Teatro Mutante
Dirección: Felipe Loza
Pabellón 6 (Bilbao-Zorrozaure)
30/12/18
Reparto: Iñaki Maruri, Adrián García de los Ojos, Itxaso Quintana, Olatz Ganboa, Quique Gago, Jon Casamayor, Izaskun Fernández, Irene Bau, Diego Pérez, Unai Izquierdo, Ugaitz Alegría, Mitxel Santamarina, Karmele Larrinaga
En el laboratorio teatral del Pabellón 6, como se define a sí mismo este espacio de Zorrozaure, el Cabaret Chihuahua despliega los encantos de esta vida y de la otra –que vienen a ser la misma vida- a través de los personajes variopintos y famosos de la escena, el arte, la política, la banca y la canción, como Liza Minelli (pasada antes de tiempo al otro mundo para presidir este cabaret), Frida Khalo, Montserrat Caballé, Winehouse, Marilyn Monroe, Freddie Mercury, el mismísimo Sabino Arana y el auténtico Mario Moreno, Cantinflas. Gentes diferentes a las que se unirá un inefable cadáver pianista y lo más escogido del mundo de las finanzas en los representantes de Lehman Brothers. A esta pandilla instalada en la eternidad de la otra vida se agregará un muerto reciente que, conduciendo borracho tras la celebración de su despedida de soltero, estrella su coche en una de las cerradas curvas del puerto de Urkiola. Cuando es consciente de su nueva situación se deja convencer para adoptar el papel de Freddie Mercury en la nueva vida y acompañar musicalmente a Montserrat Caballé en su inefable inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992; se trata de un personaje de ficción, como el del resto de los congregados. Y empieza el desmadre.
La representación resulta brillante y educadamente provocadora. El texto es coherente y descarga con humor e ironía la crítica ácida y pesada. Todo -se canta- en la vida es un carnaval. En esta vida –y a lo que se ve- también en la otra. No se sabe bien qué vida es reflejo de cuál. El nivel de interpretación cabaretera es bueno, ameno, ocurrente, desinhibido. El carnaval, en su paroxismo, alcanza al público, la mayoría del mismo dotado de atrevidos sombreros hechos con material reutilizado y diseños audaces para la ocasión. Una buena manera, entiendo, de tomar parte en la situación.
La obra, dentro de su unidad, tiene dos partes bien diferenciadas. La primera, más divertida, festiva y sensual, juega con los placeres de la carne en un mundo descarnado. Vivir los sueños de lo que alguna vez soñamos ser es posible tomando la vida de personajes que lo hicieron o lo hacen en esta vida. La segunda, tras el descanso, se hace más reivindicativa en la denuncia de las injusticias y las desigualdades, con alusiones explícitas al movimiento insurgente del 15 M y la crítica demoledora del sistema económico y las manipulaciones mafiosas de la gran banca y el mundo de las finanzas que causan profundas crisis arrojando a la miseria a amplios sectores sociales. Las hipotecas, los desahucios, los trabajos precarios y mal pagados, el paro, la corrupción y la actitud violenta y despiadada del mundo financiero y los políticos que sirven a sus intereses, todo pasa por el escenario a golpe de consigna y pancarta en una rememoración del romántico mayo del 68 francés.
Y todo pasa aquí en esta comedia de cabaret vasca que se expresa –porque así es el mundo de los muertos- en un español con acento mexicano, Sabino Arana y sus esencias nacionalistas y raíces del árbol de Gernika/Guernica incluidas. En este ambiente festivo de la muerte traído de México no podía faltar la figura señera, mítica y desmitificadora de un Cantinflas que, desde su impenitente pobreza, declara la riqueza de su visión del mundo y la inteligencia de sus humanas soluciones.
Aconsejable la pieza, aconsejable la representación, aconsejable el entorno del Pabellón 6. ¡Vengan, señoras y señores, vengan y disfruten feliz y anticipadamente de lo que les espera!
González Alonso
Han sido éstos (sé que se incurre en falta al colocar la tilde diacrítica al pronombre demostrativo; pero se me hace rarísimo suprimirla), días de mucho ajetreo. Y si, además, añadimos un corto y placentero viaje entre fiesta y fiesta familiar, mal podía acercarme al ordenador…
Resulta muy atractiva tu reseña sobre ese plantel de actores y los personajes que representan. Con tan variado elenco, no dudo que haya desmadre, al tiempo que una evidente crítica social. De vivir en Bilbao, no dudaría en ver la obra.
(Por cierto: en el 15 M me encontraba en plena Puerta del Sol, más que como insurgente, como simple observadora. Conservo una serie de vídeos que así lo atestiguan.)
A partir de ahora espero asistir alguna vez al teatro: se lo propuse a un nieto de 17 años y no tiene inconveniente en acompañarme. Trataremos de buscar obras que nos satisfagan a los dos.
Espero que los Magos te hayan traído algo que te hiciese mucha ilusión.
Salud y un abrazo.
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Antes de nada, no tienes por qué disculparte por el hecho de ser una de las pocas personas que escriben bien, ortográfica y sintácticamente, además de respetar el buen gusto de colocar las tildes donde corresponde. Y luego, además de agradecerte el paso por esta reseña teatral, quiero desearte un año 2019 feliz y pleno de satisfacciones familiares, sociales, culturales, literarias, viajeras… y cuanto pueda hacer tu tiempo valioso. Mi abrazo postnavideño.
Salud.
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Buenos días, Julio:
Éstos son muy ocupados, pero aunque sea para desearte un feliz día de Reyes, merece la pena encender el ordenador.
Salud, Julio y Buen Año 2019.
Besiños palmeiráns.
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Buenos días, Magda. ¡Un buen regalo de Reyes el que me dejas! Muchas gracias y que la salud y la felicidad sean tuyas en este 2019.
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¡FELIZ AÑO NUEVO, Julio!
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¡Que sea feliz y con mucho mucho teatro! Me ha alegrado la reseña que has escrito sobre «Calígula» de Albert Camus. Espero disfrutar muchas más.
Salud.
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¡Mil gracias de nuevo, Julio!
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