Nacido en marzo

Anillo de compromiso de nombres entrelazados: Antonio González y Gumersinda Alonso

Dormía junio. Qué calor de caricias encendían
las hogueras de junio,

y ellos todavía no sabían mi nombre.

Soñaba junio. La piel bajo la blusa blanca
en el aire de junio,
en el aire de los besos, junio en el aire

y una rueda de molino movía el agua de mi nombre.

Despertaba junio. En los ojos la memoria
de las estrellas que hicieron noche en el estrecho abrazo
cuando ellos todavía
no sabían mi nombre.

Qué locura de labios pronunciando la vida
con palabras de amor, con los besos recorriendo los rincones de los
cuerpos
persiguiendo el aliento del deseo, el deseo del amor,
el amor de los cuerpos y la luz del alba
cuando ellos no sabían
que amanecía mi nombre.

Se amaron en junio, cuando todo germina y nace
y se hace vida
confundieron sus sangres, multiplicaron sus sueños,
atesoraron miradas y sonrisas para un futuro nuevo
en los nombres enlazados de un anillo de plata
cuando todavía no sabían
que escribían mi nombre.

Qué desvarío de temores cuando el día amanece
y las estrellas se llevan sus secretos. En el cielo
azul
junio crece,
entre sus días el agua de los ríos crece,
y ellos, ay, aún no lo sabían…

Mi nombre fue llamado en junio, se hizo luz
en junio
en ese choque brutal de amores y de miedos
cuando junio enciende sus hogueras,
crece las aguas de los ríos, las noches
con estrellas,
los días con azules
y los chopos verdecen orilla los arroyos

Cuando la vida empuja
y te trae y te nombra
a este lado de la vida,
junio,
y tú no lo sabías…

Julio González Alonso

Es habitual y lícito recordar a los padres, exaltar su memoria estén vivos o no, poner de relieve lo que significaron en nuestras vidas, real o imaginado o anhelado o simplemente hecho emoción fosilizada o fértil. Es igual, pero los padres son y han sido nuestra realidad. Yo he querido participar también de este hábito; pero he querido imaginar a mis padres muy jóvenes, en el momento de su encuentro en las praderas de la primavera ya incendiadas de los soles del verano. Evoco ese encuentro como una llamada a mi nacimiento y participo, así, de su aventura y la pasión y los sueños que inundan los corazones y los sentidos de los jóvenes cuando se aman. Es, en definitiva, mi particular homenaje a ellos, aunque ellos jamás sospecharán de la existencia de estos versos y si en su avanzada edad los conocieran y leyeran, me temo que no entenderían mucho de estas cosas que ahora le da por hacer a su hijo. Es igual; de todos modos, aquí están los versos para aquellos padres, muy iguales en casi todo a cuantos fueron y hemos sido padres.

Salud.

8 comentarios en “Nacido en marzo

  1. Hermoso y diferente Julio. La hermosura salta a la vista con la primera lectura poética; la diferencia radica en el punto de vista del autor como hijo. Todos acostumbramos a ubicar a nuestros padres en la avanzada edad del sosiego y la vejez impresa, en esos últimos momentos con que nos referimos a los años subidos al rostro ya de nuestros ancianos y resignados padres, cuando no agarrados al clavo del último estertor de vida, donde nos cumple el silencio obligado de una lágrima.

    Pero tú has traído la valentía de poner a tus padres en «labor de creación», (muy pocas veces visto en lírica) tú ya me entiendes, en la juventud que tuvieron y disfrutaron en aras de un vástago literato y agradecido. Pregúntale a tu hija, como yo a la mía, que no imagina a sus padres más que dando órdenes aquí o allá, o trabajando, o sentados ante el televisor, o leyendo un libro, o saliendo a pasear monumentos y labios. ¿De dónde pensarán que han venido ellas?

    Acaso todos, Julio, nos estemos empezando a hacer un poco mayores. Comprender a los padres, cantarlos, amarlos en verso, es la primera y más nítica de las evidencias.

    Primavera te doy, alma de Junio.

    Un abrazo amigo.

    Me gusta

    • Acaso, amigo Santiago, desde la edad que vamos afortunadamente alcanzando podamos aprender a mirar los años de quienes nos precedieron con la bondad de la felicidad y la exultante juventud que atesoran sus memorias. Gracias por la primavera de tus palabras. Con un abrazo.

      Salud.

      Me gusta

  2. Aunque nuestros estilos son diferentes, el sentimiento que expresan tus versos penetra en cualquier corazón y, no lo dudes, tus padres entenderían perfectamente el mensaaje porque ellos son el origen, la fuente del mismo.

    Me gusta

    • Caro Seishin:

      Me llena de natural satisfacción que compartas conmigo estos sentimientos que sé que son tuyos también, expresados -como dices- de modo diferente. Y tal vez tengas razón en cuanto a que mis padres entendieran cabalmente el significado y alcance de estos versos que pretenden contar su afortunado encuentro. Con un abrazo.

      Salud.

      Me gusta

  3. Confluyen, en este poema, muchas circunstancias, muchos acontecimientos y muchas coincidencias, magníficamente trabadas por tu pluma inteligente. Se derrama la ternura, la belleza y la inteligencia al unísono. Se canta a los padres, a los que fueron cuando fueron jóvenes, y amaban. Se canta al amor recreado en esa estación de renacimiento y hermosura. Se le da un titulo que obliga a contar los meses, y concluimos que pasado junio,¡ oh coincidencia!, el fruto de aquellos amores, tuvo por nombre Julio. Absolutamente redondo. ¿Y dudas que tus padres lo comprendan? ¿No estarán ellos en este secreto que hoy nos desvelas?
    Un poema magnifico.

    Un abrazo, Julio.

    Me gusta

    • Amigo Perfecto:
      Como te he comentado anteriormente, tal vez lo más interesante sea aprender a mirar en la juventud de los viejos, en las miradas de sus ojos que se ven en los años donde todo era posible y de donde nos dieron a la vida. Agradecido siempre por tus palabras. Con un abrazo.
      Salud.

      Me gusta

Deja un comentario