Expediente 5 de junio
A Sinda Alonso, mi madre
Ella decidió tramitar hoy el expediente de la muerte;
ochenta y seis años y unos meses
de contrato con la vida,
una guerra civil, marido y cinco hijos,
muerto el cuarto a las pocas semanas de parido,
mucha agua del río corriendo entre las manos
y la ropa tendida a las orillas,
sopas de ajo y patatas al calor de la chapa y los fogones,
paseos de domingo
con ropa de domingo,
misas de doce al mediodía,
turrón de Navidad y villancicos
y en raras ocasiones una película en el cine,
cohetes en las eras,
verbenas del pueblo por las fiestas
y pasodobles en la hierba de la noche
cuando aún la juventud ardía en los carbones
del amor;
horas desde el balcón
viendo pasar la gente.
Ahora que la cabeza le va y le viene sin rumbo
y sin sentido
y ya conoce sólo
los nombres propios e íntimos de los sentimientos,
las verdaderas personas que viven en su alma,
¿para qué saber de quienes andan en su torno
si ellos son mejores en sus mejores recuerdos
y tienen allí por siempre sus nombres verdaderos?
Qué dios puede querer esta luz en los ojos
cuando el cansancio es tan grande y el trámite está hecho;
ochenta y seis y meses, cubierta la hipoteca,
la ropa bien planchada, en orden los afectos.
Así y con una sonrisa firmó su finiquito;
la llamaron los suyos
y a ellos fue;
feliz como la niña que corre a los abrazos
y fue en paz
el último suspiro,
del postrer aliento
el último anhelo.
González Alonso
Querido amigo: su madre y mi abuela creo que compartían un mismo mundo, una misma idiosincrasia. No hace mucho que, al igual que su madre, ella se marchó para siempre. Su poema ha traído por un momento su presencia a mi corazón. Gracias.
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Me hace feliz esa coincidencia y que tus sentimientos sobre el mismo hecho de perder un ser querido hayan sido tan semejantes a los míos. Creo que los seres humanos compartimos muchas cosas hermosas, y ésta es una de ellas. Gracias y abrazos.
Salud.
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Julio, has rendido un justo y emotivo homenaje a tu madre. Sintiendo mucho su partida. La vida va escribiendo la historia, con sentimientos puros, del hijo hacia el ser más querido, bueno y sacrificado de la tierra, la MADRE. Has hecho un hermoso poema recordando la trayectoria de su vida. La mía está viva pero mi tristeza es grande por estar tan lejos de ella. Yo he subido una cartica a mi blog, escrita por su cumpleaños…90 otoños…a sus pies. Un gusto venir a leerte. Mi abrazo de siempre.
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¡Qué suerte, 90 años! Me alegra que, aunque lejos, puedas disfrutar de la presencia de tu madre. Pasaré a leer esa carta que adivino muy emotiva. Gracias, Cecilia. Un abrazo.
Salud.
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Julio :
Que bonito recuerdo a tu madre, es emocionante leer su historia, qué duros recuerdos de escribir y de leer, me sumo con todo cariño a su recuerdo; fue una bella persona por dentro y por fuera.
Un muy merecido homenaje; seguirá en nuestros corazones por siempre, pues en verdad las mujeres de su generación fueron unas trabajadoras y luchadoras infatigables.
Sinda , no te olvidamos y todos algún día nos reencontraremos .
Con lagrimas de emoción un abrazo para ti y otro para ella allá donde esté .
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Querida prima:
Agradezco tus cariñosas palabras, tan llenas de afecto solidario. Es cierto que nuestras madres, todas las de su generación, no tuvieron las cosas fáciles y enfrentaron situaciones muy complicadas que exigían gran trabajo y gran responsabilidad para con la familia. Por ello, no podemos ignorar su ausencia tras la muerte. Es poco lo que en mi mano cabe hacer, pero desde lo que sé y puedo no dejaré de hacerlo, Flory. Un abrazo. Salud.
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Emocionante, Julio. Un bello transito por la pureza de las madres, porque cualquiera se siente identificado; plasmas la figura universal de la madre, hablando de la tuya propia. Todo un orgullo para tu madre, que en paz descanse.
Un abrazo, amigo.
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Agradecido, amigo mío. Me alegra que, desde el hecho concreto de hablar de la propia madre, se encuentren en el poema referencias universales que alcancen a cualquier posible lector. Otra cosa bien distinta será el tipo de relación que cada persona tenga o haya tenido con su madre. En este caso, como es evidente, subrayo las ganas de vivir y el trabajo, difícil y duro, que conformaron la manera de ser de las madres de principios y mediados del siglo XX. Abrazos.
Salud
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Siento mucho tu pérdida… Con este hermoso regalo estoy segura que ella ha partido con una gran sonrisa hacia el otro lado.. 😉 .. Abrazos infinitos de luz, amigo Julio
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Muchas gracias, Mamen, por tu comprensión y cariñoso afecto. Un abrazo grande.
Salud.
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Con la vida saciada, completa, así la muerte es más dulce. Te envidio. El poema me hubiera gustado haberlo escrito yo para la mía pero no tuvo tanta suerte.
