La vida serpentea entre un día sin ayer, que fue el primero y un día sin mañana, que será el ultimo. En tu poema la VIDA se nos muestra como un paréntesis entre dos vacíos. En el paréntesis, somos un verso suelto que busca un poema al que acoplarse. Vivamos pues cada día como si fuera la víspera de ese inexistente mañana.
Un abrazo
Me encanta la imagen que describes de la vida: somos un verso suelto que busca un poema al que acoplarse. Si te digo que es magnífico, me quedo corto. Me adhiero al carpe diem de tu última frase, amiga Pepa. Con un abrazo.
Salud
Julio, hermano, ¿cómo andas, qué tal te va…? Aquí, viendo y leyendo, cómo si no, esta obra de arte poética tuya de naturaleza visual en que se plantea -planteas- el tema «VIDA» de forma ontológica, si bien tratando de indagar en el sin ayer y sin el mañana. En medio, claramente se encontraría esa vida acotada, permanentemente presente. Mira, en otros lares a esa vida ilimitada se le conoce como «El eterno ahora«. ¿Podría acomodarse esta denominación a lo que buscas o intentas, querido amigo…? En cualquier caso, soy muy partidario de los innovadores/buscadores y además artistas y tú nos lo demuestras contínuamente. Te felicito y aplaudo. Un abrazo, Orión.
Amigo Antonio, pues andamos de noches poéticas y publicando poemas como el que tan amablemente comentas. La definición de la vida que mencionas como el eterno ahora es algo que tiene sentido en la manera de percibir que tenemos la experiencia de la vida. Creo que es acertada. Todo lo demás es circunstancial. Agradezco tu aplauso y felicitación. Con un abrazo.
Salud.
Querido amigo:
Nos obsequias una ingeniosa y polifacética pregunta, sentencia o propuesta existencial fundamental.
Bordeando en una esencia acróstica finamente hilvanada, sugieres (a mi humilde forma de ver) varias vertientes que considero valiosas y relevantes:
1. El sentido de los cuatro puntos cardinales, como abarcando no solamente el sentido terrenal cartesiano, sino la amplitud de los cuatro horizontes en que nos movemos como seres humanos.
2. La oportunidad de entreverar pensamiento con esperanza, ilusión, fantasías, pues al solo ofrecimiento de una visión poliédrica de las cosas, nos dejamos llevar por el fabuloso mundo de la creatividad y la alegoría de la sopa de letras.
3. La solidez gráfica de un pensamiento que pareciera semejar un «sandwich» o conjunto de elementos sólidamente entreverados que constituyen un todo, casi monolítico, lo cual le da un sentido de principio de vida.
Finalmente, la sentencia misma, que nos hace reflexionar profundamente acerca del valor del presente, de la acción que llevamos a cabo, y que es la que le dará trascendencia a nuestra vida.
Concluyo recordando aquella frase maravillosa que ha guiado mi vida: «La existencia es un instante entre dos eternidades»
Con el respeto, cariño y admiración que me inspiras:
Arturo
Amigo Arturo:
Muy interesante la explicación sobre el espacio de la vida contenida en los cuatro puntos cardinales; también me gustó la manera de ver nuestro paso por la existencia como una red que vamos tejiendo en la que las ilusiones, esperanzas, fantasías, experiencias, constituyen los hilos y la trama de dicha red. Y todo ello entre el día sin ayer de nuestro nacimiento y el día sin mañana de nuestra muerte, en cuyos ambos casos la palabra vida también está conformada en sus elementos, aunque desorganizados. Es decir, la vida no consiste solamente en disponer de los elementos que la conforman, sino que es necesario un orden para que se manifieste y desarrolle. ¿Demasiado suponer? Con un abrazo.
Salud.
Hola, Julio, no sólo me ha gustado el juego visual, el cual me parece muy significativo, sino también el planteamiento que haces.
Inexorablemente caminamos desde un ayer que ya no existe hacia un mañana sin futuro, y lo curioso es que aunque sólo existe el hoy, tanto el pasado como el futuro marcan muestros pasos.
