FISURA

FISURA publicar

FISURA
(Para el cuadro de Martín del Busto Ruiz de Velasco)

Así se alza en sangre oxidada y cárdena
el mineral, el brazo que empuja y golpea
la dura roca sedimentaria. Yo escucho
estruendo de hierros, fluir de metales
derretidos
por la herida luminosa de la tierra.

Todo habla y se agita en la memoria
metalúrgica y obrera de Vizcaya;
a los manantiales llega el agua y brota
con rumor de bosque, los montes se precipitan
por sus laderas verdes y las obscuras grietas
de las minas. Hay una historia de amor
pétreo, la tinta del dolor
que fluye derretida,
el silencio apagado de los hornos,
el paisaje embarazado de escombros
y la cicatriz perpetuamente abierta
de la vida.

González Alonso

* El cuadro que acompaña al poema, «Fisura«, del artista plástico Martín del Busto Ruiz de Velasco, forma parte de la «Expo Vértigo» 2022 de Portugalete, junto a las creaciones de otros nueve artistas jóvenes. Mi agradecimiento al autor por acoger mi poema junto a su obra.

Árbol de brujas

Escoba de brujas

ÁRBOL DE BRUJAS
(Para la obra gráfica de Maitane Piquer)

La bruja coruja se peina se peina
en noche de luna
y el aire la lleva;
maúllan los gatos letanías y salmos
subidos al árbol
que dobla sus ramas
ante el viento norte
del paisaje cárdeno, azul
y violeta.

¡Ay, árbol de brujas! ¡Ay, noche!
¡Ay, luna!

Duermen las cigüeñas
en los campanarios; el cuclillo vuela,
la bruja coruja se peina
se peina
y pierde la luna su blancor redondo
en el manto obscuro de las sombras negras.

¡Ay, luna! ¡Ay, noche!
¡Ay, árbol
de brujas!

¿Qué sueñan los gatos? La bruja coruja
montada en su escoba
por el ancho cielo
se eleva y eleva…

Cansadas
de invierno
las horas se posan
en las ramas secas.

González Alonso

* El cuadro que acompaña al poema, «Árbol de brujas«, de la artista Maitane Piquer, forma parte de la «Expo Vértigo» 2022 de Portugalete, junto a las creaciones de otros nueve artistas jóvenes. Mi agradecimiento a la autora por acoger mi poema junto a su obra.

Frutas en un mercado de Filipinas

Huelen los colores redondos de las frutas
en sus aguas y néctares, memoria
de las raíces primeras de la tierra,
mieles carnosas de las abejas del tiempo
reposado en el aire.

Llegan a la vista y el aroma de la vida
germinada y fértil y oceánica
como llega el viento golpeando su furia
y derrumba el mar sus aguas
atormentadas
y borra las siluetas de las costas.

Multicolores formas congregadas,
sabores generosos de pólenes antiguos
multiplicando su luz en los mercados;
allí estáis, testigos ajenos de la belleza,
ofrenda natural y pacífica
en su sensualidad
haciendo fácil
la sonrisa en los labios, la promesa pulposa
de los tactos,
la luminosa mirada de los ojos
en la búsqueda sin fin de la alegría.

González Alonso

Fotografía: Lorena Fernández
El poema y la foto corresponden al libro «Filipinas, tierra de tifones» que se editará en marzo por A Fortiori Editorial, y que será incluido por Nati Puerta, editora e impulsora del proyecto,  dentro de la colección «La oficina de las causas perdidas«.
Se trata de una publicación solidaria. Lo recaudado con este libro de fotografías de Lorena y los textos de los distintos autores que acompañan las fotos  se destinará a facilitar la continuación de sus estudios a los niños de Filipinas víctimas de los tifones.

Elegía

.Juanjo García Zaldívar (La Pola de Gordón - León)

Elegía

A la memoria de Juanjo García Zaldívar

¡Qué pronta, dura, caprichosa suerte,
de qué ángel del cielo fue el descuido
si era más lo vivir que lo vivido
cuando celosa te abrazó la muerte!

¡Quién colmará el vacío de no verte,
quién las penas podrá dar al olvido,
quién sabrá razonar tal sinsentido
si sólo es desconsuelo el no tenerte!

El hueco irremediable de tu ausencia
de blanco invierno cubrirá tu nombre
como un gran manto puro de inocencia.

Despertarán las flores su impaciencia,
mas no habrá primavera para el hombre
ni alegría del sol sin tu presencia.

González Alonso

Esperaré despierto

.

Esperaré despierto el canto del cuclillo
en las encinas, y sabré que es primavera.
Despierto
espero
mientras el día llega
derramando el silencio en bocanadas de pez,
branquias abiertas
a la agonía del aire.
 
La negrura líquida del agua de la lluvia
persistente, no oculta la eventual aurora. Veo correr
aterida la luz, persiguiendo, tal vez, el vuelo
de una mariposa, infancia a salvo del tiempo
y sevicias de una memoria
como astilla clavada entre las uñas.
 
Siempre invierno y aliento de lobos en asagüeiros*
sobre la nieve tendida. Frío y miedo
del hambre entre los ojos
que no pueden dejar de ver.
Y este temblor que es carne dolorida
en su desnudez de besos.
 
Pasan las sombras por las esferas de las horas
en el péndulo del reloj
y me siento muy cansado, como si mis brazos empujaran
inutilmente hacia el alba.
 
Por eso esperaré despierto
el canto del cuclillo en las encinas
cuando el viento levanta la niebla entre las ramas,
cuando se visten las novias para el día,
y sabré que otra vez es primavera.
 
