Carta de julio

 

Carta de julio
Catedral de León

Yo vi la luz, yo vi
la luz
y un manantial de estrellas
y vitrales. Estaba ciego
y vi la luz, el milagro de ojivas
en mis pupilas de noche
y espacios inabarcables.

Yo rodeé sus piedras de palabras.
Yo alcé a sus pináculos el vuelo
de los sueños
y vi ángeles en coros de aleluyas,
la soledad titánica del hombre,
la escritura en el aire
de un salmo mineral
y poesía
y luz. Yo vi
la luz
del séptimo mes y estaba ciego,
ciego,
sin ver
delante de la luz bajo las bóvedas
de crucería
del templo. Yo lo vi.
Yo vi el milagro
de la luz
en los altares.

González Alonso

26 comentarios en “Carta de julio

  1. Una obra de tal envergadura y belleza suscita sentimientos encontrados en el ánimo del menos creyente. Sólo estuve en una ocasión en el interior de la Catedral de León, y fue tal el influjo que la luz y el color de las vidrieras ejercieron en mi espíritu que, sentada en un banco, no acertaba a levantarme. No supe rodear sus piedras de palabras. Sólo sentí.
    Fueron mis hijos los que me despertaron del éxtasis: “Mamá, ¡espabila!, que nos espera un largo camino y a la velocidad que conduces…”.
    Volví en otra ocasión con un grupo de amigos, pero la Catedral no estaba abierta al público a causa de unas reparaciones importantes y tuvimos que conformarnos con admirarla por fuera y con andamios.
    Magdalena siempre tiene un comentario adecuado. Y cuando lo expresa es porque lo siente de verdad.
    Un abrazo y salud.

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    • Tal vez sean las paradojas de la vida, pero el poema está escrito por un agnóstico. Se puede leer y entender desde el credo y desde la incredulidad. En definitiva, la luz que alumbra este magnífico templo gótico es luz de la mano del hombre, luz de su inteligencia y luz de su fe. Que, a la postre, todo es luz de la vida.
      Me alegra saber que conoces la seo de León, esa Pulchra Leonina de la que tanto nos gusta presumir a los leoneses. La verdad es que me parece un «milagro» que se haya construido en mi ciudad. Este es el tercer poema que le dedico, junto con otros dos en verso libre y en forma de soneto:

      Vidrieras.- Catedral de León.- En vitrales y piedra

      Catedral

      Dos visiones bien distintas, pero igualmente válidas para mí. Siempre que vuelvo a León no dejo de acercarme a esta sorpresa. Tal vez vengan otros versos a estas paredes de aire y luz.
      Gracias siempre por tu cálida cercanía. Con un abrazo. Salud y buen verano.

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  2. Magistral poema, Julio, le has puesto el brillo de los luceros a tu inspiración. Presiento tanta belleza.
    También admiro la luz de los vitrales, que abraza en los creyentes la fe en Dios y, me dejo subyugar por la ilusión del paisaje … pero más admiro y me postro ante la realidad del Ser.
    PD. He aquí mi enlace que no se aficha en ciertos blogs. Un gran abrazo. https://edicionesdulcineas.blogspot.com/search/label/POECECI-MICROCOSMO

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  3. Bueno, decía Montaigne que la palabra es mitad de quien la pronuncia, y mitad de quien la escucha. Para mí, es todo un honor compartir esa palabra que tan gentilmente me regalas.
    Desde Palmeira un cordial abrazo.

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  4. Yo también vi la luz a través de esos hermosos vitrales hace… muchos, muchos años. Me gustaría saber expresar, como tú lo haces, la hermosura de esa hermosa catedral con sus espacios inabarcables y rodear con mis palabras esas hermosas piedras, pero para eso, hay que nacer poeta, y tú, Julio, tienes alma de poeta.
    Muy bueno, querido amigo.
    Besiños palmeiráns.

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    • Amiga Magdalena, si a través de las pocas y mal hilvanadas palabras que hacen este poema has sido capaz de ver esa luz a la que aludo, es que la poeta o poetisa eres tú, no lo dudes. Creo que cualquier lector de poesía es el que pone el alma, los ojos y la inteligencia; es el que crea y ve lo que torpemente otro balbucea. Me honran tus palabras y me conmueven. Cuando leo cosas como las que tú escribes entonces pienso y siento que es posible la comunicación a través de la palabra poética. Pero, insisto, el resultado final no es mérito de quien escribe sino de quien lee. Muchas gracias por cuanto me dejas dicho y esos besiños palmeriráns.
      Salud.

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    • Agradecido, Isabel, contando con la dificultad para teclear por la que estás pasando. Cuídate y que el verano sea feliz. Fue una alegría volver a encontrarte en Madrid con motivo de la presentación de «Voces del Nervión». Abrazos, muchos.
      Salud.

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    • Un abrazo, Úrsula, junto a esta luz que se hace catedral desvistiendo los muros y alzando las columnas a lo alto de las ojivas. Soy un hombre descreído que admira la belleza de las obras humanas. La catedral leonesa, la Pulchra Leonina, siempre me admira. Si la luz tiene para los creyentes el valor de la fe en Dios, para mí adquiere la importancia de la fe en los hombres, o al menos entrever la posibilidad de no perderla y esperar que por encima de sus errores llegue a prevalecer el acierto de la paz, la vida solidaria y la justicia. Muchas gracias.
      Salud.

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