Así es, Ana; vamos acumulando en el presente ayeres e ilusiones de mañanas, desde el primer día que no tuvo ayer (el anicimiento), hasta el día que ya no tendrá mañana (la muerte). Gracias por pasar y comentar. Con un abrazo.
Salud.
Hace nada, apenas unos días, oímos las campanas que tañían a desesperanza, a final, a tristeza por la pérdida de lo que no supimos cuidar : LA VIDA.
Hoy, sin embargo, “ la “ recuperas y nos dejas imaginar cómo se va tejiendo con los hilos de la Voluntad, la Ilusión, el Dolor y el Amor. Estos materiales y otros muchos van dando forma al estampado final que ese “mañana” no veremos pero que permanecerá entre los que compartieron breves o dilatados períodos con nosotros.
También hablas de un “ayer” que no existe, y sin embargo, aún sabiendo que es en un instante preciso en el que prende la vida, no es menos cierto que mucho antes alguien la ha soñado, deseado, presentido y alentado para que fuera un “hoy”.
Lo interesante de esta propuesta, al igual que en otras ocasiones, es que nos da “vidilla” no dejándonos indiferentes.
Las campanas se cuidan de llamar la atención sobre el nacimiento y la muerte, pero suenan en el vacío. La gente nos amontonamos en el ruido de las ciudades y perdemos la perspectiva del paso del tiempo entregados al bullicio y las luces de neón que siempre anuncian un presente aparentemente inmutable. Me alegra que este poema visual dé algo de vidilla y nos haga caer en la cuenta de algunas cosas que dejamos cada día para mañana. Para mí, suficiente. Abrazos.
Salud.
Querido amigo Julio:
Planteas un bonito dilema visual y también filosófico. Si no hay día sin ayer y sin mañana no hay día; y por tanto no hay persona, pues el día va asociado a lo existencial.
El asunto del tiempo es un problema peliagudo, como un trabalenguas.
Piensa que mañana hoy será ayer
Piensa que ayer hoy será mañana
Piensa que si no hay hoy no hay ni ayer ni mañana
Gracias Julio por es vida revuelta y desordenada, prefiere ese caos al orden impuesto.
Un abrazo
Santi
Amigo Santiago, desde esta vida revuelta y aparentemente caótica me ha gustado plantear esa cuestión de la existencia entre el día sin ayer (el nacimiento) y el día sin mañana (la muerte). En medio la vida ,dirigiéndose inexorablemente de un día al otro, pero llenando todo un espacio de experiencias, vivencias, emociones, miedos, conocimientos, éxitos y fracasos, ilusiones y desesperanzas y todo cuanto llena nuestro tiempo de vida. En el día sin ayer, de manera desordenada, aparece la palabra vida; y para quienes lo quieran interpretar según las convicciones aprendidas a lo largo de su vida como una realidad trasdendente, también aparece la palabra vida de manera desorganizada, en el día sin mañana. Nada recordamos de lo anterior al día sin ayer y ningún recuerdo (recordar es volver a pasar por el corazón, algo propio de estar vivo) nos acompañará después del día sin mañana. La vida es algo aparentemente caótico, pero conserva un orden intrínseco en su devenir hacia el día sin mañana. Y así he tratado de reflejarlo en este juego visual. Gracias por estar, Santiago, en este hoy que será ayer y que tendrá muchos mañanas. Con un abrazo.
Salud.
Me gusta este post de poesía visual; lo borroso de la imagen ¿está a posta por añadir más énfasis a la idea que subyace? Me gusta de todos modos. Muy filosófico, además.
Comparto la opinión de que este poema visual es bastante filosófico al plantearse el concepto de lo que es la vida. La imagen difuminada del texto no está hecha con esa intención; no sé por qué, en este caso, no ha quedado tan clara como yo lo hice en el original. Pero, como dices, añade un extra a la interpretación sobre el poema y no haré nada por cambiarlo. Con todas las gracias.
Salud.