Julio G. Alonso
 

*Asagüeiro.- en leonés, el aullido lastimero o canto quejumbroso del lobo.

 
 

La ecuación de la esperanza

Invierno.- Fotografía de Alfredo García ÁlvarezPrimavera.- Foto de Alfredo García Álvarez

.

.

Duerme la tarde en el jardín silente;
entre rumores de agua de verano
sueñan horas del aire que, serrano,
da apacible frescor al sol ardiente.

He llegado hasta el borde de esta fuente
de la edad, pretendiendo siempre en vano
alcanzar su frescura con mi mano
o que deje sus besos en mi frente.

Quizás será el otoño la ternura
de cantarines sones desvestida
y en colores mostrada su hermosura;

O amor será, tal vez, la noche obscura
del invierno que en nieves dé a la vida
la vida en primaveras de agua pura.

González Alonso

.

.

Verano.- Foto de Alfredo García ÁlvarezOtoño.- Foto de Alfredo García Álvarez

Si es hora de volver

El pinar de La Pola de Gordón (León).- Foto de Alfredo G. Álvarez

Ya es hora de volver a las riberas
y agua de tu niñez junto a los ríos,
torrentes de la edad, años de fríos
y adolescente amor de primaveras.

Volver a compartir las acederas
sobre los verdes prados en estíos
de parvas y de trillas y en bravíos
roquedales de fuentes manaderas.

Tú llamas y a ti vengo ensimismado;
me llamas y respondo a tus anhelos
con fervor y pasión de enamorado.

Si es hora de volver, sea a tus cielos
y a tus besos de escarcha y al alzado
sentir de tus sentidos y mis celos.

Julio González Alonso

 El estilo amoroso del soneto pretende subrayar el enamoramiento de la tierra que acogió nuestra infancia y del que no podemos desasirnos en nuestra vida, aunque ésta transcurra en otros territorios y otros paisajes. Se trata de una personificación mediante la cual el pueblo, sus montañas, ríos, estaciones, costumbres y peculiaridades se convierten en el objeto amoroso  al que se dirige,  pasado el tiempo, el amante, con las declaraciones  y los reproches habituales, dudas y miedos propios del lance amoroso. Un poema, en fin, de fidelidad al propio origen y de reconocimiento de las primeras emociones que ese amor nos suscitó en su momento y que conformaron nuestra manera de sentir, podría ser, ya de forma definitiva.

Paco Mallada ha convertido este soneto en un hermoso bolero que podéis escuchar en este enlace: Si es hora de volver.

 

La Pola de Gordón desde el Cueto.- Foto de Alfredo G. ÁlvarezValle de Arbás (León).- Foto de Alfredo G. Álvarez

Soneto a la morcilla gordonesa.

Río Bernesga a su paso por La Pola de Gordón.- Foto de Alfredo GarcíaRío Bernesga a su paso por La Pola de Gordón.- Foto de Alfredo GarcíaMorcilla leonesa de La Pola de Gordón.- Imagen de la red.

Duele el frío que azota por el Cueto
cuando el gocho se entrega a la matanza
con chillido que a toda Pola alcanza
y anuncia que su fin se lleva a efeto.

En su morir ni salgo ni me meto
que de su vida no hago la semblanza,
pongo el acento al punto en la mudanza
de su sangre en morcilla, que es un reto.

Así envuelta y cocida en la cebolla
con pimentón se mezcla y da a la vida
la morcilla en el fondo de la olla.

Y cuando en los manteles es servida
más sabrosa y jugosa que la molla
se celebra esta sangre así embutida.

González Alonso

Invierno en La Pola de Gordón (León).- Foto cedida por Eloy JoséEl Cueto visto desde La Pola de Gordón (León).- Foto cedida por Eloy José

Nota 1: 1.- Gocho: cerdo o puerco, en leonés. 2.- Pola.- La Pola de Gordón, municipio leonés (España) 3.- El Cueto.- monte de Pola o La Pola. 4.- efeto, arcaísmo por efecto. 5.- Molla: parte magra de la carne

Nota 2.- Hace ya algún tiempo, por no decir varios años, que me decidí a poner en solemnes sonetos los mejores platos, más populares y entrañables, de la cocina leonesa en particular y de la española, en general. El primer soneto quise dedicarlo a la morcilla gordonesa (morcilla al estilo leonés) porque, dentro de la enorme variedad de morcillas conocidas, era la más conocida por mí y la que presentaba rasgos más diferenciados con las demás morcillas. Recordé los fríos días de principio de invierno, cuando mi tía Encarna organizaba la matanza del gocho; allí los mayores ayudando y los guajes curioseando, éramos testigos del trasiego y faena que hacía que las despensas se aprovisionaran de chorizos, jamones y morcillas para hacer frente a los rigores de las nevadas y días de hielo. Por eso, la mejor manera de contar la morcilla era contar la muerte del gocho, nunca entregado de buen grado a la faena, y glosar el resultado final de esta entrega a las mesas y manteles. El soneto es una composición formada por versos endecasílabos generalmente acentuados en las sílabas 6ª y 10ª (también pueden formarse versos sáficos con acento en 4ª, 8ª y 10ª) que se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos (rima consonante A-B-B-A) y dos tercetos (rima consonante C-D-C ; C-D-C u otras combinaciones, pues hay cierta libertad) y que pueden terminar, aunque no es lo usual, en un estrambote que consiste en tres versos, el primero de 7 sílabas que rimará con el último verso del segundo terceto, seguido de dos endecasílabos pareados (con la misma rima).