnóstica, o atea, y su vida de creyente, muy bien reflejada en su obra “San Manuel Bueno, mártir”. Para mí Unamuno, desde su escepticismo, desde su sentido trágico de la vida, confiesa a Dios, aun considerándolo pura paradoja: “Oye mi ruego Tú, Dios que no existes”.
Me ha puesto Magdalena al tanto de tu precioso soneto, pues ya tenía el ordenador recogido: mañana regreso a Madrid con la tristeza de abandonar esta bella ría; pero otros quehaceres me reclaman.
Apacible y saludable sueño.
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Antes de nada, que tu vuelta a Madrid sea feliz, Carmen. Vuelves con el aire fresco y limpio de los colores de tu ría a los pies de Palmeira, y eso ayuda.En cuanto al soneto, como se ve por la entradilla, me lo sugirieron las palabras de Rosa Regás. Entre un pasado ya inexistente y un futuro imposible, la vida parece resumirse en soledad, antesala de la muerte. No es un poema optimista, y la evocación que haces del «agnosticismo místico» de Miguel de Unamuno me parece estupenda. Mi abrazo y los dicho, feliz vuelta a Madrid.
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Las musas le prestaron a Lope de Vega el numen para hacer el soneto a Violante. Contigo no dejaron de ser generosas, para que, en «Dejar de ser» fueses capaz de crear esos catorce versos tan hábilmente compuestos.
Fantástico, Julio.
Cariñosos saludos palmeiráns.
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Lo malo para mí y bueno para Lope es que a mí me ha costado bastantes horas lo que a él sólo le llevó quince minutos… y hacer un soneto sin tema, ¡que ya tiene guasa! Pero bueno, me conformo con el resultado aunque sea un poco pesimista el asunto tratado. Un abrazo, amiga Magda, hasta la soñada Palmeira.
Salud.
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Excelente soneto, Julio. Un verdadero placer leerte. Mi abrazo.
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Mil gracias, amiga Julie. Un abrazo grande. Salud.
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¡Excepcional soneto, Julio!!
Gracias por regalarnos tu poesía, por dejarnos aprender de tus maravillosas letras.
Un abrazo.
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Amigo Pedro, siempre agradezco tus comentarios cargados de amistad y buena intención, aunque para aprender aprender… creo que es mejor adentrarse en lo dejado por escritores y poetas de antes, como Garcilaso, Góngora, Quevedo, Lope… o más próximos, de Rubén Darío a Aleixandre, Juan Larrea, Neruda, Lorca, Antonio Gamoneda, Joan Margarit y etc. etc. Ya me entiendes. Mi abrazo.
Salud.
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Esos son los grandes maestros, por supuesto, pero tus versos limpios y profundos nos enseñan muchísimo.
Un abrazo, Julio.
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Gracias por tu opinión, Pedro; escribir es difícil y escribir poesía más difícil aún. Me conformo con que los poemas se lean con dignidad y pulcritud, lejos de aspirar a nada más. Mi oficio no es el de poeta. La poesía y la escritura son actividades de simple diletante, de aprendiz incansable y entusiasta de la lengua como medio de expresión. Un abrazo y nos leemos. Salud.
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Gran soneto, Julio. Mucha gracias por compartirlo.
Un gran abrazo.
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Un placer tu comentario, Isabel. Mi abrazo agradecido.
Salud.
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