La vida serpentea entre un día sin ayer, que fue el primero y un día sin mañana, que será el ultimo. En tu poema la VIDA se nos muestra como un paréntesis entre dos vacíos. En el paréntesis, somos un verso suelto que busca un poema al que acoplarse. Vivamos pues cada día como si fuera la víspera de ese inexistente mañana.
Un abrazo
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Me encanta la imagen que describes de la vida: somos un verso suelto que busca un poema al que acoplarse. Si te digo que es magnífico, me quedo corto. Me adhiero al carpe diem de tu última frase, amiga Pepa. Con un abrazo.
Salud
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Julio, hermano, ¿cómo andas, qué tal te va…? Aquí, viendo y leyendo, cómo si no, esta obra de arte poética tuya de naturaleza visual en que se plantea -planteas- el tema «VIDA» de forma ontológica, si bien tratando de indagar en el sin ayer y sin el mañana. En medio, claramente se encontraría esa vida acotada, permanentemente presente. Mira, en otros lares a esa vida ilimitada se le conoce como «El eterno ahora«. ¿Podría acomodarse esta denominación a lo que buscas o intentas, querido amigo…? En cualquier caso, soy muy partidario de los innovadores/buscadores y además artistas y tú nos lo demuestras contínuamente. Te felicito y aplaudo. Un abrazo, Orión.
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Amigo Antonio, pues andamos de noches poéticas y publicando poemas como el que tan amablemente comentas. La definición de la vida que mencionas como el eterno ahora es algo que tiene sentido en la manera de percibir que tenemos la experiencia de la vida. Creo que es acertada. Todo lo demás es circunstancial. Agradezco tu aplauso y felicitación. Con un abrazo.
Salud.
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Querido amigo:
Nos obsequias una ingeniosa y polifacética pregunta, sentencia o propuesta existencial fundamental.
Bordeando en una esencia acróstica finamente hilvanada, sugieres (a mi humilde forma de ver) varias vertientes que considero valiosas y relevantes:
1. El sentido de los cuatro puntos cardinales, como abarcando no solamente el sentido terrenal cartesiano, sino la amplitud de los cuatro horizontes en que nos movemos como seres humanos.
2. La oportunidad de entreverar pensamiento con esperanza, ilusión, fantasías, pues al solo ofrecimiento de una visión poliédrica de las cosas, nos dejamos llevar por el fabuloso mundo de la creatividad y la alegoría de la sopa de letras.
3. La solidez gráfica de un pensamiento que pareciera semejar un «sandwich» o conjunto de elementos sólidamente entreverados que constituyen un todo, casi monolítico, lo cual le da un sentido de principio de vida.
Finalmente, la sentencia misma, que nos hace reflexionar profundamente acerca del valor del presente, de la acción que llevamos a cabo, y que es la que le dará trascendencia a nuestra vida.
Concluyo recordando aquella frase maravillosa que ha guiado mi vida: «La existencia es un instante entre dos eternidades»
Con el respeto, cariño y admiración que me inspiras:
Arturo
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Amigo Arturo:
Muy interesante la explicación sobre el espacio de la vida contenida en los cuatro puntos cardinales; también me gustó la manera de ver nuestro paso por la existencia como una red que vamos tejiendo en la que las ilusiones, esperanzas, fantasías, experiencias, constituyen los hilos y la trama de dicha red. Y todo ello entre el día sin ayer de nuestro nacimiento y el día sin mañana de nuestra muerte, en cuyos ambos casos la palabra vida también está conformada en sus elementos, aunque desorganizados. Es decir, la vida no consiste solamente en disponer de los elementos que la conforman, sino que es necesario un orden para que se manifieste y desarrolle. ¿Demasiado suponer? Con un abrazo.
Salud.
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Hola, Julio, no sólo me ha gustado el juego visual, el cual me parece muy significativo, sino también el planteamiento que haces.
Inexorablemente caminamos desde un ayer que ya no existe hacia un mañana sin futuro, y lo curioso es que aunque sólo existe el hoy, tanto el pasado como el futuro marcan muestros pasos.
Como siempre un placer leerte..