Un abrazo
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¡Ah, amigo Rubén, y cómo me hubiera gustado a mí no tener que haberlo escrito! Pero es ley de vida, así dicen, y en algún momento de la misma debemos transitar por estas despedidas. Un abrazo agradecido. Salud.
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Hermoso poema, In memoriam.
Julio querido. Me has hecho revivir cosas tan entrañables….
No sé si recordarás que, en mi osadía, llegué a escribir unos versos sueltos, -a ver si los recuerdo. Decían algo así:
Soledad morada,
un lirio solo.
Un lirio blanco
madre querida, un tesoro.
Suspiros que se ahogan en la noche negra, negra noche,
Y, el abismo.
Todo mi ser en le abismo.
Un sentido abrazo. Julio.
PD.
Disculpa otra vez mi atrevimiento.
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Comprendo perfectamente ese revivir una experiencia como es la despedidad de un ser querido, Pilar. Y recuerdo ese grato poema que hoy vuelves a mostrar en su belleza sencilla. Con un abrazo agradecido. Salud.
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Gracias, Julio. Un beso.
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Un beso, Karmele. Las madres nos cuidan siempre; cada una, a su modo, está a nuestro lado y nunca nos olvida. Tampoco nosotros.
Salud.
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Emotivas palabras, Julio, también en mí se agitaron las aguas de las emociones…al igual que decía Rumí que los ojos son múltiples, pero aquel que mira detrás de los mismos es solo uno, así en la evocación de tu madre, de su vida, también se han evocado otras vidas o quizá la misma, solo diferente en el color de los ojos.
Gracias por tu regalo, por este homenaje que siendo íntimamente tuyo, también a nosotros nos ha confortado.
Un abrazo.
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Amigo Quirico, me ha parecido muy acertada tu observación. No somos más que un alma humana, diferentes en lo circunstancial solamente. Por eso somos capaces de compartir emociones.
Te estoy muy agradecido por tu cercanía y por la calidad de tus palabras. Un abrazo.
Salud.
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Las lágrimas en el recuerdo son insuficientes para ahogar el corazón. Julio que te sirva mi abrazo como consuelo a través del tiempo.
Hoy me siento hasta culpable, inconsciente, por una palabra que mal empleé no hace mucho tiempo, el perdón está pedido, lo confieso públicamente. Tus sentimientos me han servido de consuelo.. Un enorme abrazo
José Manuel F. Febles
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Querido amigo, tú que sabes del sufrimiento mejor que nadie, también mejor que nadie comprendes y compartes. No te sientas culpable por una palabra más allá que otra; a veces, también es necesario decirlas, aunque sea para rectificar y saber cuál es nuestro grado de dolor y tolerancia. Un gran abrazo. Salud.
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Para qué decir nada, si queda todo aquí dicho. Como la tuya la mía, Julio, ochenta y tantos y unos meses… Del dolor más hondo hasta casi la ternura, por la edad y los símbolos, y viceversa. De cuando los contratos con la vida acostumbraban a nacer y hasta a morir indefinidos. Hermoso, sincero, duro y entrañable poema. Un abrazo.
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Un abrazo agradecido, amigo y admirado poeta Santiago. Estimo en mucho tus palabras y la cercanía a este tema que nos da la experiencia y los buenos sentimientos.
Salud.
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Una belleza de despedida, los sentimientos íntimos y verdaderos, las pinceladas de la vida, los colores, el sonido, las huellas.
Me uno a tus sentimientos amigo, y te felicito por el impulso para nombrar lo que duele y hacerlo con tanta belleza.
Abrazos
Ventura
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Te estoy muy agradecido, Ventura. Es verdad, en este caso, que el poema no es solamente un ejercicio literario y que cuesta mucho enfrentarse a ello. Pero creo que, dentro de las posibilidades de cada uno, hay que intentarlo porque es de la justicia que nace de los afectos a los que nos debemos. Un abrazo.
Salud.
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Yo no creo en las casualidades, pero…
con los mismos y meses se me fue a mi la mia… el mismo numero de hijos, incluso tuvimos que ocultarla, que su pequeña nos dejo, se encontró con un cancel en su camino. Difícil sus vidas, pero su riqueza brotaban como jugosos tallos desde el fondo de sus corazones. Hoy caminan juntas con aquellos que les esperaban junto a las estrellas. Un abrazo
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Somos de un tiempo y una época, Antonio. Atesoramos memoria y experiencias.
Muchas gracias por tu cercanía. Con un abrazo.
Salud.
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qué maravilla, Julio, qué para quedarse sin palabras, porque todas sobrarían…!
‘el nombre propio de los sentimientos’: me ha dejado impresionada.
Muy bella ofrenda a tu madre.
Así debe ser
un abrazo muy grande
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Gracias, Pilar, por apreciar este poema que es algo más que un ejrecicio literario y que cuesta escribir. Un abrazo.
Salud.
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Me emocionaste, y me hiciste recordar también a mi madre, ya unos años que partió… pero igual, las mismas cosas, los mismos sucesos, la misma «ropa bien planchada» . «Y fue en paz/el último suspiro»… Allí nos esperan. Un fuerte abrazo, Julio.
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Gracias, amiga Julie. Un abrazo en este tributo que todos debemos a las madres.
Salud.
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