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Apocalipsis

 

Apocalipsis

Supo que había llegado el tiempo
de los insectos
cuando el calor de la mañana abría las raíces
de las plantas
y las rocas
perdían el agua fósil
de sus gargantas secretas
y profundas.

Se quedó mirando fijamente la desvaída luz
de la alborada
y  leyó en el silencio
que estallaba en el aire
con los tambores de los presagios
de los pergaminos antiguos.

El lugar de la vida ya es de otros
herederos, de otros las noches
y sus días; nunca más
habrá canciones a la luna
cortejada de estrellas
y la atmósfera será estruendo
del batir infatigable
de millones de élitros.

De dónde vino aquel final,
por qué fue todo desierto de agua
y tierra calcinada, qué números
se cumplieron, qué profecías
dibujaron sus señales sobre el paso de los siglos
del universo.

Una belleza nueva e incomprensible
amanecía ante sus ojos.

González Alonso

 


6 Respuestas to “Apocalipsis”


  1. octubre 14, 2017 a las 16:26

    ¿Quedarán ojos para ver la nueva belleza?

    Me gusta

    • octubre 14, 2017 a las 19:54

      Ojos, sí, aunque sean los de los insectos. De todos modos, es algo que sólo podemos imaginar hoy día. Una vida humana alcanza a intuir, investigar, proyectar… y poco más. Otros serán testigos de esa belleza nueva.
      Gracias por tu pregunta.

      Me gusta

  2. septiembre 17, 2017 a las 11:54

    Todo posible, en este gran misterio de la Vida.

    Gran poema, Julio.

    Mi abrazo.

    Me gusta

    • septiembre 17, 2017 a las 19:30

      Así es, Soco. Todo cuanto somos capaces de imaginar parece que es posible que suceda. De todos modos, intentar ver el final de la especie humana es algo muy recurrente, sobre todo en las películas de ciencia ficción. En este caso, el poema se inspira en la obra de J.G. Ballard, «El mundo sumergido» (1962) que plantea el retorno a una etapa anterior al Pleistoceno en un mundo en el que el calor aumenta progresivamente (quizás porque el Sol esté en fase de gigante roja antes de su extinción) y los continentes van quedando paulatinamente sumergidos. Los pocos testigos de ese final lo son de un mundo totalmente diferente en el que la vida humana no tiene lugar.
      Un placer, Soco. Abrazo y salud.

      Le gusta a 1 persona


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