Un beso
Ana
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Así es, Ana; vamos acumulando en el presente ayeres e ilusiones de mañanas, desde el primer día que no tuvo ayer (el anicimiento), hasta el día que ya no tendrá mañana (la muerte). Gracias por pasar y comentar. Con un abrazo.
Salud.
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Hace nada, apenas unos días, oímos las campanas que tañían a desesperanza, a final, a tristeza por la pérdida de lo que no supimos cuidar : LA VIDA.
Hoy, sin embargo, “ la “ recuperas y nos dejas imaginar cómo se va tejiendo con los hilos de la Voluntad, la Ilusión, el Dolor y el Amor. Estos materiales y otros muchos van dando forma al estampado final que ese “mañana” no veremos pero que permanecerá entre los que compartieron breves o dilatados períodos con nosotros.
También hablas de un “ayer” que no existe, y sin embargo, aún sabiendo que es en un instante preciso en el que prende la vida, no es menos cierto que mucho antes alguien la ha soñado, deseado, presentido y alentado para que fuera un “hoy”.
Lo interesante de esta propuesta, al igual que en otras ocasiones, es que nos da “vidilla” no dejándonos indiferentes.
Un abrazo
Agurtzane.
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Las campanas se cuidan de llamar la atención sobre el nacimiento y la muerte, pero suenan en el vacío. La gente nos amontonamos en el ruido de las ciudades y perdemos la perspectiva del paso del tiempo entregados al bullicio y las luces de neón que siempre anuncian un presente aparentemente inmutable. Me alegra que este poema visual dé algo de vidilla y nos haga caer en la cuenta de algunas cosas que dejamos cada día para mañana. Para mí, suficiente. Abrazos.
Salud.
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Querido amigo Julio:
Planteas un bonito dilema visual y también filosófico. Si no hay día sin ayer y sin mañana no hay día; y por tanto no hay persona, pues el día va asociado a lo existencial.
El asunto del tiempo es un problema peliagudo, como un trabalenguas.
Piensa que mañana hoy será ayer
Piensa que ayer hoy será mañana
Piensa que si no hay hoy no hay ni ayer ni mañana
Gracias Julio por es vida revuelta y desordenada, prefiere ese caos al orden impuesto.
Un abrazo
Santi
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Amigo Santiago, desde esta vida revuelta y aparentemente caótica me ha gustado plantear esa cuestión de la existencia entre el día sin ayer (el nacimiento) y el día sin mañana (la muerte). En medio la vida ,dirigiéndose inexorablemente de un día al otro, pero llenando todo un espacio de experiencias, vivencias, emociones, miedos, conocimientos, éxitos y fracasos, ilusiones y desesperanzas y todo cuanto llena nuestro tiempo de vida. En el día sin ayer, de manera desordenada, aparece la palabra vida; y para quienes lo quieran interpretar según las convicciones aprendidas a lo largo de su vida como una realidad trasdendente, también aparece la palabra vida de manera desorganizada, en el día sin mañana. Nada recordamos de lo anterior al día sin ayer y ningún recuerdo (recordar es volver a pasar por el corazón, algo propio de estar vivo) nos acompañará después del día sin mañana. La vida es algo aparentemente caótico, pero conserva un orden intrínseco en su devenir hacia el día sin mañana. Y así he tratado de reflejarlo en este juego visual. Gracias por estar, Santiago, en este hoy que será ayer y que tendrá muchos mañanas. Con un abrazo.
Salud.
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Hola Julio:
Me gusta este post de poesía visual; lo borroso de la imagen ¿está a posta por añadir más énfasis a la idea que subyace? Me gusta de todos modos. Muy filosófico, además.
daniela
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Amiga Daniela:
Comparto la opinión de que este poema visual es bastante filosófico al plantearse el concepto de lo que es la vida. La imagen difuminada del texto no está hecha con esa intención; no sé por qué, en este caso, no ha quedado tan clara como yo lo hice en el original. Pero, como dices, añade un extra a la interpretación sobre el poema y no haré nada por cambiarlo. Con todas las gracias.
Salud.
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