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Vidrieras
Catedral de León
Abierta al aire, de caliza piedra
en vanos deshojada y rosetones
te alzas etérea uncida de visiones
como abrazado chopo por la hiedra.
Son tus vidrieras fuego donde medra
la fe rezada en luz y en oraciones
verticales en cantos y pregones
de honda alegría que el temor arredra.
¡Ay de mí, descreído de lo humano
que niega lo divino, impenitente
de su barro mortal amortajado;
hoy vengo a ti admirando al artesano
hombre que en vidrio de color candente
fundió la luz de un cielo ya olvidado!
González Alonso
Soneto publicado en la Antología de Poemas Alaire (Editorial Alaire, 2009.-Antología colectiva). Los vitrales de la catedral de León, así como la obra del templo, suscitan la admiración del visitante en su extremada belleza y evocación de un mundo en el que la espiritualidad se refleja en la luz multiplicada de colores llenos de significados, como un gigantesco libro en el que puede leerse la explicación del mundo desde la concepción medieval. Cualquier sensibilidad, creyente o no, no puede menos que caer rendida ante tan magnífica y delicada obra en su ensimismada contemplación.
Opino lo mismo que Ana. No solo el soneto te sale técnicamente perfecto, sino que sale con una fluidez, digna de envidia. No sabes el conflicto cada vez que intento alguno.
Mi enhorabuena por este soneto, que consigue trasmitir la emoción que se siente ante esa maravilla de la esbeltez de la piedra y la luz.
Salud.
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Amigo Perfecto:
No te aburriré repitiendo lo dicho a Ana. Tu escritura se basa en el ritmo acentual, en combinaciones métricas que manejas en estrofas libres con gran intuición. No estás lejos de conseguir, si lo intentas, estrofas clásicas. Pero todo es cuestión de gusto y oportunidad. Yo me intereso por este tipo de estrofas como ejercicío literario y comprender la psicología de la época en que fueron concebidas y creadas. Es como meterse dentro de la piel del hombre del Renacimiento. En fin, ya se sabe que el hábito no hace al monje, pero… Muchas gracias por tu presencia. Con un abrazo.
Salud.
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Qué hermoso soneto, Julio.
Ya sabes que la poesía con métrica me encanta si sale natural como a ti te sale.
Felicitaciones
Un abrazo
Ana
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Amiga Ana:
Lo que has apuntado sobre la dificultad de la métrica clásica es fundamental, el poema no puede perder su naturalidad (naturalmente, poética) y su lectura, además de fluida, nos debe conducir correctamente por el tema de manera «poéticamente comprensible» para producir la emoción necesaria, la sorpresa necesaria, el movimiento del pensamiento necesario. No creo en la poesía «que no se entiende» (poéticamente, no literalmente) porque no es más -en muchos casos- que vació juego de palabras que el autor justifica en el poder de evocación en el lector, cuando el lector lo único que percibe es desconcierto, incomprensión y aburrimiento.
Salud.
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