The Beatles
Ocuparon la vida de la década prodigiosa de los años sesenta. Jóvenes, poseídos por la pasión de triunfar, seguros de sí mismos y de su música, encarnaron algunos de los ideales de la juventud de su época y dejaron una huella que dura hasta hoy. Transitaron por entre el movimiento hippie sin ser hippies, por la música rock sin hacer cabalmente rock and roll, por los gustos de las clases medias sin que sus orígenes pasaran de modestos y humildes; se vistieron la medalla de Caballeros de la Orden del Imperio Británico (1965) con la irreverencia justa y se dejaron el pelo largo, que la gente llamaba melenas, sin serlo. Entonces, ¿qué demonios nos contagiaron estos cuatro jovenzuelos de Liverpool?
La pregunta anterior no pasa de retórica. Evidentemente, no requiere respuesta. Todos sabemos que los Beatles vinieron a caer en el caldo de cultivo de una Europa y un mundo inmerso en una profunda transformación de valores e ideales, lo que hizo arder la mecha de la revolución estudiantil francesa y levantó las barricadas parisinas de mayo del 68. Encarnan el inconformismo de un amplio sector juvenil y sus ansias de una libertad asentada en el deseo de romper las barreras morales burguesas, de superar el materialismo, vivir el amor libre, el pacifismo y hacer del trabajo una experiencia vital de realización personal.
Fue hermoso todo aquello, y la música, los gestos, la coreografía que acompañaba a los Beatles, bien diseñada por Brian Epstein, George Martin y sus colaboradores, encajaba en las generosas ansias de libertad del momento y se plantaban con descaro ante el modo de vida y de expresar esa vida de las generaciones precedentes. Rompían las reglas del juego sin destruir violentamente nada, pasando como un elefante bien enseñado por una cacharrería.
Resulta curioso cómo cantando en inglés, sus canciones se constituían en himnos repetidos incansablemente en cualquier idioma. La valoración de sus letras llegaría luego. Primero tocaban el corazón y los sueños, luego se les ponían las palabras que alcanzaron la poesía en metáforas como las de John Lennon que nos describía aquellos sugerentes árboles de mandarina, cielos de mermelada o flores de celofán, hasta tocar la esencia de un surrealismo practicado con desenfado y que, a menudo, hundía su inspiración en las experiencias psicotrópicas. Luego vino la evolución, la complejidad instrumental y vocal, el viaje a la India, hasta la aparición de su álbum emblemático, Sergeant Pepper’s Lonely Hearts Club Band o El Club de los Corazones Solitarios del Sargento Pimienta. Y más tarde, pienso que demasiado pronto, su disolución como grupo en 1970.
Esto, que sólo es un homenaje a The Beatles y a la juventud que vivió su impacto, no puede ser un recordatorio de canciones o un repaso a su discografía. Cada cual que elija, escuche y recuerde. Quienes llegaron después, que prueben desde su experiencia vital, muy diferente a la de la década prodigiosa de los 60, y que disfruten. Porque, aparte de andar sus canciones grabadas en vinilo navegando en un satélite por el espacio, su música no dejará de ser la expresión de la experiencia de una parte importante de ser joven en cualquier época o lugar. Ellos fueron John Lennon, George Harrison, Paul Mc Cartney y Ringo Starr. Son los Beatles.
Nada más, porque hoy, con los Beatles, todo es ya Yesterday.
González Alonso
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En el coche sonaba un “día en la vida” y en ese momento caótico de la canción, en ese puente musical que une las dos melancolías, con la tormenta que arreciaba, mi hijo que ya era el capitán Nemo parecía un ciego atacado por un enjambre de avispas en ese pasaje de la melodía; pero en realidad nos defendía, jugando, del optopus de Julio Verne en veinte mil leguas de viaje submarino .Un hecho que se merece un poema que quizás esta noche termine que este calor ayuda a trasnochar. Un abrazo Julio
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Preciosa la anécdota que nos dejas, Rubén. ¡En cuántas situaciones nos ha sorprendido la música de los Beatles! Un abrazo agradecido y veraniego.
Salud.
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Hola, estoy viendo tu blog y me gustaría que te des una vuelta por el mío y me digas qué te parece.
Saludos
https://prosatirica.wordpress.com/
Daniel C.
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De acuerdo, Daniel; así lo haré. Salud.
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La música de esos años, a veces me trae la extraña añoranza o tristeza de una especie de inocencia perdida. Y también de la perdida de la última esperanza que tuvo la música de influir en la conciencia de las personas a un nivel global. No me refiero a nada tipo «new age», ni a nada de tipo político, simplemente que me parece que nos aportaba una especie de felicidad. Igual me estoy volviendo viejo y nostálgico…
Me gusta especialmente While my guitar gently weeps.
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Creo que, en parte, ocurre que nos estamos haciendo, si no viejos, sí mayores, como bien dices. Pero, aparte del paso del tiempo -igual para todos- hay algo en la música de los Beatles que sigue siendo muy seductor, también para los jóvenes de hoy que se acercan a ella. Comparto la admiración por el tema que citas, While my guitar gently weeps, Cuando mi guitarra llora, admirable composición de George Harrison.
Un abrazo beatlemaniaco y salud.
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Bello homenaje, Julio;
existen muchas personas seguidoras de ellos.
No es grupo favorito mío jejeje
Abrazo grande y energético
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Amiga Elisa, me cuento entre los miles de seguidores de los Beatles, pero entiendo que no sean del gusto de todo el mundo. Sería imposible que en grupo musical, un autor, un libro, una escultura, una ópera, un cuadro… o cualquier obra de arte, fuera del gusto de cualquier persona del planeta. Por ello, comprendo que los Beatles no se encuentren entre tus favoritos y te agradezco las palabras que me dejas en el homenaje que he querido hacerles. Un gran abrazo transoceánico. Salud.
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Aunque no soy de esa generación, me encanta la música de los 60. The Beatles siempre han sido uno de mis grupos favoritos. Añadiría a todo lo que has dicho, con lo que estoy muy de acuerdo, la gigantesca influencia que han tenido en la música popular en las décadas posteriores. Sin duda, marcaron un punto de inflexión.
Mi favorito de siempre es Rubber Soul.
Un abrazo,
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Amigo Pablo, queda anotado lo que comentas de la indudable influencia ejercida por la música de los Beatles en las generaciones de músicos posteriores. El album Rubber Soul contiene una de las canciones que más me gustan: In My Life, de John Lennon. Me alegra compartir gustos mucicales contigo, además de la devoción por la poesía. Con un abrazo.
Salud.
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*suscribo lo espectacular e inrteresantísimo artículo, así como la impronta que en mi generación sellaron los Beatles, totales.
de todo, y no sé por qué razón, sigo quedándome con Sergeant Pepper’s….
Imprescindibles pese al tiempo transcurrido, que no los desvanece.*
abrazo
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Suscrito cuanto dices, Pilar. Para mí, Sergeant Pepper’s resulta ser un álbum emblemático, como digo en el pequeño artículo. Todos me apasionan, pero citaría el primero, Please please me, seguido de A Hard Day’s Night de la primera época, o el innovador Abbey Road y su portada famosa y discutida, pasando por Rubber Soul, Revolver, el entrañable Let it be y mencionar el álbum blanco, White album(1,2). Una gozada. Seguimos. Con un abrazo.
Salud.
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