La batalla de los ausentes
Eusebio Calonge
LA ZARANDA
Coproducción de La Zaranda, Teatre Romea de Barcelona y Teatro Inestable de Ninguna Parte
Actores.- Paco de La Zaranda; Gaspar Campuzano; Enrique Bustos
Dirección– Paco de La Zaranda
Teatro Barakaldo
15 de enero de 2022
Viendo éste y otros espectáculos de La Zaranda he tenido la sensación de, con la relativa perspectiva histórica, encontrarme en un nuevo Siglo de Oro del que darán cuenta dentro de varios cientos de años como ahora nosotros damos cuenta del pasado. Porque creo que ahora como entonces el lenguaje y la mirada del grupo andaluz de teatro no pone paños calientes en la herida y se elabora un mensaje crítico y audaz más allá, incluso, de sus propias intenciones.
A lo largo de la exposición de autos de las partes encontramos las acciones llevadas a cabo para ganar la batalla contra el olvido y conquistar la gloria de un lugar en la historia, incluso resistiendo más allá de la muerte para alcanzar un destino. Todos los combates serán la metáfora de la vida y sus derrotas en esta guerra.
Detrás de una bandera ajada y polvorienta, los protagonistas, salidos de sus tumbas, se debaten en un duelo por su propia razón de haber vivido, donde caben las contradicciones, las actitudes encontradas y las traiciones, pero permaneciendo siempre juntos por la obligada necesidad de resistir a un enemigo que nunca aparecerá y que serán –al fin- ellos mismos.
El pesimismo campea como seña de identidad en el trabajo de La Zaranda, con una acritud que se hace más liviana tras la sonrisa de un humor crítico y una fina ironía natural de corte muy andaluz disuelta en el piélago del sentido trágico español. Todo va mal, hemos muerto para nada, nadie se acuerda de nosotros y se nos niega el pan y la sal de un lugar en la historia; pero seguimos luchando desde todas las trincheras por nuestra dignidad, la brecha por donde se cuela el tibio y tímido rayo de la esperanza.
Ante la ausencia del reconocimiento, la ausencia de público, de testigos, la ausencia incluso del enemigo que los ha derrotado y el vacío existente, el grupo de soldados decide tomar el poder y nombrar gobierno. Aquí La Zaranda no dejará títere con cabeza criticando con aspereza y tocando las teclas de todos los vicios del ejercicio del poder y el autoritarismo, los mecanismos para perpetuarse en él y todas las medidas represivas, incluida la pena de muerte, desde una política demagógica, paternalista, hipócrita y populista.
Hay muchas maneras de recibir este trabajo teatral que se mueve entre el absurdo, el esperpento y el realismo mágico. Una de ellas es, en definitiva, si nosotros mismos mirándonos en el espejo de La batalla de los ausentes, podemos reconocernos en todo o en parte como protagonistas de una guerra en la cual, si no tenemos enemigos enfrente, nos los inventamos; si del mismo modo, concebimos la vida como una lucha para perpetuarnos y ocupar un lugar en la historia y existir construyendo nuestra identidad.
Cada espectador sacará sus propias conclusiones ante el torbellino de esta propuesta dramática y poética que se sumerge en lo profundo de la condición humana y sus motivaciones ante la derrota. Pero la obra, que nos remite a nuestra realidad y nuestros fracasos, apunta a las causas denunciando la frivolidad de lo superfluo, como la comercialización del arte y la cultura o la búsqueda del éxito efímero a cualquier precio.
Resumiendo. Tres viejos soldados salen de sus tumbas para reivindicar su memoria reviviendo la antigua guerra en la que murieron derrotados. Y nadie acude a la celebración. A partir de ahí tomarán la decisión de volver a las trincheras y combatir a un enemigo que no aparecerá nunca. Derrotados, pero no vencidos, buscan restituir su dignidad, y a través de sus acciones se hará una crítica feroz del poder y la forma de ejercerlo.
Fin de la representación sobre las tablas. La acción seguirá en la vida de cada espectador a la salida más allá de las puertas de la sala. Y, como de costumbre, los actores no saldrán a escena para recibir los aplausos del público. Así es La Zaranda.
González Alonso
Tomo nota de esta trama teatral, que según tu reseña creo que no me dejará indiferente, y tengo la fortuna de que se estrenará por estos lares a partir del 17 de febrero.
Gracias, Julio.
Un saludo,
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Creo, amiga Lola, que el espectáculo de La Zaranda es de «lo que vale la pena«. No te dejará indiferente. Un abrazo y salud.
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