El traje.- Juan Cavestany

el-traje-cartel-baja-e1696518234723EL TRAJE
Juan Cavestany

Dirección: Juan Cavestany
Intérpretes: Javier Gutiérrez y Luís Bermejo
Barakaldo, 27 de enero de 2024

De Juan Cavestany, como autor, coautor o adaptador, he podido disfrutar obras como Desde Berlín- Tributo a Lou Reed, Principiantes (De qué hablamos cuando hablamos de amor) y Los Mácbez, sobre Macbeth de W. Shakespeare. En esta ocasión; Cavestany se presenta como autor y director de El traje, una comedia definida por el propio Cavestany como de humor negro y que otros críticos y comentaristas entienden, además, como realista y atroz.

458120457-c708a4a8b82ade78b2a22558a04b908759d42a4f11d10a917b5d88da3ae1f27a-d_640A las características mencionadas se puede añadir la de resultar ser una obra dura e intensa de atmósfera agobiante que bascula entre el drama y la comedia con escenas surrealistas propias del teatro del absurdo y un final muy al estilo de un Lope de Vega y las comedias del Siglo de Oro. “El traje” es la excusa para hablar de las miserias humanas, sus carencias y sus anhelos apuntando a los casos de corrupción, tanto política como del alma. La referencia a los casos concretos de cohecho, tráfico de influencias y malversación protagonizados por la derecha española y en los que los regalos de trajes fueron parte de estos hechos, está clara en el título. Pero, pasado el tiempo, olvidado o ignorado por la ciudadanía la gravedad de unas prácticas políticas tan indeseables como las referidas, el trabajo dramático de Cavestany sigue estando vigente porque ha tocado el fondo de la cuestión más allá de lo anecdótico, refiriendo la perversión de la naturaleza humana en una obra con final feliz (¿feliz?), pero trágico, donde los protagonistas, después de sortear la legalidad, se degradan hasta el extremo de aceptar haber cometido un crimen y ocultarlo. Y la pregunta que surge es, ¿es posible cambiar estas conductas? Sobre todo si tomamos en consideración las condiciones de una sociedad  en la que se ha consolidado el consumismo compulsivo, el valor del éxito a cualquier precio y la justificación de salvar el pellejo haciendo cualquier cosa que sea posible hacerse.

eltraje11_ficha-jpgEsta pieza teatral, sencilla y muy bien construida, resulta muy eficaz en su crítica y nos enfrenta a la realidad de manera perturbadora. El uso, principalmente, de un solo espacio, los sótanos de un gran centro comercial, donde se desarrolla la acción, incrementa la sensación de sordidez de la historia y sugiere los rincones oscuros y las cloacas donde transcurren en la vida social y política los hechos delictivos. Hay otros dos espacios que no se ven, pero que son relevantes: la salida del sótano y el cuarto donde se oculta el supuesto cuerpo del delito. Los personajes se encuentran encerrados enfrentados a sus miedos, reservas, pactos y negociaciones en el espacio claustrofóbico del sótano en un ambiente asfixiante y opresivo. La risa, nerviosa e incómoda, de la que será protagonista buena parte del público, es la puerta de salida; pero la liberación no se producirá sin encontrar el modo de cambiar y todos quedaremos atados a la prisión de la culpa aún paseando en libertad.

El teatro, que nos descubre tantas verdades incómodas poniendo el dedo en la llaga de nuestros errores y que tanto nos hace disfrutar y nos libera, siempre se sustenta en buenos textos, honestos, rigurosos y bien escritos, y en la interpretación de actores como Javier Gutiérrez y Luís Bermejo capaces de revelar la magia y la verdad del drama humano con su variado repertorio de recursos. Llenar el aforo de un teatro con estas credenciales es el premio mejor merecido. Y todo ello fue conseguido en esta ocasión y agradecido con los aplausos.

González Alonso

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